El activismo del Parlamento Xinka fue reconocido con el Premio de Derechos Humanos de la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights en Washington D.C. “Esto nos motiva a seguir luchando”, dijo Aleisar Arana, quien recibió el reconocimiento.
Por Regina Pérez
El Parlamento Xinka, la máxima instancia que representa al pueblo xinka, que habita en el oriente del país, recibió este martes el Premio de Derechos Humanos 2023 que otorga la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights por su trabajo a favor de los pueblos indígenas y los derechos ambientales en Guatemala. En esta ceremonia estuvo presente la exjueza Erika Aifán, quien es Distinguida Asociada Visitante de la Fundación.
En una ceremonia realizada en el senado de Estados Unidos y antes de entregar el premio, la presidenta de la Fundación, Kerry Kennedy, resaltó la lucha del Parlamento Xinka en contra de la mina El Escobal, antes minera San Rafael, la segunda mina de plata más grande del mundo, subsidiaria de la canadiense Pan American Silver y que operó en el departamento de Santa Rosa.
La presidenta de la Fundación recordó la movilización realizada por el pueblo xinka cuando la mina comenzó a operar en 2014, que incluyó no solo cierre de carreteras sino un cabildeo a nivel internacional por parte de las comunidades. En respuesta, la minera usó tribunales nacionales para apuntar al Parlamento y utilizó a fuerzas de seguridad, incluyendo al Ejército y la Policía, para eliminar al activismo xinka.
Kennedy también recordó las amenazas que sufrieron, como el ataque contra el dirigente Alex Reynoso y su hija Topacio Reynoso en 2014, cuando la joven de 16 años perdió la vida. Ambos eran activistas en contra de la mina. “Por favor reconozcan a la madre de Topacio, Ema, quien está aquí con nosotros hoy”, pidió la presidenta de la Fundación y la sala se llenó de aplausos.
Agregó que, a pesar de esta brutalidad, las protestas continuaron y los abogados accionaron en contra de la licencia de la mina en las cortes y en 2018 tuvieron una victoria cuando la Corte de Constitucionalidad (CC) ordenó que se realizara una consulta comunitaria y se suspendieron las operaciones de la mina, que a la fecha continúa cerrada.
“La lucha del Parlamento Xinka en contra de la mina El Escobal no solo ha sido una batalla por la integridad de su territorio, también un testimonio de su determinación para proteger sus recursos naturales y asegurar un futuro sustentable para sus comunidades”, anotó.
Para la presidenta de la Fundación, el Parlamento Xinka es una inspiración y un modelo para comunidades que enfrentan desafíos similares en otras regiones del mundo.
Al recibir el premio, Aleisar Arana, presidente del Parlamento Xinka, agradeció en nombre de dicha organización el reconocimiento como defensores de derechos humanos y pueblos indígenas. “Esto nos anima, nos motiva a seguir luchando”, dijo el dirigente.
Según Arana, ser defensores y defensoras de derechos humanos en Guatemala es una tarea muy difícil y peligrosa, “muchos somos objeto de persecución, criminalización y algunas veces hasta asesinados como es el caso de Topacio Reynoso y Exaltación Marcos Ucelo, el intento de asesinato de Julio González y el secuestro del Huxi Hurac del pueblo Xinka, durante 2013, y el señor Roberto González Ucelo”. Todos ellos eran activistas en contra de la mina.
A pesar de los obstáculos y la discriminación y la negación de su existencia por parte del Estado, Arana señaló que hoy el pueblo xinka está más vivo que nunca. “Agradecemos a las energías de los abuelos y abuelas por encontrarnos en este caminar con las personas y organizaciones alidadas como Robert F. Kennedy Human Rights que ha contribuido grandemente a nuestra lucha por la búsqueda de la justicia”, señaló.
Exjueza Aifán resalta labor del Parlamento en medio de panorama desolador
Antes de comenzar su discurso, el dirigente saludó a sus compatriotas en la sala que están en el exilio “únicamente por trabajar a favor de la justicia”. Entre estas personas estaba la exjueza Aifán, quien tuvo una intervención en la ceremonia, en la que además de referirse al premio también mencionó la situación actual que atraviesan operadores de justicia, periodistas y defensores de derechos humanos en Guatemala, víctimas de persecución arbitraria y exilio.
“El Estado de Guatemala no solo está matando a nuestros niños con desnutrición por corrupción, sino también por ser defensores de la tierra, con ataques armados como el que cegó la vida a Topacio Reynoso, quien con apenas 16 años de edad era una defensora de derechos humanos”, expresó Aifán.
La exjueza indicó que la prensa independiente también está siendo perseguida, a tal punto que Jose Rubén Zamora, director de elPeriódico, uno de los diarios más importantes del país, se encuentra detenido bajo un proceso penal lleno de irregularidades. “Se ha ordenado la investigación penal en contra de por lo menos nueve periodistas y columnistas y lamentablemente elPeriódico dejó de circular”.
Agregó que varios fiscales anticorrupción han sido detenidos arbitrariamente y más de 36 operadores de justicia están en el exilio, “pareciera que no existe esperanza ya que en el proceso electoral para elegir binomio presidencial, diputados y alcaldes, han sido excluidos candidatos que tenían un fuerte apoyo popular, dentro de ellos la única candidata con pertenencia a una etnia indígena, en ese contexto es insoslayable los riesgos que enfrentan los miembros del Parlamento Xinka cuando defienden el ideal de un país más justo e inclusivo”.
No obstante, indicó que sus acciones en defensa del medio ambiente y al exigir sus derechos, al defender a quienes son criminalizados por su activismo, “son indudablemente el mejor ejemplo de lo que Robert F. Kennedy dijo un día, porque con todas las acciones que realizan le dan a Guatemala una onda de esperanza, muchas gracias por eso y felicitaciones por tan merecido premio”, concluyó Aifán.