Por: Prensa Comunitaria
Mapa elaborado por Nelton Rivera y Syndy Raymundo.
Después de más de dos años de las últimas movilizaciones nacionales en las plazas en contra de la corrupción e impunidad, el 20 de septiembre de 2017 fue un día histórico de nuevo. En todo el país la gente se autoconvocó para salir a los parques, a las plazas, a las carreteras y entronques, el Paro Nacional los convoco a todos. Todo para expresar el repudio hacia la clase política, los diputados, el presidente y funcionarios corruptos que se han enriquecido descaradamente desde el Estado. Decenas de organizaciones comunitarias, campesinas, estudiantiles, grupos y asociaciones de vecinos, la misma Universidad de San Carlos y organizaciones sociales como el Comité de Desarrollo Campesino – Codeca-, la Asociación de Estudiantes Universitarios –AEU-, la Marcha Social y Popular, Comité Campesino del Altiplano CCDA, también se sumaron.
La exigencia fundamental de todas estas personas, agrupaciones y organizaciones es la renuncia de Jimmy Morales como Presidente de la República y de los 158 diputados del Congreso de la República. También se demandó la reforma de la Ley Electoral y de Partidos Políticos –LEPP- y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. En cada departamento fueron señalados con nombres y apellidos los diputados y diputadas como responsables del #PactoDeCorruptos.
¿En dónde fueron las manifestaciones?
Como Prensa Comunitaria, a lo largo de 20 horas ininterrumpidas estuvimos registrando las distintas movilizaciones que se dieron a nivel nacional e internacional a raíz de la convocatoria para el Paro Nacional del día 20 de septiembre. Nuestro equipo de corresponsales estuvo presente y desarrolló su trabajo desde diversos lugares del país: Huehuetenango, Quetzaltenango, Totonicapán, Petén, Izabal, Alta Verapaz y Guatemala.
A partir de esa información y utilizando la plataforma de UMAP con código abierto, realizamos este Mapa del #ParoNacional #20S. En él registramos 131 lugares en los que se llevaron a cabo manifestaciones en que la gente decidió sumarse contra la corrupción y la impunidad: 120 fueron dentro del país, en todos los departamentos, y once de los puntos ocurrieron fuera de nuestras fronteras.
Los migrantes guatemaltecos y residentes en países como Rusia, Francia, Suiza, Suecia, Turquía, Argentina, Perú, México, Canadá y los Estados Unidos se sumaron a distintas acciones, desde movilizarse a las embajadas en estos países para sumarse al #ParoNacional, hasta enviar sus muestras de apoyo y solidaridad con quienes desde la media noche del 19 de septiembre comenzaban a movilizarse. En la ciudad de Nueva York, el 19 de septiembre se realizó una protesta frente a la sede de las Naciones Unidas para rechazar la visita de Jimmy Morales.
En Guatemala, los parques centrales de más de 90 municipios ubicados en los 22 departamentos de la República, fueron ocupados por la gente. Los departamentos que más acciones que se registraron durante el #ParoNacional fueron: Guatemala (15), Alta Verapaz (13), Sololá (10), Quetzaltenango (9), Quiché (9), Petén (7), Totonicapán (6), Chimaltenango (6). Luego están departamentos con cinco o menos acciones: Huehuetenango (5), Santa Rosa (5), Baja Verapaz, Chiquimula, Escuintla, San Marcos con 4, Izabal y Suchitepéquez con 3, El Progreso, Jalapa, Jutiapa, Sacatepéquez y Zacapa con 2, y finalmente Retalhuleu con 1. Aclaramos que las acciones tuvieron un carácter multitudinario en su mayoría.
Las comunidades comenzaron a movilizarse desde las 3 y 4 de la madrugada del #20S. En los casos de los que viajaron a la ciudad capital, salieron desde la media noche del 19 de septiembre hacia la ciudad capital o a puntos clave de concentración. En varios puntos departamentales fueron convocados a concentrarse desde las 6 de la mañana, para caminar hacia las plazas o lugares como Cuatro Caminos sobre la carretera Interamericana.
En la mayoría de los lugares, la gente realizó marchas desde distintos puntos hacia las plazas en las cabeceras departamentales o municipales, los comercios cerraron sus locales, luego en las plazas realizaron concentraciones. En otros la gente llenó directamente las plazas. También hubieron concentraciones en las carreteras como en El Estor Izabal, Asunción Mita en Jutiapa, Cabrican, Cajolá, Huitan, que se reunieron en la Aldea La Emboscada, La Rotonda de Tribunales y la salida a Almolonga en Quetzaltenango, Cuatro Caminos con los 8 municipios de Totonicapán o Cocales en Suchitepéquez. También hubo concentraciones en Las Trampas, Santa María y los Encuentros sobre la carretera Interamericana a la altura de Sololá. En Chiquimula frente a la Universidad de San Carlos sobre la carretera, Casillas Santa Rosa.
En muchos de los departamentos los comercios, establecimientos educativos y Universidades publicaron anuncios sumándose al #ParoNacional, y así el 20 de septiembre cerraron actividades, permitiendo que más gente se sumara a las movilizaciones.
Las principales demandas del #20S
- La renuncia del presidente Jimmy Morales
- La realización de una Asamblea Nacional Constituyente
- Juicio y castigo a los corruptos.
- La renuncia de los 107 diputados que firmaron el Pacto de Corruptos
- La renuncia de todos los diputados del Congreso
- El rechazo en contra de la corrupción y la impunidad
- La renuncia de los diputados por departamentos
- Acabar con la corrupción municipal, alcaldes y gobernadores
- La defensa de los bienes naturales
- La urgencia de transformar el Estado
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Reflexión comunitaria sobre el #20S: una movilización que ahora se hace visible
La gran participación de personas y organizaciones en todas partes de la República en este #Paro Nacional no debería sorprendernos, desde los niños hasta los acianos estuvieron en todo el país caminando, manifestando. Si pensamos en la tradición histórica de organización comunitaria, que dese hace al menos seis décadas se mostró en la participación en los movimientos cooperativistas, campesinos, revolucionarios, pasando por el genocidio y reapareciendo en forma de movilización maya. En los últimos años, han sido las comunidades organizadas las que se han organizado para plantar cara a los proyectos extractivos –minas, hidroeléctricas, palma africana, talabosques- y, de forma menos visible, alrededor de los juicios por genocidio.
En todos los departamentos la organización gremial como los trabajadores del Estado, caminos, sindicatos, los maestros apartándose del STEG, jubilados, organizaciones campesinas, estudiantiles siguen siendo un legado de las movilizaciones y la lucha popular a lo largo de la historia de Guatemala también aportaron en estas movilizaciones y concentraciones del 20 de septiembre.
Mucha de esta población ya se movilizó en las jornadas de protesta entre abril y septiembre de 2015 y participó en el Paro Nacional que se convocó en aquella ocasión. Así lo mostramos en las sucesivas coberturas que dese Prensa Comunitaria hicimos de aquellas históricas concentraciones a través de la muestra: Guatemala En Movimientos. No sólo hubo concentraciones y paros en muy diversas cabeceras departamentales y municipales, sino que entre las fuerzas que participaron en las actividades y también en los procesos de presión estuvieron la Asamblea Social y Popular y CODECA, integradas ambas por comunidades organizadas.
Sin embargo, en aquella ocasión, la iniciativa y lo que había que destacar era la movilización de esa “clase media capitalina” supuestamente apolítica –en comparación con las comunidades organizadas- y de la que salieron los grupos que cobraron más protagonismo, como Usac es Pueblo, Justicia Ya o Somos. Esa sobrevisibilización de la capital –donde claro que ocurrieron muchas cosas- fue en parte producto de la situación preelectoral, que ponía unos plazos y unos límites por los que –pensamos- hubo fuerzas que buscaron su control. En parte la gran cobertura televisiva y por los medios corporativos de las concentraciones “apolíticas” y personalizadas contra las figuras de Baldetti y Otto Pérez– en comparación a las propuestas más amplias y políticas que se daban en otros lugares- se debieron a la voluntad de “control de daños”, ocultando buena parte de lo que ocurría fuera de la Plaza central en el kilómetro cero.
Ahora en cambio, Somos, Justicia Ya y Usac es Pueblo no han tenido tanto protagonismo en las convocatorias que se viene dando desde finales de agosto e incluso han tomado distancia como SOMOS por lo que consideraban la “radicalidad” de las acciones populares. En cambio, se ha hecho más visible –aunque también se haya querido ocultar– la presencia popular, como la de CODECA, que esa mañana del #20S movilizó a miles de personas en la capital.
Como esta vez los intereses de grupos de poder y el discurso mediático de medios como los televisivos, estuvieron ausentes, se apreció mucho mejor cómo la gente volvió a volcarse a la vía pública en todo el país. Esta vez fue más evidente, ya que no había mucho interés en que el protagonismo fuera otorgado a los actores que lo tuvieron hace dos años.
Ambas reacciones posiblemente se deben a lo mismo: dos años después de las elecciones que pusieron un parche en aquella crisis, el supuesto adalid del cambio había demostrado no sólo ser parte de las redes de corrupción que se buscaba acabar, sino ser mucho más osado en su ingorancia. Y el Congreso que surgió de aquellas elecciones mucho más corrupto y prepotente que sus antecesores, como demostraron en la jornada del 14 de septiembre 2017, cuando pensaron que podían hacer y deshacer leyes para salvarse y blindarse de la justicia.
Esta vez los intereses particulares de estos grupos no coincidieron con la fuerza y los reclamos de las movilizaciones. Así se apreció en la actuación de los medios televisivos de comunicación, sectores y movimientos de la derecha como CACIF, el Movimiento Cívico Nacional MCN, los partidos políticos, las iglesias protestantes y el nuncio apostólico o la fundación contra el terrorismo.
Por eso, esta vez, los reclamos de gente eran mucho más consistentes y conscientes, apoyando la labor de la CICIG, reclamando el enjuiciamiento y renuncia del Presidente y la dimisión de los diputados corruptos. Y de ahí se pasaba al reclamo de cambios a la ley electoral y a la convocatoria a una asamblea constituyente como cambios profundos. En la jornadas previas al #ParoNacional se notó la fuerza de la población en su reclamo y no es de extrañar que las fuerzas que optan por el orden pensaran que la movilización se saldría de las manos. Esta vez no tenían tanto interés en desgastar al gobierno de Jimmy Morales, como si lo había contra la de Pérez Molina, y también se sienten amenazados por las investigaciones de la CICIG. Por ello intentaron minimizar la capacidad de demostrar su indignación y de estar en desacuerdo con este gobierno. Pero al no darle tanta cobertura a la movilización en la Plaza, paradójicamente hicieron más visiva la que se daba en otros muchos lugares del país.
Así, desde nuestro análisis, consideramos que las movilizaciones de 2017 reflejan cómo la población en distintos lugares del país, tiene históricamente la disposición a organizarse y manifestar de muchas maneras. Las manifestaciones fueron autoconvocadas y espontáneas, y se logaron formas de rechazo como no había habido antes: decenas de comercios decidieron no solamente cerrar sus puertas y salir a manifestar sino, no recibir a los diputados en sus negocios. Después de 2015, hay ya instalada en el imaginario social la idea de que salir a las calles y mostrar le descontento podía ser una vía para lograr cambios –aunque fueran mínimo. Para este #20S esa fuerza fue aún más visible, logrando romper con la invisibilización del 2015.
En el ambiente existe la idea de que ni el gobierno ni los partidos políticos, ni cúpulas de las iglesias tienen la legitimidad para convocar a ese diálogo necesario para salir de esta situación, pero hacemos énfasis que en las movilizaciones el dialogo no es una opción o una vía. Y que cualquiera otro sector que responda a ese llamado tampoco tendrá la legitimidad para representar a esa mayoría movilizada e indignada.
Mapa del Paro Nacional #20S, más allá del kilómetro cero.