Por: Pedro Alexander Cubas Hernández – Historiador, Profesor de Historia y Ensayista cubano
Suecia y Suiza nunca se habían enfrentado en Copas del Mundo. Los suecos no jugaron los certámenes orbitales de 2010 y 2014. Para llegar a Rusia 2018, los chicos de Janne Andersson tuvieron que interponerse en el camino de selecciones históricas como Holanda (fase preliminar) e Italia (repechaje). Además, quedaron líderes del grupo F y sólo perdieron con Alemania en el tiempo añadido. Su arma principal siempre fue la disciplina táctica en todas sus líneas y aprovechar un chance al ataque.
Los suizos jugaron en el 2006 (al igual que los nórdicos) y continuaron su racha en el 2010 y 2014. La tropa de Vladimir Petkovic llegó a Rusia 2018 a través del repechaje y en el grupo E no fueron derrotados. Su fortaleza estaba en saber contener a sus rivales y sólo agredirlos en el momento preciso. Ambos onces exhibieron una buena preparación física durante el torneo y el poder ofensivo fue similar (cinco perforaciones por bando). Pero la meta sueca fue batida dos veces por el campeón del mundo en el 2014; y la valla suiza fue vencida cuatro veces y todos sus rivales le marcaron. En fin, es evidente que cuando dos equipos tienen características muy parecidas no es posible esperar un partido de alto nivel técnico y si de mucha entrega como aconteció en Saint Petersburg.
Durante el primer tiempo ambos equipos crearon ocasiones de peligro; pero las de mayor posibilidad fueron las de Suecia en las botas de Albin Ekdal, que llegando desde la segunda línea remató dos veces por alto; y Marcus Berg, cuyo zurdazo de bolea forzó una óptima defensa del portero Yann Sommer. En el segundo tiempo, Ola Toivonen le pasó la bola a Emil Forsberg (Man of the Match) que remató al arco y se apuntó el tanto; aunque en la trayectoria del balón se interpuso el pie del defensor Manuel Akanji. Con ese mazazo, Petkovic fortaleció el frente de ataque mandando a la cancha al ariete Haris Seferovic para acompañar a Josip Drmic y al extremo zurdo Breel Embolo para abrir el terreno y profundizar por esa banda, pues en la derecha Xherdan Shaqiri lo estaba haciendo muy bien. Así fue creciendo la producción ofensiva de Suiza; pero Suecia se defendía “como gato panza arriba”. Ya en las postrimerías, Suecia se fue al ataque y Martin Olsson recibió un balón al espacio, y cuando iba a entrar al área grande Michael Lang lo empujó. El referee esloveno Damir Skomina señaló el punto de penalti y expulsó al infractor porque no tuvo ninguna intención de disputar la esférica. Pero el VAR, comandado por su compatriota Jure Praprotnik, le avisó que el contacto se produjo en la frontal y no dentro donde cayó el sueco. El tiro libre directo ejecutado por Toivonen lo tapó Sommer y acabó el partido. Suiza no se fue ni temprano ni tarde a casa y tampoco podemos decir que le faltó solidez a su bloque defensivo. Suecia continuó su camino a los cuartos de final por sus méritos en el campo y conscientes del valor de su estilo futbolístico: hizo su gol (dio primero) y obtuvo la victoria (dio dos veces).