Por: Pedro Alexander Cubas Hernández – Historiador, Profesor de Historia y Ensayista cubano
En Kazan, Brasil y Bélgica volvieron a verse las caras en una Copa del Mundo. La primera vez fue en octavos de final en el 2002 y ganó el Scratch. Tite no pudo contar con Casemiro por sanción y mandó a la cancha a Fernandinho, además, recuperó a Marcelo para aprovechar su vocación ofensiva. La presencia del “Rock and Roll madridista” era una de las expresiones del planteamiento del estratega gaucho, que montó un once para agredir al rival. Por su parte, Roberto Martínez alineó los mismos jugadores que terminaron el juego contra los japoneses; pero con las siguientes variantes tácticas: colocó a Marouane Fellaini en la medular como acompañante de Axel Witsel, ordenó a Nacer Chadli trabajar en la banda izquierda como volante mixto, trasladó a Kevin De Bruyne (Man of the Match) para el frente de ataque con libertad de movimientos por el centro y convenció a Romelu Lukaku para que se escorase a la banda derecha cuando Brasil atacase y así se quedaría en la retaguardia de Marcelo y franco para recibir la bola en un posible contra ataque. Brasil comenzó moviendo el balón y Bélgica vigilando la salida de la bola. Pero el primer tiro lo hizo De Bruyne después de ganarle la disputa de la pelota a Fernandinho. Acto seguido, Neymar Jr. robó la pelota en la zona izquierda y avanzó hacia el área, pero su centro lo atrapó el meta Thibaut Courtois. El juego estaba equilibrado y por momentos se trababa en el mediocampo. El más intenso era Fellaini que hizo dos faltas (Philippe Coutinho y Neymar Jr. fueron sus primeras víctimas). Brasil forzó un córner que levantó Ney y Thiago Silva con su muslo diestro mandó la bola al palo derecho y la atrapó Courtois. Luego se produjo un contragolpe belga subido por Lukaku, que terminó en un remate desde la media distancia ejecutado por Chadli (salió desviado). Hubo mucha presión brasileña en el área belga y el balón se perdió por la línea final. El córner fue movido por Willian y Paulinho, libre de marca, no consiguió rematar con calidad (se mandó un strike). En ese momento del juego, Brasil no dejaba salir a Bélgica de su cancha y robaban la pelota para atacar como hizo Gabriel Jesus. Pero Bélgica se soltó a la ofensiva y Fellaini finalizó, un pase de Lukaku, pero la bola rebota en la defensa y sale fuera. El tiro de esquina sacado por Chadli, Vicent Kompany intenta sin éxito peinar la bola de cabeza y Fernandinho con su cuerpo la manda dentro del pórtico verde amarelo. Brasil reaccionó y el centro de Willian lo tapó Courtois, la jugada siguió y Neymar Jr. y Gabriel Jesus no consiguen finalizar con éxito. Brasil intentaba acercarse y Bélgica procuraba contragolpear. Coutinho chutó y Courtois tapó su remate. Al mismo tiempo, Bélgica conseguía llegar con mucho peligro cuando Eden Hazard o De Bruyne llevaban la bola con velocidad; pero la defensa siempre resolvía ante el ímpetu y el físico de Lukaku, que siempre hacía la diagonal. Bélgica en su área contenía a Brasil, Marcelo remató y paró Courtois. En esos instantes, el juego estaba muy físico a favor de los belgas con Fellaini como comandante del medio sector. Atacaba Brasil y un córner de Neymar Jr. lo sacó la defensa belga y así se dio un contra ataque que preparó y subió Lukaku que, estaba en el centro de la cancha defensiva, e imponiendo su físico ante un desorientado Paulinho, avanzó como quiso con la pelota “cosida al pie” por el medio del terreno, Fernandinho tampoco consiguió pararlo y, antes que Paulinho lo derribara, tocó largo para la llegada de De Bruyne (acompañado por Thomas Meunier), que se acomodó y con frialdad remató cruzado para ampliar el marcador. Brasil respondió con un cabezazo desviado de Gabriel Jesus a centro de Marcelo. Después, Courtois paró dos remates de Marcelo y de Coutinho. Bélgica se fue al ataque y, cerca del área grande, Paulinho cometió una falta sobre un desatado De Bruyne. El crack del Manchester City lanzó el libre directo y Alisson paró de puños por alto. El córner ejecutado por Chadli lo remató Kompany por bajo y lo tapó Alisson. Y ya comenzaban a salir los fantasmas del Mineirão en el 2014.
En el tiempo complementario, Tite mandó a la cancha a Roberto Firmino para reforzar el ataque. Pero Bélgica dispuso de una ocasión a balón parado que no tuvo consecuencias. Brasil atacaba, presionaba y cuidaba sus espaldas; y Bélgica se defendía bien y quería contragolpear. Hazard casi sentencia el partido tras aprovechar una pérdida de bola de Fernandinho. Brasil inclinó el campo para crear ocasión tras ocasión: cuatro veces Coutinho y Douglas Costa; tres Firmino; dos Neymar Jr. y una per cápita para Paulinho y Marcelo. La mayoría paró en las manos enguantadas de Courtois y otras salieron desviadas. El tiempo pasaba y Brasil atacaba de forma desesperada y desorganizada. Firmino y Costa entraron bien en el partido; pero fue Renato Augusto el que metió a la Canarinha en el match con un buen cabezazo a centro de Coutinho; y, pocos minutos después, tuvo el empate (otra vez a pase de Coutinho); pero su derechazo salió desviado. Bélgica mostraba su madurez jugando con el cronómetro: cuando la bola llegaba a Hazard, él la “escondía” y le cometían falta. Esa táctica de parar el partido fue rindiendo sus frutos porque los brasileños se desquiciaban impotentes ante el talento belga. De Bruyne también manejaba la pelota a su antojo y no era fácil pararlo. Para entonces, Martínez ya había reforzado la defensa dando entrada a Thomas Vermaelen. Bélgica estaba más sólida que nunca a pesar del acoso de Brasil, que tuvo dos jugadores que no enterraron los fantasmas del 2014: Fernandinho y Paulinho volvieron a defraudar en un partido clave de Copa del Mundo pues nunca mejoraron al ausente Casemiro, Willian naufragó de nuevo, Marcelo luchó mucho y no es noticia que le cogieran la espalda porque siempre le sucede en la Liga Española, Thiago Silva estuvo a la altura del juego (junto con Miranda) y Neymar Jr. tuvo entrega, fingimientos tímidos y nada de acierto de cara a puerta. Otro que tuvo un bajo rendimiento fue Coutinho, que falló demasiados pases y armó muy pocas jugadas. Algunos comentaristas brasileños dicen que Tite pudo haber arriesgado más colocando a Renato en el comienzo de la segunda parte (concuerdo); y también reconocieron que no podía contar en ese mismo instante con Costa porque está mermado físicamente y, por eso, lo colocó cuando faltaban treinta y tantos minutos de juego. Otro aspecto a destacar es que faltó equilibrio emocional para intentar la remontada, que fue procurada a base de garra y no fue suficiente. Brasil se va a casa y el Hexacampeonato tendrá que esperar más tiempo. El motivo de la derrota es totalmente futbolístico porque el rival hizo un gran partido y aprovechó muy bien el bajo rendimiento colectivo del Scratch, además de sorprender a la comisión técnica con un planteamiento inteligente que alcanzó para definir el match en el primer tiempo. Y Bélgica llega a su segunda semifinal después de 1986 y ya les espera Francia. Insisto en que los “Diablos Rojos” van en serio y para confirmar su candidatura al título deberán despachar otro campeón. ¡Pregúntenle a Inglaterra y a Brasil lo que se siente cuando Bélgica te martilla despiadadamente! ¿Será que Francia también responderá lo mismo esta semana?
Post Data: Desde 1990 hay una tradición de quien derrote a Brasil en los Cuartos de Final se planta en el Finalísima: Argentina con Diego Armando Maradona (1990), Francia con Zinédine Zidane (2006) y Holanda con Arjen Robben (2010). Pero eso no significa que ganará la Copa del Mundo. ¿Será que Bélgica le dará continuidad a esta cábala llegando a Luzhniki y también estará lo suficientemente fortalecido para romperla ganando el próximo domingo? ¡Hagan sus apuestas, mis contertulios…! ¿Quién da más…?