A pesar de la inflación, la economía en Estados Unidos tiene un impacto directo sobre estas transferencias. Guatemala es el segundo mayor receptor de Latinoamérica, según el Banco Mundial.
Por Isela Espinoza
A pesar de conocer las tragedias y vulnerabilidades a las que se enfrentan los migrantes en su trayecto hacia Estados Unidos, los guatemaltecos continúan abandonando sus comunidades en busca de un mejor futuro para su familia. El Programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano señala que “las remesas son la actividad económica más visible entre los migrantes”.
Según datos registrados por el Banco de Guatemala (Banguat) durante el primer trimestre de este año, las transferencias recibidas por los hogares guatemaltecos alcanzan los US$4 mil 433.4 millones, unos Q34 mil 533 millones (según el tipo de cambio del día Q7.79).
Para marzo de este año, el Banguat reportó US$1 mil 665.80 millones, un acumulado del 12.6 por ciento. En marzo del 2022, se reportó un monto deUS$1 mil 493.10 millones.
“Impresionante. Fruto del esfuerzo, sudor, penuria y de desempeñar dos y hasta tres trabajos”, reaccionó Marcos Antil, un migrante maya Q’anjob’al y empresario guatemalteco, en su cuenta de Twitter al publicar una imagen que muestra el aumento de estos flujos monetarios.
El banco central proyecta que durante 2023 el país podría recibir US$19 mil 400 millones en remesas, un crecimiento de 7.5 por ciento. El año pasado, estas transferencias sumaron US$18 mil 40.3 millones. En 2017, las remesas representaron el 17.80 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), más que las exportaciones. Este aumento en el PIB también podría explicar el crecimiento de la economía.
En febrero pasado, el ministro de Finanzas Públicas, Edwin Martínez, reconoció que los envíos que realizan los migrantes guatemaltecos “inyectan capital a las arcas nacionales y son un fuerte apoyo al consumo”.
Para Antil las autoridades solo presumen las remesas, pero excluyen a la comunidad migrante que en su mayoría envía las transferencias desde Estados Unidos. “Nadie está insistiendo en un TPS o Estatus de Protección Temporal, nadie está velando porque reciban una tasa de cambio favorable”, escribió.
Según el Banco Mundial, el costo promedio para enviar US$ 200 a América Latina y el Caribe se mantuvo en 5,6 por durante el cuarto trimestre de 2021, equivalente alrededor de US$10.38.
El peso de las remesas
En 2022, World Visión Guatemala con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) realizó un estudio en el que señala que 63 por ciento de familias migrantes usa las remesas para la compra de alimentos, vestuario y servicios básicos.
Mientras, el resto lo utiliza para reparaciones o ampliaciones en su vivienda, compra de propiedades, para atender servicios médicos o medicamentos, para cubrir gastos de educación y emprendimiento.
Este estudio también evidenció que los guatemaltecos abandonan el país por temas económicos, desempleo o empleo precario y pobreza. Además, el 54 por ciento de las remesas se destinan a los departamentos de: Huehuetenango, Guatemala, San Marcos, Quetzaltenango, Petén, Quiché y Alta Verapaz.
El migrante y empresario Antil resaltó que, aunque estos departamentos poseen mayor número de beneficiarios de remesas, en sus municipios crece o se mantiene la pobreza, hay carencia de servicios básicos, escuelas sin inmobiliario adecuado y sin maestros, carreteras en mal estado, así como el acoso criminal.
Si de los montos registrados por el Banguat, “la mitad se usara para subsanar alguna de esas carencias, la migración forzada se reduciría”, agregó.
Aunque la economía en Estados Unidos tiene un impacto directo sobre las remesas, economistas prevén que los montos enviados podrían reducir los efectos de la inflación en ese país que en marzo de este año se situó en 5 por ciento. El Banco Mundial posicionó a Guatemala como el segundo país con mayor recepción de remesas en América Latina. Le antecede México con US$60 mil millones.