Créditos: Juan Bautista / Prensa Comunitaria.
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Las autoridades municipales no han atendido los daños que provocan las lluvias registradas en la región caribeña del departamento de Izabal. La población maya Q’eqchi’ y las autoridades locales han solicitado apoyo ante los gobiernos municipales, sin embargo, no han sido atendidas. En 2015, un desastre natural inundó a varias comunidades que se encuentran en la ribera del río y destruyó el único puente que utilizaba la población para acceder a El Estor.

Por Juan Bautista y Francisco Simón

Lo que ocurre en el municipio de El Estor, un lugar minero, no es aislado de esa realidad. Se reportan puentes destruidos y pérdida de cultivos. En la comunidad de Socela, más de 20 familias quedaron atrapadas por las lluvias registradas la noche de este lunes, porque sus viviendas se inundaron; pidieron auxilio y ninguna autoridad les prestó ayuda.

Ese mismo día, durante la mañana, también se reportó el desborde del río Túnico por las fuertes lluvias y dejó bloqueado el ingreso al municipio que está situado a 30 kilómetros del lugar. Algunas personas que trabajan fuera de El Estor, tuvieron que esperar más de cinco horas hasta que el caudal del agua disminuyera, pero al final no pudieron pasar. El atraso que generó esa situación se traduce en pérdidas, dado que es el único camino que conecta a los pobladores estoreños con el municipio de Río Dulce y Puerto Barrios, cabecera del departamento.

Foto: Juan Bautista / Prensa Comunitaria.

Un maestro que habló bajo anonimato, dijo que las malas condiciones del lugar le impidieron llegar a la comunidad donde imparte clases. “Si las autoridades trabajaran de verdad y construyeran el puente sobre el río, además de limpiar de manera constante los tragantes del agua, esta situación no afectaría a la población”, manifestó.

Otro vecino, resaltó la importancia de que el Estado priorice la atención para este tipo de emergencias y, así evitar cualquier desastre natural y que la población no salga perjudicada, ya que, a su criterio, afecta a todos y retrasa el desarrollo del municipio.

En ese lugar, dicen las personas, que en lo que va del 2022, varios vehículos ya han sido arrastrados por el río, debido a que muchos transeúntes arriesgan su vida al cruzarlo.

¿Qué pasa y por qué no hay puentes?

En 2015, un desastre natural inundó a varias comunidades que se encuentran en la ribera del río y destruyó el único puente que utilizaba la población para acceder a El Estor. En ese entonces, el gobierno municipal en alianza con la empresa minera CGN-PRONICO, que opera en el área extrayendo minerales de manera ilegal, construyó un puente provisional tipo Bailey, que soporta solo una carga de 20 toneladas, “pero no dilató por mucho tiempo ya que la misma empresa lo destruyó con sus maquinarias pesadas, que transportan materiales de carbón y níquel a la vez”, recordaron los pobladores.

Foto: Juan Bautista / Prensa Comunitaria.

Y con el paso de las tormentas Eta y Iota en noviembre de 2020, el puente quedó totalmente destruido.

En diciembre de 2021, comunitarios y transportistas que transitan en esa región, exigieron al gobierno departamental y central, la construcción de un puente nuevo sobre el río Túnico.

Ese mes, las diputadas del distrito de Izabal, Lorena Teo y Thelma Ramírez, se asomaron a la petición de la población y en una conferencia de prensa anunciaron que en marzo de 2022 finalizaría la construcción de ese proyecto.

Mientras las autoridades del Ministerio de Comunicaciones y el presidente Alejandro Giammattei anunciaron en mayo pasado, la inauguración de ese puente, dijeron que de inmediato iban a comenzar con las bases de la obra. Sin embargo, uno de los trabajadores comentó que para la construcción del proyecto se necesita más de 8 meses para finalizarlo, pero hasta el momento la obra no avanza.

Foto: Juan Bautista / Prensa Comunitaria.

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