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Créditos: Álvaro Plaza.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Jean Carlos Guerra

23 de octubre 2019

Chile atraviesa por una serie de manifestaciones que han sido reprimidas por el gobierno del presidente Sebastián Piñera. “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable”, fueron las últimas declaraciones de Piñera, refiriéndose a lo que él considera como vandalismo y delincuencia, y que son manifestaciones protagonizadas por activistas, estudiantes y el pueblo chileno.

Foto: Álvaro Plaza

Ante la movilización social, el presidente Piñera desplegó aproximadamente 9 mil 500 militares para “resguardar la paz y controlar los desmanes que puedan ocurrir”. Pero lo que ha dejado su decisión han sido 11 fallecidos y alrededor de 1 mil 500 personas en prisión.

Foto: Álvaro Plaza

A pesar de que el inicio de las manifestaciones fue, según el gobierno por el aumento al transporte público, la realidad es que solo fue la punta del iceberg, que hizo que se diera la movilización de resistencia contra Piñera y su gobierno, esta enorme movilización hizo que el presidente chileno suspendiera el alza al transporte público.

La realidad es que el pueblo chileno se cansó de esperar que el presidente cumpliera sus promesas. En su discurso de toma de posesión Piñera prometió sacar a Chile de la miseria “para que Chile de ese gran salto hacia delante, hacia el desarrollo integral y la derrota a la pobreza”, revertir el estancamiento económico de los últimos años fue lo que motivo a muchos a darle su voto.

Foto: Álvaro Plaza

Por otro lado, suspender el alza del trasporte público no cambió mucho la situación que atraviesa el sudamericano país de Chile, pues las manifestaciones continúan, y el descontento de los civiles por los altos precios que tienen que pagar a diferencia de los demás países de América Latina se hace cada vez mayor, tanto así que Piñera, pues en chile el 1% de la población más adinerada (las élites) se queda con el 26% de los ingresos del país, según cifras de la  Fundación Sol.

Esto llevó al gobierno a tomar una medida que no se veía en Chile desde la dictadura de Augusto Pinochet y fue el toque de queda confirmado en cuatro regiones: Concepción, Rancagua, Valparaíso, Iquique y Pozo al Monte.

Mario Amorós Quiles, historiador especializado en el país, nos dice que a pesar de que Chile tiene una renta percápita de 25000 dólares, el problema radica en un sistema económico y social totalmente injusto, implantado por la figura de Pinochet a partir del golpe de estado del año 73, que condena a la mayor parte de la sociedad chilena a una vida precaria, salarios demasiado bajos, una sanidad privatizada y con la educación superior más cara de América latina.

Chile es uno de los países más ricos del continente, pero con un abismo de desigualdad en su población, su sistema económico es neoliberal y fue impuesto por el expresidente Pinochet en abril del año de 1975. En Chile, la mayoría de las instituciones están privatizadas, en el año de 1981 se privatizan las pensiones y este fue solo el inicio, ya que luego se empezó la privatización de todo el mercado. Por último, las privatizaciones si generan grandes beneficios, pero específicamente a las élites chilenas.

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