Por. Lucía Ixchíu
El Centro de Estudios de la Región Cuicateca (CEREC) y originarios de la zona convocaron al Segundo Congreso de Pueblos Originarios de la Región debido a la ola de despojos por parte de los megaproyectos impulsados por las grandes empresas y el Estado. Las comunidades y pueblos están resistiendo y defendiendo su territorio y en este contexto fui invitada para exponer la situación en Guatemala
Soy maya K’iche del territorio de Chuimekena (Totonicapán), vengo del país vecino del sur de México, divididos por las fronteras delimitadas por los Estados y no por los pueblos, en Iximulew -Guatemala somos aproximadamente 16 millones de personas, en su mayoría indígenas descendientes de los mayas, 23 pueblos, xinkas, garífunas y mestizos. De ese total somos un 60% de mujeres y una población mayoritariamente joven.
Recientemente estamos saliendo de una guerra de 36 años, una de las más largas de Nuestra América, los daños son invaluables, 250 mil personas masacradas, 45 mil detenidos desaparecidos, 1 millos de desplazados, 5 mil niños desaparecidos. Los pueblos, tratamos de reponernos de la guerra y ahora nos vemos inmersos en el 5to despojo, precisamente los lugares donde se realizaron las masacres como operaciones contrainsurgentes, son ahora los territorios en disputa por el extractivismo.[1] Los actores siguen siendo los mismos, generales, oligarcas y ahora transnacionales. La guerra en Guatemala continua, los pueblos indígenas nunca hemos sido reconocidos como parte del Estado, de esa cuenta desde el siglo XVII se han realizaron leyes afines a los sectores económicos y hegemónicos, completamente excluyentes de las mayorías.
Después de la “firma de los acuerdos de paz en 1996”, hace 20 años atrás fue el primer paso de la estrategia Capitalista y colonial durante el gobierno de Álvaro Arzú Irigoyen, un oligarca, las políticas de ajuste estructural impusieron la privatización de los bienes estatales como la energía eléctrica, la telefonía, el transporte, la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y la mayoría de todos los servicios en el país. En ese mismo periodo de gobierno se dieron las primeras licencias de exploración minera en el país.[2].
Los pueblos indígenas siempre hemos tenido claro que nuestra lucha es por la defensa de la vida de “Nuestra Madre”, a partir del inicio de los 2000´s, distintos pueblos del norte y occidente del país, lo tenían claro y a partir de la búsqueda de instancias y procedimientos legales dentro del mismo Estado se buscaron procedimientos para defender el territorio. Las formas ancestrales encontraron respaldo en el Convenio 169 de la OIT para realizar consultas comunitarias de buena fe, pero también el Código Municipal permitió la realización de las Consultas Municipales de Vecinos, de esa cuenta la defensa de los bienes naturales tomó fuerza en el país, comunidades indígenas y mestizas se lanzaron en la defensa de estos.
¿Por qué el derecho a la consulta?
Surge por la necesidad de los pueblos a ser consultados, especialmente los indígenas, como un mecanismo para poder colectivamente decidir qué es lo que se desea que pase en el territorio donde la gente vive o vivimos. Históricamente a los pueblos se les desplazó de las tierras bajas de la Costa Sur, ahí se instalaron los grandes ingenios azucareros y el café, luego fueron por el resto de tierras, por los minerales, y por los ríos, ahora tenemos a los mono cultivos arrebatándonos el resto del territorio. Estos territorios por su topografía y su biodiversidad son altamente ricos en flora, fauna y recursos hídricos. Finalmente en el año 2005 surgieron las primeras consultas en Sipakapa, San Marcos, el pueblo sipakapense dijo no a la extracción minera con la primer consulta de buena fe, luego en el mismo año en Río Hondo, Zacapa, en el oriente del país, las comunidades mestizas rechazaron la minería a través de la primer consulta municipal de vecinos, estos dos como los primeros ejercicios colectivos de manifestación de los pueblos, para dar a conocer sobre la opinión comunitaria respecto a la imposición del modelo extractivo en su territorio.
Y a partir de esto en Guatemala desde el 2005 hasta el 2017 se han realizado aproximadamente 86 consultas comunitarias de buena fe y municipal de vecinos,[3] que son legítimas dentro de la organizaciones comunitaria e indígena, pero que a pesar de estar en la constitución tipificado en un artículo que habla sobre la consulta a los pueblos, el Estado de Guatemala no las reconoce y en la actualidad está en proceso de intervenirlas y cooptarlas.
El objetivo de las consultas comunitarias, consiste en conocer la realidad sobre el territorio y si hay alguna licencia minera, hidroeléctrica o autorización de algún Mega Proyecto. Previo a eso debe informarse a la población y seguidamente, se deciden cuáles serán las formas para llevar a cabo una consulta comunitaria.
La participación de la comunidad es fundamental para legitimar este proceso. Y México al igual que Guatemala es diverso y rico en recursos naturales y estamos hoy acá conversando sobre la realidad de Oaxaca y sus más de 40 licencias de hidroeléctricas y mineras y la importancia de organizarnos en torno a esta realidad que nos afecta a todos.
Como Pueblos indígenas vivimos una realidad de despojo a nivel mundial con un Estado y sistema capitalista y colonial que no entiende nuestras dinámicas comunitarias.
Totonicapán y su consulta comunitaria
El pueblo de dónde vengo realizó su consulta comunitaria el 3 de mayo de 2015, fue un esfuerzo de las autoridades indígenas del área urbana, de la Coordinadora de autoridades indígenas de Totonicapán y un esfuerzo del pueblo en general que participamos en el proceso, con meses de antelación y con una campaña de información abierta y participativa muy fuerte, se logró que 6,981 personas manifestaran su negativa a la implementación de Megaproyectos en su territorio y que 114 se manifestaran a favor, dejando un precedente en el municipio, del rechazo colectivo a los Mega proyectos.
Es importante mencionar que nosotros como pueblo fuimos masacrados en el 2012 por manifestarnos contra los abusos del ex militar Otto Pérez Molina quien renunciaría en el 2015, por señalamientos de corrupción y el ejercicio de consulta desde los pueblos y para los pueblos ayuda a fortalecer el tejido social y comunitario que los estados como parte de sus políticas, buscan destruir.
Desde mi mirada en la comunicación y el arte
Soy periodista del medio Prensa Comunitaria y hemos tenido la oportunidad de documentar y acompañar a diversos pueblos en la realización de sus consultas y debo reconocer que son ejercicios interesantes.
El poder acompañar el proceso de organización y documentarlo nos ha permitido constatar lo legítimo de estos ejercicios, todo planteado desde el pueblo y en una amplia mayoría auto gestionado también.
El apoyo mutuo y la solidaridad son prácticas anti sistema, prácticas que estos estados no entienden, por eso las rechazan y tachan de ilegales. Lo pueblos y sus diversas manifestaciones incluyendo el arte también ha sido otra forma en la cual hemos podido acompañar a las consultas comunitarias, el arte para la transformación y la lucha de los pueblos, sin duda que es una forma más de como sumar a estos esfuerzos. El año pasado acompañamos a los pueblos de Mataquescuintla en su Aniversario y San Luis Jilotepeque en la realización de su consulta.
[1] Consultar Mapa masacres de Prensa Comunitaria
[2] Consultar mapa de Licencias mineras e hidroeléctricas de Prensa Comunitaria
[3] Consultar Mapa Consultas Comunitarias de Prensa Comunitaria