3 de octubre 2019
Texto: Rocío Gallegos / La Verdad Juárez
CIUDAD JUÁREZ.- Un sobreviviente del genocidio en Guatemala y un activista ambiental que huyeron de la persecución del Ejército de su país cruzaron por México hasta llegar a esta localidad fronteriza, por donde la noche del lunes pasaron a Estados Unidos y solicitaron asilo político.
Son Francisco Chávez Raymundo, víctima de la dictadura de Efraín Ríos Montt (1982-1983); y Gaspar Cobo Corio, un defensor ambientalista, ambos pertenecientes a la etnia maya- ixil. Ahora, los dos se encuentran en un centro de detención migratoria, bajo la custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
Sus casos fueron dados a conocer por su abogado migratorio, Carlos Spector, en conferencia de prensa en El Paso, Texas, donde expuso que Chávez y Cobo son activistas de derechos humanos reconocidos internacionalmente e indios mayas-ixiles que sufrieron persecución a manos del Ejército guatemalteco, por eso se vieron obligados a dejar su país, pero en su huida fueron víctimas de policías estatales de Chihuahua.
“Cuando llegan a Parral, son acosados por la Policía Municipal de Parral y con pistola les exigen dinero a los pasajeros que venían en el camión, a nueve de los inmigrantes que venían, ellos tienen que pagar dinero a la policía de Parral, luego el guía, coyote, los lleva a Juárez, los encarcela en una casa por 40 días, no tienen comida, a fin de cuentas, escapan”, denunció Spector.
Chávez y Cobo llegaron a Ciudad Juárez el 15 de mayo, aquí fueron amenazados de que si escapaban los iban a encontrar y matar; aún así, escapan y llegan a un lugar donde les dan protección y los ponen en contacto con un grupo de derechos humanos que apoya a migrantes, llamado Dhía, que los canaliza a un albergue, de acuerdo con los datos proporcionados por la oficina de Spector.
Ya en un lugar seguro, los defensores guatemaltecos deciden poner una denuncia ante el Ministerio Público en Ciudad Juárez. Ahí se quejan de la policía de Parral, pero los agentes no les creen.
“Los únicos que cometieron un delito son ustedes que trataron de sobornar y ese es un delito muy muy grave en México, por eso, si insisten si vamos a apalancarlos (detenerlos) pero a ustedes”, narra Spector sobre lo que dijeron los agentes.
“No reciben protección del gobierno mexicano, sino asaltos y amenazas y con esos argumentos, según la ley norteamericana actual, pueden presentar su caso ante el gobierno de Estados Unidos y no esperar su turno para su audiencia aquí en esas condiciones”, agregó. Tendrían que esperar hasta 12 meses, su número en la lista de migrantes en Juárez era de 17 mil y algo y ahora están en los 12 mil.
Spector dijo que el viernes 26 de julio acudieron al puente internacional Paso del Norte para solicitar su ingreso a Estados Unidos y presentar su petición de asilo, pero los agentes de CBP les dijeron que no, porque no había espacio para recibirlos.
La noche del lunes 29 de julio regresan al puente y los agentes estadounidenses deciden, después de discutir, que sí son un caso con mérito y los dejan entrar, pero son detenidos para seguir con el procedimiento, comentó su abogado.
Por todo lo que han enfrentado, el señor Chávez y el señor cabo buscan ser admitidos Estados Unidos, su libertad condicional y ser presentados lo más rápido posible ante la Corte para solicitar asilo, se indica en los datos que la oficina de Spector entregó a CBP.
“El hecho de que están detenidos mínimamente nos pone en la oportunidad de exigir que los suelten. Es lamentable, pero es importante que les permitieron ingresar a Estados Unidos e iniciar su proceso de solicitud de asilo”, agregó el abogado en la conferencia de prensa.
Una ruta entre corrupción policial y cárteles
La historia de abusos que enfrentaron en el estado de Chihuahua quedó exhibida en una queja que Chávez y Cobo interpusieron ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el pasado 19 de julio.
De acuerdo con su testimonio, recibido por el visitador general Santiago González Reyes, el incidente con los policías de Parral ocurrió el pasado 13 de junio.
“Veníamos en una camioneta color rojo y en esa camioneta veníamos como 9 nueve personas inmigrantes, dos mujeres, una niña y los demás hombres, como a las 11:00 p.m. nos para la policía cerca de una gasolinera antes de llegar a Parral y le preguntan al piloto de la camioneta que a dónde se dirigían… y dice que baje el vidrio y nos aluza la cara… y nos dijo ‘ustedes tienen cara de indios, no mamen piches indios ustedes no son de aquí”, narran en el oficio número CJ SGR 219/2019.
Señalan que los agentes le dicen al piloto: “tú te vas a quedar y ellos se van a ir a su país”. En eso les pidió sacar todo el dinero que tenían, solo uno de ellos les dio unas monedas, que rechazaron y amagaron con llamar a migración.
En eso el piloto bajó de la unidad y cuando discutía con los agentes, “llegaron al lugar unas camionetas con unos señores armados, pero no traían uniformes y ellos se arreglaron con los oficiales”, expusieron.
“Y nosotros preguntamos al piloto que quienes eran ellos y el piloto nos dijo que eran gente de la mafia y después de eso nos dejaron ir”, narraron ante la CEDH.
De acuerdo con su testimonio, Chávez y Cobo llegaron a Ciudad Juárez el 15 de junio. “Nos llevaron a un lugar que le llamaban bodega y ahí había muchas personas, niños y mujeres, esa bodega solo era un terreno con paredes y sin techo, pero no había agua ni comida”.
Dicen que cuando reclamaron por las condiciones en las que se encontraban, amenazaron con desaparecerlos y por ello el 10 de julio escaparon del lugar y se refugiaron en la Catedral, hasta que se contactaron con la agrupación Derechos Humanos Integrales en Acción (Dhía) e intentaron poner su queja ante le Ministerio Público, donde fueron rechazados, por lo que solicitaron la intervención de la CEDH.*
¿Quiénes son Chávez y Cobo?
Francisco Chávez Raymundo es un sobreviviente del genocidio guatemalteco. En 1982 el ejército de Guatemala atacó su pueblo y mataron 35 civiles incluyendo a su padre. Él tenía 6 años cuando el ejército lo secuestró junto a su hermana en un campo militar por aproximadamente seis años. Se convirtió un testigo clave testificando en contra del general Ríos Montt en su juicio por genocidio y crimines cometidos en contra los Maya-ixil en 1982 y 1983. Ha dedicado su vida a denunciar estas atrocidades y ahora busca asilo en Estados Unidos debido a la persecución del ejército militar por su opinión política y afiliación con la comunidad Maya-Ixil. Su historia se narró en el documental El Buen Cristiano (2016).
Gaspar Cobo Corio es un defensor ambientalista y de derechos humanos, así como portavoz de su comunidad indígena que busca detener el interés minero de extracciones ilegales de minerales de sus ancestros nativos. Su activismo en Guatemala se ha encontrado con fuerza bruta por el Ejército guatemalteco creando desde muchos puntos de vista una crisis de derechos humanos.
Este reportaje fue publicado originalmente en La Verdad de Juárez, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original