Tres testigos que fueron heridos en la masacre en la Cumbre de Alaska relatan lo que ocurrió el 4 de octubre de 2012, en el cuarto día del juicio que comenzó el 15 de junio de 2023.
Por Regina Pérez
En el Tribunal de Mayor Riesgo B, tres testigos propuestos por el Ministerio Público (MP) declararon sobre los hechos ocurridos el 4 de octubre de 2012 cuando soldados dispararon de manera indiscriminada, según los testimonios, en contra de manifestantes convocados por los 48 Cantones de Totonicapán. Todos fueron heridos de bala y casi 11 años después aún sufren las secuelas.
En el cuarto día del juicio declararon Domingo Julián, Santos Abraham Menchú y Domingo Pascual Solís quienes señalaron que la manifestación era pacífica hasta que llegaron los soldados.
El primero en dar su testimonio fue Domingo Julián de la aldea Chipuac, Totonicapán quien relató que habían finalizado de almorzar cuando llegaron los militares. Él fue herido en el pie derecho por lo que tuvieron que amputarle un dedo y tuvo que hacer reposo por dos meses.
Como era tejedor, indicó que durante un año ya no pudo seguir haciendo su trabajo pues también usa los pies para operar el pedal. Su declaración la hizo en idioma K’iche’ con apoyo de una traductora.
A petición del abogado de los 48 Cantones, José Santos Sapón, Julián mostró a las juezas el pie donde fue herido. A las preguntas de la Fiscalía, Julián indicó que no vio quien le disparó.
El segundo testigo fue Santos Abraham Menchú quien relató que el 4 de octubre de 2012 estaban manifestando sus inconformidades. “Me recuerdo que ese día cambió mi vida, antes tenía mi vida normal, estábamos sanos, sin ninguna enfermedad, ¿por qué digo esto? Hoy en día vivo con medicamentos, analgésicos, hacía actividades de campo, cultivar la tierra, hoy en día no lo puedo hacer” contó.
A la pregunta del fiscal Edwin Castañeda sobre qué ocurrió ese día, el testigo, que en ese entonces tenía 21 años, respondió: “ese día nos masacraron, nos dispararon, ya en el transcurso de la tarde, por estar ahí manifestando nuestras inconformidades”.
Menchú fue herido en la espalda, cerca del tórax, al querer huir en dirección a Quetzaltenango. Cuando el fiscal le preguntó por qué le dispararon contestó “no sé”. Al preguntarle quien lo hizo respondió: “el ejército”.
Ahora el testigo indicó que ya no puede realizar actividades que hacía antes, como cultivar la tierra porque su cuerpo no lo resiste. Santos declaró que la bala aún está alojada en su espalda porque los médicos no pudieron extraerla en una operación que le hicieron. “Me comentaron que está cerca de los pulmones, pero es riesgoso sacarla”.
Al igual que Domingo Julián, Santos era tejedor pero después de ser herido ya no pudo realizar ese trabajo y ahora es maestro, pues ya estaba estudiando una carrera técnica en la Universidad. Contó que su familia lo apoyó para poder terminar sus estudios, que incluso pensó en abandonar su carrera porque ya no tenía como sufragar sus gastos.
Domingo Pascual, el tercer testigo contó al Tribunal que la protesta transcurrió de manera tranquila durante la mañana, pero después de la hora del almuerzo llegaron soldados al lugar.
Como consecuencia de los disparos él fue herido en el tobillo izquierdo y no pudo trabajar por 16 meses. Según Pascual, no fueron los policías quienes le dispararon, puesto que ellos ya estaban en el lugar desde la mañana y además los pudo distinguir por sus uniformes.
La audiencia se suspendió en horas de la tarde y se retomará el próximo viernes.