Créditos: Mercedes Vaides
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Los pueblos indígenas instalaron un tercer punto de resistencia sobre la 8ª avenida y 8ª calle, de la zona 1, capitalina, para cerrar uno de los puntos clave para el ingreso de los diputados del Congreso, tras una semana de espera en la que la Junta Directiva del Legislativo se ha negado dos veces a recibirlos para escuchar sus demandas contra el golpe de Estado en marcha.

Sin embargo, la respuesta que ocasionó esta nueva toma, vino del Ministerio de Gobernación (Mingob) que incrementó los anillos de seguridad y la presencia de los antimotines y policías de seguridad ciudadana, como refuerzo para mantener el bloqueo a los manifestantes.

 

Por Paolina Albani*

Pasadas las 9 de la mañana, las personas del segundo punto del paro, sobre la 7ª avenida y 9ª calle, recibían a una delegación de manifestantes de Uspantán, Quiché, y de San Antonio Palopó, Sololá, quienes llegaron a respaldar la protesta en su séptimo día.

Momentos después, las autoridades ancestrales decidieron hacer recorrido para mostrar los puntos cerrados por la policía. Cuando llegaron a la 8ª avenida y 8ª calle, esquina trasera de la Catedral Metropolitana, compartieron la historia de una persona del Mercado Central, que enfermó y murió en el lugar, supuestamente, porque la ambulancia encontró las calles obstaculizadas por las vallas de la policía.

Ahí decidieron instalar un tercer punto de resistencia como estrategia de presión que impedirá a los diputados ingresar al Legislativo y obligarlos a abrir el organismo, no solo para normalizar las actividades legislativas, como la aprobación del Presupuesto 2024 , sino para concretar la reunión que los llevó al lugar hace una semana. Que no es más que la entrega de un memorial con demandas para reestablecer el sistema democrático.

Al mediodía, el mismo policía que la semana pasada les informó que el jefe de seguridad del Congreso, no les permitiría ingresar a la reunión que ya se había pactado, les pidió que liberaran el paso sobre la 8ª avenida y 8ª calle, pues “bloqueaban el dispositivo policial” y “paso peatonal de comerciantes”.

Un grupo de los manifestantes, visiblemente molestos, le cuestionó por la cantidad de agentes presentes en el lugar, a lo que respondió que habían más de 1 mil policías. Sin embargo, Prensa Comunitaria estimó que habían más de 3 mil.

Este número ha excedido a las personas que han permanecido durante una semana sobre la 7ª avenida y 9ª calle de la zona 1, quienes no sobrepasan las 300.

Todo apuntaba a que la efervescencia del momento podría desencadenar un desalojo forzado y violento. Sin embargo, llegada la tarde, lo único que pasó fue que el Mingob envió a más policías a resguardar la entrada del Legislativo y que reforzó ciertas calles con dos anillos de seguridad.

Foto: Mercedes Vaides
Foto: Mercedes Vaides

“Es una muestra exagerada de poder”

Rigoberto Juárez, del Gobierno Plurinacional del Norte de Huehuetenango, junto a otras autoridades indígenas, dijo que durante los ocho días que llevan de haberse establecido en el segundo punto del paro nacional, el Congreso no ha hecho siquiera el intento de recibirlos.

“La muerte de esta persona, se suma a las graves violaciones a derechos humanos en las que incurre el Congreso al pedir una seguridad innecesaria”, refirió Juárez, quien indicó que se le pidió a la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) que presentara las denuncias por las violaciones que se han cometido contra los pueblos indígenas que llevan más de 50 días en el paro nacional.

“Mejor nos multiplicamos, porque, solo así, vamos a lograr que estos corruptos salgan de la ratonera donde están escondidos”, indicaron las autoridades.

“En estas fechas, la gente se mete en una dinámica de consumismo, parece que se acaba el mundo si no celebramos la navidad, pero nos olvidamos de los atropellos del Congreso”, agregó Juárez.

Las autoridades ancestrales movilizadas en el segundo y tercer punto del paro, invitaron a la gente a unirse a las movilizaciones por la democracia.

Una semana de la segunda toma

El inicio de la segunda toma de resistencia en la zona 1, sobre la 7ª avenida y 9ª calle, surgió el pasado 21 de noviembre, cuando los pueblos se organizaron en una caminata desde el Parque Morazán, en la zona 2, hacia el Congreso para entregar un memorial con demandas, pero la policía les impidió el ingreso.

En estos siete días, en dos ocasiones les han asegurado que serían recibidos por la Junta Directiva, sin que ninguna de esos ofrecimientos se cumpliera.

*Con información de Mercedes Vaides

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