“Estamos más expuestas en el trabajo sexual, a nivel social, a nivel familiar, a nivel institucional incluso y en las áreas de trabajo, los hombres trans apenas en 2015, 2016 se empiezan a organizar y muchos todavía viven como detrás de la cortina”. Galilea Monroy.
Por Regina Pérez
El pasado 2 de julio, en la colonia El Progreso, zona 11 de la ciudad de Guatemala, fue asesinada Nancy Secul Tut, una mujer trans Q’eqchi’ originaria del departamento de Alta Verapaz. Sacul era una activista trans y defensora de derechos humanos. Su asesinato se suma a los 16 crímenes en contra de personas de la diversidad sexual y de género en lo que va del 2022, según datos del Observatorio de Derechos Humanos LGBTIQ+.
Como muchas personas trans, debido a la falta de espacios laborales para esta población, ella era trabajadora sexual. Estos asesinatos ocurren en un contexto violento en contra de la población LGBTIQ+, en la cual el estado guatemalteco ha impulsado iniciativas de ley en contra de personas de la diversidad sexual y de género, informó Carlos Valdez, director de la organización Lambda, a la cual pertenece el Observatorio, que monitorea y documenta las agresiones en contra de esta población.
Entre estas iniciativas, Valdez mencionó la 5272 que luego se convirtió en la “Ley para la Protección de la Vida y la Familia” y el proyecto 5940, que atenta contra los derechos de las personas trans. Estos proyectos “reafirman un Estado conservador, realmente discriminatorio en temas de diversidad sexual”, dijo Valdez.
De acuerdo con el Observatorio, de enero a junio murieron de manera violenta 14 personas de la diversidad sexual, de estas 4 eran mujeres trans, 8 hombres gay, una lesbiana y un hombre bisexual. Con el asesinato de Nancy Secul, ocurrido el 2 de julio, se incrementaron a 16 las muertes violentas.
Galilea Monroy, directora ejecutiva de la Red Multicultural de Mujeres Trans de Guatemala (Redmutrans), indicó que estos asesinatos conllevan saña por transfobia hacia la identidad de género de las personas trans y el perjuicio que persiste en la sociedad.
Este prejuicio, el machismo y la transfobia, lleva a una violencia en contra de las mujeres trans que llegan a ser asesinatos o transfemicidios, explicó Monroy. El discurso que viene de los mismos funcionarios de gobierno, con los mensajes de odio hacia esta población, incrementa la violencia en contra de ellas, así como los que provienen de la Iglesia, considera la directora de Redmutrans.
Según las organizaciones, son más frecuentes los asesinatos en las mujeres trans que en los hombres trans, pues este año ya van varios casos. En 2019 se registró el asesinato de un hombre trans, según información del Colectivo Trans-Formación.
Esto se debe a que a las mujeres trans son las más visibles en la población LGBTIQ+ y porque en su mayoría, el 90 por ciento, les toca ejercer el trabajo sexual, según Monroy. “Estamos más expuestas en el trabajo sexual, a nivel social, a nivel familiar, a nivel institucional incluso y en las áreas de trabajo, los hombres trans apenas en 2015, 2016 se empiezan a organizar y muchos todavía viven como detrás de la cortina”, dijo.
Estos son los asesinatos que ha registrado el Observatorio Nacional de Derechos Humanos LGBTIQ+ de Lambda, de enero a junio.
Enero
El 2 de enero fue atacada una mujer trans en Amatitlán. La mujer fue identificada como Joseline Calito, según publicó la Organización Trans Reinas de la Noche (OTRANS).
El 4 de enero fue encontrado el cuerpo de un hombre gay dentro de un costal, con signos de tortura, en el departamento de Izabal
Fue asesinado un hombre gay en el departamento de Santa Rosa.
El 25 de enero, el Observatorio reportó la localización de un hombre bisexual, con señales de violencia, en Río Dulce, Izabal.
Febrero
El 6 de febrero un hombre gay fue acribillado en Puerto Barrios Izabal.
El 9 de febrero fue encontrado el cuerpo de una mujer trans en un terreno baldío con señales de violencia en Amatitlán. Según información de Otrans era una mujer de origen hondureña y fue identificada como Carolina Sánchez.
De acuerdo con el Observatorio, hubo 3 asesinatos de población LGBTIQ en febrero.
Marzo
Fue degollado y acribillado un hombre gay en el departamento de Izabal
Dos personas de la población LGBTIQ+ fueron atacadas con arma de fuego en Izabal y Chiquimula. Estos crímenes ocurrieron dentro de un contexto político de odio y prejuicio denunció Lambda.
Abril
En abril, el Observatorio de Derechos Humanos registró el asesinato de Christian, un líder comunitario, en Escuintla, quien fue encontrado con señales de violencia en el río Guacalate.
Con este asesinato sumaban ya 13 muertes violentas de la población #LGBTIQ+.
Mayo
El Observatorio de Derechos Humanos reportó que una persona de la diversidad sexual y de género fue asesinada con arma de fuego cuando se dirigía a su trabajo.
Julio
El 2 de julio se reportó el asesinato de Nancy Secul Tut, una mujer trans Q’eqchi’ que había migrado a la ciudad capital.
En el caso de las mujeres trans se manejan otros datos. El Centro de Documentación y Situación de las Personas Trans de América Latina y el Caribe (CEDOSTALC), capítulo Guatemala, reportó un 53 por ciento de mujeres trans asesinadas del 2020 al 2021.
CEDOSTALC es una iniciativa de la Red Latinoamericana y del Caribe de Personas Trans (RedLacTrans).
La violencia en contra de mujeres trans en la ciudad capital y en los departamentos varía dependiendo del contexto, porque no es lo mismo la situación de una mujer trans que vive en Petén a una que vive en Jutiapa, ejemplificó Monroy. La mayoría de ellas son “desterradas” de sus lugares de origen y en algunos casos por el machismo y la transfobia, son violentadas y asesinadas en sus municipios y departamentos. “Quien tiene suerte sale huyendo del departamento, eso es la migración interna de lo cual no se habla”, dijo la activista.
Impunidad de casi el 100 por ciento
En 2021, según el Observatorio, se registraron 33 asesinatos en contra de personas de la comunidad LGBTIQ+, un incremento de más del 70 por ciento respecto a 2020, cuando se documentaron 19 muertes violentas. La población más afectada son los hombres gay, seguidos de las mujeres trans.
Todos estos asesinatos tienen algo en común, la impunidad que no permite castigar a las personas responsables detrás de los mismos. Además, Guatemala no cuenta con un protocolo de investigación de delitos contra la población LGBTIQ+, por lo que esto ha sido una demanda de las organizaciones.
Valdez, de Lambda, dijo que es preocupante comparar las estadísticas de este año con 2021, pues se teme que sea más violento. El próximo año, que es electoral, también puede incrementarse la situación de violencia, empezando desde los candidatos a puestos públicos que utilizarán a la comunidad LGBTIQ+ como parte de sus discursos para ganar adeptos a sus partidos, reafirmando su conservadurismo, ser providas y otros conceptos discriminatorios.
La impunidad en estos crímenes, según Valdez, es casi del 100 por ciento. Solo un caso, de 2017, obtuvo una sentencia que no fue tan favorable. Se trata del transfemicidio de Carla Reyes, una mujer trans en Puerto Barrios, donde el Tribunal de ese mismo departamento cambió el delito de homicidio a homicidio preterintencional y condenó al perpetrador, Julio Arnoldo Morán, a 7 años de prisión.
Henry España, de la Defensoría de Personas de la Diversidad Sexual de la PDH, refirió que documentar la violencia en contra de la población LGBTIQ+ es un reto. El objetivo al documentar e identificar los casos es visibilizar ante el Estado que esto existe y exigirle la creación de políticas de prevención, protocolos de investigación al Ministerio Público (MP) y leyes de protección, dijo.
Ante estos asesinatos, España recomienda al Estado fortalecer al personal a cargo de las investigaciones y a que identifiquen si en estos casos la violencia fue basada en la orientación sexual y la identidad de género de la víctima y fortalecer las capacidades. “Más que documentarlo, lo que necesita el MP es responder ante estos casos, que lleguen a sentencia” manifestó.