Por Aj Ral Ch’och’
Pablo Ramos fue dirigente del Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) y mantenía una lucha por la recuperación de las tierras en la comunidad de Navajoa, Morales, Izabal.
Fue asesinado con arma de fuego, cuando se encontraba en el local de su negocio de artículos de consumo diario, ubicado en el kilómetro 258, ruta al Atlántico. Según testigos, el crimen fue realizado por dos personas que se conducían en una motocicleta, en la tarde del 7 de junio.
Ramos había recibido múltiples amenazas e intimidaciones por parte de miembros de la familia Manchame, que viven en la misma comunidad, con quienes tenía una disputa por la tierra.
Según familiares, el 6 de junio estuvo en una audiencia de conciliación, en la fiscalía del Ministerio Público (MP) de Morales, Izabal, a donde había sido citado por la familia Manchame.
Según los comunitarios, la resistencia por la recuperación de la tierra, comenzó en 2018 y mantienen una mesa técnica abierta, por el tema de la tierra, con las diferentes instituciones del Estado, donde participan la Comisión Presidencial por la Paz y los Derechos Humanos (COPADE), la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), el Fondo de Tierras, el Registro de Información Catastral, el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA) y el acompañamiento de la bancada del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP) en la ciudad de Guatemala.
Familiares de Ramos y compañeros de CODECA exigen al Estado que investigue el asesinato del defensor de la madre tierra, Pablo Ramos de 68 años de edad.
Con este suman 24 integrantes de CODECA, defensoras y defensores de derechos humanos, asesinados en todo el país, desde 2019 a la fecha.
El hecho se registró a pocos días de que CODECA celebre su Asamblea Plurinacional, por sus 30 años de existencia como movimiento de defensores de derechos humanos y de la Madre Tierra, señala un comunicado de la entidad.