Por Amílcar Morales
Desde hace 20 años, la Dirección de Caminos del Ministerio de Comunicaciones dejó de reparar la carretera que conduce a tres aldeas y caseríos que conforman la región siete del municipio de Jocotán, Chiquimula. Según la población de esa región, los comités de carreteras han presentado en múltiples ocasiones sus demandas y solicitudes, pero no han sido atendidas por las autoridades.
Ante esa situación, comunitarios de la aldea Pelillo Negro, junto a otras comunidades circunvecinas, decidieron asumir la reparación del camino. Para ello, el pasado 9 de julio comenzaron el trabajo con las pocas herramientas que poseen, entre estas, palas, azadones, piochas y machetes, además de costales que les sirvieron para cargar piedras, arena y tierra.
Ese día se sintieron felices porque lograron reparar los tramos que se encuentran en malas condiciones, pero decepcionados por el abandono de las autoridades. La obra comunitaria fue dirigida por las autoridades ancestrales, con el apoyo de los miembros de los Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE).
Según dicen, la carretera que comunica a esa región se deteriora más por las constantes lluvias registradas en el país y dificulta el acceso de los vehículos, ya que los agujeros que existen se agrandan con el lodo y aguas acumuladas. “Sino se repara nos quedamos sin acceso”, dijo uno de los comunitarios de Pelillo Negro, al comenzar la obra.
La región siete se encuentra a 15 kilómetros del municipio, y la mayoría de las personas que la habitan son de habla maya Ch´orti´. Estas comunidades, como en muchas partes de Guatemala, están abandonadas, con caminos de tierra y menos servicios básicos como la salud y el agua potable.
Frente a estas condiciones, se organizaron para reparar el camino, porque acceder a Jocotán es una necesidad, ya que sus compras de consumo diario la realizan en el mercado municipal. Además, les sirve a las personas de instituciones públicas que prestan los servicios de salud y educación.
Cabe destacar, que las malas condiciones de las carreteras son comunes en todas las aldeas del municipio, situación que se agrava aún en tiempos de invierno. Mientras, la municipalidad de Jocotán, argumenta que no cuenta con las capacidades para mejorarlas, porque el gobierno central no les brinda el apoyo necesario.
En ese municipio, la mayoría de las carreteras sufren daños por las lluvias, como es el caso del camino que comunica a las comunidades de las Flores, Guareruche, Suchiquer y Oquen. Por ejemplo, hay dos partes que están a punto de colapsarse, antes de llegar al puente Oquen, situado sobre la quebrada en la aldea Escobillal.
Pese a los riesgos, que podría provocar la tierra húmeda, algunas familias siguen viviendo en la parte baja del lugar. Los vehículos se quedan atrapados por un buen tiempo y logran avanzar gracias al apoyo de algunos vecinos de la aldea; pero aseguran que el riesgo puede agravarse si la lluvia continua.
Por esa situación, la población hace el llamado a las autoridades para apoyar la reparación de los caminos vecinales.