Por: Ana Cristina Alvarado Valenzuela
Mañana alrededor del mundo la sororidad se vestirá de verde. Durante la última dictadura militar en Argentina un pañuelo blanco permitió a las Madres reconocerse como parte de una misma lucha, la búsqueda de sus hijxs desaparecidxs; hoy un pañuelo verde permite a las mujeres reconocerse como parte del mismo deseo, el de poder decidir sobre sus cuerpos.
Desde 1921 en Argentina el aborto es legal en dos causales: en caso de violación o si peligra la vida o la salud de la mujer. Este 8 de agosto los senadores discutirán y decidirán la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que de ser aprobada sin modificaciones permitirá a toda mujer “decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras catorce semanas del proceso gestacional” y “acceder a la realización de la práctica del aborto en los servicios del sistema de salud”. Esta discusión llega al senado tras la media sanción que dio la Cámara de Diputados el pasado 14 de junio.
Este es el resultado de una lucha de más de 30 años nutrida de la fuerza heredada de las Madres de Plaza de Mayo; la perseverancia de las primeras mujeres que a finales de los años 80 dieron el primer paso; de las discusiones y experiencias compartidas cada año en los Encuentros de Mujeres; de la energía de las hijas presentes en cada marcha #NiUnaMenos y los paros de mujeres de cada 8 de marzo.
El debate se ha peleado y ganado en las calles con constantes movilizaciones en Buenos Aires y otras ciudades argentinas siendo la mayor la realizada el 13 y 14 de junio cuando a la espera de la resolución de los diputados un millón de mujeres permanecieron durante 24 horas frente al congreso pasando la noche a pesar de las bajas temperaturas de invierno. Para mañana se espera la presencia de más de un millón, no solamente frente al congreso argentino sino alrededor del mundo. El pañuelo verde que desde 2003 identifica la lucha argentina por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, hoy también se identifica fuera de sus fronteras. En más de 25 países se ha convocado a participar en un #PañuelazoInternacional frente a las embajadas argentinas portando pañuelos verdes.
Movidas por la sororidad sabemos que cuando se trata de la conquista de derechos, los logros de unas nos interesan y benefician a todas. En un mundo patriarcal para conquistar y defender nuestros derechos debemos tejer alianzas. La marea verde ha salpicado a toda Latinoamérica replicando luchas. Desde que los diputados sancionaron la ley han surgido movimientos para la legalización y despenalización del aborto en México, Colombia, Perú, Costa Rica, Chile, nutriendo el movimiento de sus propias luchas e incluso de sus propios pañuelos. En Brasil la Corte Suprema inició el debate la semana pasada para la despenalización del aborto hasta el tercer mes de gestación.
La marea verde también ha posibilitando discusiones en países como Guatemala, en el que el aborto es un tema tabú, hablar de aborto es necesario entendiendo que nuestra realidad y la de nuestro círculo cercano no es la única que existe en el país. Para hablar de aborto en Guatemala se necesita empatía, la misma que hace falta para abordar otras problemáticas. La que te permite entender que cuando hablamos de aborto no hablamos solo de mujeres, sino también de hombres transexuales. El derecho a decidir es para quien no quiere ser madre o para quien quiere serlo, pero no ahora. Es para quien ha tenido hijos y decide no tener más. Es para la víctima de violación, la víctima de trata. Es para salvar a la madre cuya vida corre peligro a causa del embarazo. Es para la niña y la adolescente que aún no está preparada para ser madre.
En Guatemala el aborto es ilegal bajo cualquier circunstancia, excepto cuando se realiza con “el fin de evitar un peligro, debidamente establecido para la vida de la madre, después de agotados todos los medios científicos y técnicos”. De acuerdo con el registro del Ministerio Público (MP) entre 2008 a 2017 se reportaron 53,461 casos de violación sexual, sin embargo, la interrupción de un embarazo producto de una violación es ilegal.
Mientras en este país seguíamos evitando hablar de aborto y de educación sexual y reproductiva en 2017 según el registro del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, hubo 90 mil 899 embarazos en niñas y adolescentes, 4,195 de ellos en niñas entre 10 y 14 años. Mientras seguimos sin hablar de esos temas y mientras gran parte de la sociedad insiste en oponerse a ellos la población del país crece de manera desproporcionada. De acuerdo con estimaciones de la ONU en 2050 en Guatemala seremos 31.41 millones de personas.
En Argentina, en Guatemala los abortos clandestinos ocurren y seguirán ocurriendo. Que la marea verde traiga al país la empatía para entender que la legalización y la despenalización del aborto no te obliga a abortar, que es una interrupción voluntaria que permite salvar la vida y los proyectos de vida de millones de mujeres.
Si deseas expresar tu apoyo a la lucha argentina puedes ser parte del #PañuelazoGuatemala desde cualquier parte del país. Consulta las actividades en este enlace https://www.facebook.com/events/254115195202897/