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En una carta dada a conocer en las redes sociales por el exfiscal Juan Francisco Sandoval, Aneliese Mercedes Herrera Monterroso señala que teme por su vida y da cuenta de las presiones recibidas para cambiar su colaboración e implicar a exfiscales de FECI.  La exasistente de Alejandro Sinibaldi está detenida en el Mariscal Zavala luego que el pasado 13 de marzo, la jueza Abelina Cruz ordenara que Herrera fuera puesta en prisión a pesar de que ya había sido condenada y había resarcido el daño que se le había impuesto.

Por Carlos Estrada

El 13 de marzo pasado, la jueza Abelina Cruz ordenó que Aneliese Herrera fuera puesta en prisión a pesar de que ya había sido condenada y había resarcido el daño que se le había impuesto.

Herrera fue, al menos desde 2005, la asistente personal de Alejandro Sinibaldi Aparicio, el exministro de Comunicaciones del gobierno del Partido Patriota vinculado en cinco casos de gran corrupción (Odebrecht, Arca, Construcción y Corrupción, Transurbano y Cooptación del Estado).

Con la declaración de Herrera y la información que logró documentar, la Fiscalía Especial Contra la Corrupción (FECI), dirigida por Sandoval, y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) sustentaron varias acusaciones en contra de Sinibaldi y la red de corrupción que lideraba.

La exasistente de Sinibaldi se convirtió en colaboradora eficaz, en 2018, en el caso Construcción y Corrupción y contó todos los detalles que le constaban sobre los actos de corrupción del exministro, para lo cual entregó información en su poder y que respaldaba sus declaraciones.

Ese año, Herrera aceptó los cargos y fue condenada con una pena reducida al haber entregar la información, como lo hizo en su momento Juan Arturo Jegerlhener, concuño de Sinibaldi y que respaldó con su testimonio varias de las declaraciones de Herrera, además de aportar información adicional sobre la corrupción de Sinibaldi.

Sin embargo, la colaboración de Herrera, al igual que la de Jegerlhener y de Carlos Francisco Goyzueta, reveló la forma en la que Sinibaldi recibía sobornos y lavaba el dinero, pero fue revocada por una sala de apelaciones que aceptó una solicitud hecha por Sinibaldi.

Es enviada a prisión

La jueza de mayor riesgo “D”, Abelina Cruz, ordenó la prisión preventiva de Herrera, luego de haber revocado el convenio de colaboración eficaz.

A criterio de la jueza existe un peligro de fuga, por ello decidió ordenar la prisión preventiva contra Herrera y también enfrentará un proceso por supuesto lavado de dinero y asociación ilícita. Es decir, un proceso común y no como el que ya se había realizado por haber aportado información a la antigua FECI.

La resolución durante la audiencia de revisión de medidas de coerción se dio en cumplimiento a lo ordenado por una Sala de Apelaciones, que aceptó una solicitud de Sinibaldi, para que se anularan las declaraciones de Herrera, Jegerlhener y Goyzueta.

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Presiones del Ministerio Público

Tras la decisión de la jueza Cruz, Herrera se encuentra detenida en el cuartel militar Mariscal Zavala a la espera de una nueva audiencia, mientras tanto, Alejandro Sinibaldi está en libertad y los casos en su contra se han caído pese a las evidencias que fueron presentadas por la FECI y por la CICIG.

El pasado 5 de abril, fue publicado un documento firmado por Herrera, que indica que teme por su vida y señala las presiones que habría recibido días antes de la decisión de la jueza Cruz, por parte de la FECI, dirigida por Rafael Curruchiche.

“Mi nombre es Aneliese Herrera, estoy nuevamente en prisión preventiva por el caso Construcción y Corrupción, por el que ya fui sentenciada y condenada”, comienza el documento hecho público por el exfiscal Juan Francisco Sandoval y que circula en redes sociales.

En el documento la exasistente señala que recibió presiones por parte del fiscal Pedro Hernández González, ahijado de la fiscal general Consuelo Porras.

“Desde el principio sentí que su forma de verme no era como la de los fiscales anteriores, me veían de manera inquisidora tratando de controlar lo que querían que dijera y no como una colaboradora que presentó toda prueba con la verdad”, señaló Herrera.

Herrera narra que Hernández la atemorizaba y la trataba de manera acusativa y señalándole de haber mentido en una declaración de probidad.

Además, Herrera indicó que la Fiscalía de Asuntos Internos trató de manipularla y acorralarla para que ella dijera que le habían hecho ofrecimientos para dar su declaración.

“…siempre les dije que no, que no sabía cómo eran o fueron otros procesos, pero en mi caso, el licenciado Sandoval, Vides, González y Bolaños siempre me permitieron hablar con libertad, en un ambiente donde me sentía cómoda de expresar la realidad de los hechos, incluso les dije que los únicos que cuestionaron del por qué yo había hablado de la fiscal Aldana fue CICIG, sin embargo, respetaron mi declaración”, señala el documento atribuido a la exasistente de Sinibaldi.

En la narración de lo que habría sucedido antes de que se revirtieran las colaboraciones eficaces de Herrera y de Jegerlehner, se señala que el ahijado de Porras buscaba que Herrera declarara sobre cuestiones que no le constaban o que eran falsas.

Según lo plasmado en el documento, hubo presión y amenazas veladas, dándole a entender que si no declaraba lo que el Ministerio Público de Consuelo Porras quería, podrían revocar los acuerdos de colaboración.

“…me indicó que él tenía órdenes de la fiscal general de revocar los acuerdos que tuvieran que revocarse, tratando de esta manera de intimidarme, infundir miedo, de sentirme amenazada y coaccionada, sin embargo, no accedí a decir lo que ellos querían”, señala el documento.

Se pidió la opinión del Ministerio Público sobre estos señalamientos pero no se obtuvo una respuesta a la consulta.

Obligada a ser defendida por alguien que no conocía el caso

Herrera, quien tiene un abogado del Instituto de la Defensa Pública Penal (IDPP), señala en el documento que en dos ocasiones abogados que, se supone estaban realizando su defensa, estaban en realidad filtrando información. Además, señala que hay abogados que le temen a Sinibaldi porque logra comprarlos e incluso presenta denuncias en su contra.

En la carta de la testigo se señala además que la jueza la obligó a ser representada por el abogado del IDPP, que no tenía conocimiento del caso y de quién no tenía confianza.

“…consta en el audio que nunca estuve de acuerdo y, adicional al tema del abogado, le puse a la vista la acción de amparo presentada y como dijo que a ella no le habían notificado, decidió seguir con la audiencia violentando todos mis derechos, así como el debido proceso”, se lee en el documento.

Además, manifiesta que nunca fue escuchada por la jueza, pese a la insistencia y a mantener la mano levantada, no le permitió hablar durante la audiencia emitiendo una resolución que a su criterio viola su derecho de defensa.

“Queda claro que la resolución de esta audiencia ya estaba decidida sin haber iniciado, el poder, las influencias y dinero pueden más que la justicia”, dice el documento.

Los netcenter en apoyo a Sinibaldi

La carta de Herrera confirma que está en un área de aislamiento y cerca del personal del Sistema Penitenciario y de soldados, sin embargo señala que las presiones a las que queda expuesta en áreas poco seguras son grandes.

Dice, además, que solicitó ayuda a la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), pero no recibió ningún apoyo. “…nunca tuve respuesta, mi vida corre riesgo y el mayor culpable hoy disfruta de su libertad”, manifiesta.

El documento concluye señalando que el Ministerio Público deja en grave legitimidad la justicia en Guatemala, al dejar abandonados y agredir a quienes se atrevieron a hablar para desarticular un caso de corrupción de alto impacto.

Luego de la publicación de la carta de Herrera en la red social X y, se hiciera viral, se abrió una nueva cuenta con el nombre de la exasistente de Sinibaldi en la cual se señalaba que la carta que había circulado era falsa.

Al analizar la cuenta se evidenció que tenía mal escrito el nombre de Herrera y el correo electrónico, además los retuits realizados de esa publicación provienen de las mismas cuentas que aparecen apoyando las opiniones de Sinibaldi o descalificando el trabajo de los exintegrantes de la FECI.

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