En Santa Eulalia, está situada al norte de Huehuetenango, la celebración de la Semana Santa se ha convertido en una tradición que mezcla algunos elementos de la cultura propia del pueblo Q´anjob´al, con las creencias católicas. No solo religiosas, también la celebran los habitantes del municipio.
Por Lencho Pez
Para los habitantes de Jolom Konob´ (Cabeza del Pueblo) -así se autodenomina el municipio de Santa Eulalia-, los días más solemnes y significativos de la Semana Santa inician desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección. Una semana cargada de actividades religiosas, entre las que destacan las procesiones, sin embargo, también se reviven algunas tradiciones de la cultura propia del pueblo Q’anjob’al.
El juego de la Cera que desapareció
Vecinos que profesan la religión católica, protestante o la espiritualidad maya, subían o bajaban de sus comunidades al centro de Jolom Konob´, a jugar el juego de la Cera, en el parque central. Según se tiene registro, fue en 2008 cuando se abandonó esta tradición.
El material primordial de este juego, como su nombre lo indica era la cera de abeja en forma circular. Tenía dos lados, uno plano y otro ovalado, como ver la forma de una media naranja; en el lado plano se rayaba con la uña del dedo pulgar y esa se ponía al suelo.
La persona que lograba darle vuelta con la suya era quien ganaba, enseguida le correspondía a otro jugador para seguir y así sucesivamente se iban alternando. Podían jugar dos o más personas, entre niños, jóvenes y personas mayores.
Sin embargo, en la actualidad, la práctica de este juego solo queda en la memoria de quienes lo hicieron. Se lamenta su desaparición debido al exterminio de la abeja silvestre, que es la principal productora de este material. El origen del problema, según los abuelos, se debe a los incendios forestales, tala inmoderada de árboles por empresas madereras y por la contaminación que provocan los desechos químicos.
Los pícolos en representación de judíos
Sin embargo, algunas prácticas persisten. De acuerdo a relatos, vivencias y experiencias propias, antes del Conflicto Armado Interno un grupo de jóvenes se acostumbraban a salir para correr en las calles del municipio, en representación de romanos a quienes se conoce con el nombre de Pícolos, vestidos con trajes de color rojo, enmascarados y liderados por un personaje también con máscara, pero con cuernos y colmillos, que supuestamente representa al diablo que puso a Jesús tres veces a prueba.
La carrera de Pícolos empieza desde el lunes Santo y termina el Viernes Santo con la crucifixión de Jesús en la iglesia del Calvario. Es una de las tradiciones más antiguas que aún se práctica en Jolom Konob´. A pesar de que la mayoría de las familias pioneras de la carrera, migraron hacia otros lugares, principalmente a Estados Unidos, esta tradición la heredó un grupo de jóvenes mayoritariamente de habla Q´anjob´al.
La Semana Santa es una celebración cristiana que se realiza cada año. De acuerdo al calendario litúrgico de la Iglesia católica inicia desde el miércoles de ceniza, a lo que se denomina Cuaresma. En el idioma maya Q´anjob´al este periodo se llama Yay kurus, que significa la caída de la cruz.
En Santa Eulalia no hay un registro o fecha en la que dio inicio esta actividad, aunque no se descarta que el catolicismo haya sido la principal protagonista de su introducción en los territorios y comunidades.
Semana Santa entre tamales, atol y chilacayote
Para estas fechas las familias también acostumbran a preparar comidas. Destaca la preparación de tamales con frijol acompañados con hierba buena, pepita de chilacayote molido y algunos con picante. Simultáneamente se prepara una bebida muy ceremonial conocida como Way Uk´eja´, cuyos ingredientes son el cacao, semilla de zapote y pimienta gorda. Otra clase de bebida que se prepara en Semana Santa es el atol Xhuco o atol de panela. Este último, se prepara menos porque la panela ha sido reemplazada por el azúcar.
Otra de las tradiciones gastronómicas que practican las personas en Jolom Konob´ es la preparación de miel de chilacayote. El fruto se parte en pedazos y se reposan en agua con cal durante cuatro a cinco horas, hasta que se pone duro, en Q´anjob´al se conoce como Chi Q´oq. El chilacayote es un tipo de calabaza de tierra fría, que tiene forma ovalada y sirve como un manjar en tiempos de la Semana Mayor.
La Xheca, un pan artesanal
Otra de las tradiciones más emblemáticas de este pueblo y probablemente de todos los municipios del norte del departamento de Huehuetenango, es el consumo del pan untado con miel de abeja. Hasta 2010 se consumían más las xhecas, un pan artesanal, hecho con harina de trigo y mezclado con panela. Se prepara en hornos de barro. El sabor es único al momento de su proceso dentro del fogón.
El trigo es molido en una piedra circular que se mueve con un sistema que utiliza la fuerza del agua de río; la mayoría de las xhecas se preparan en los municipios de San Miguel Acatán y San Rafael la Independencia.
Los tamales, el atol, el chilacayote y las xhecas son elaborados desde el lunes Santo y se continúa el martes, para que todo esté listo el miércoles Santo. A tempranas horas del jueves Santo las familias se levantan para hacer la fogata y preparar la comida.
Las niñas, niños y jóvenes saben que deben prepararse. A partir de las primeras horas de ese día empiezan a recorrer las casas de los vecinos para intercambiar las delicias que cada familia preparó. El sentido de esta práctica se refiere a la última cena de Jesús con sus apóstoles el día jueves hace más de 2 mil años.
Sin embargo, con el tiempo, las cosas van cambiando. Anteriormente, los ingredientes que se utilizaban para la elaboración de estos banquetes, normalmente se hacían a pura mano sobre las piedras de moler. En la actualidad, estas piedras han sido sustituidas por el molino de nixtamal o eléctrico, que ha facilitado el proceso de los ingredientes, ya que la mayoría de ellos vienen preparados por personas que se dedican a su elaboración desde su casa, de manera que los insumos no pierdan su esencia original.
Don Pedro Mateo Luic, originario del cantón San Miguelito de Santa Eulalia, fue el primero que empezó con la idea de preparar ingredientes para comidas y bebidas de forma artesanal. Por su dedicación a lo que hace, se ha vuelto un experto en la combinación de condimentos para preparar exquisitos platillos.
Su trabajo se ha convertido en un arte. Él se ha dado a conocer a personas de otros municipios de la región norte de Huehuetenango y a nivel nacional. Su producto también ha sido exportado a Estados Unidos, México y a otros países. Don Pedro sabe preparar insumos para consumo en todas las temporadas del año. Las diferentes especies que utiliza en su mayoría vienen de tierra caliente y las adquiere al mayoreo.
Otro factor a destacar para estas fechas de Semana Santa en Huehuetenango, son los edificios públicos que son decorados con los colores que representan la Semana Santa, es decir, no existe una separación entre la religión y la política.
Sobresalen las dramatizaciones que organiza la Iglesia católica que recrea la pasión de la muerte de Jesús en espacios públicos. Las cuales llaman la atención de personas de otras religiones o creencias, que para muchos significan la fe, devoción y convicción.
En Santa Eulalia, particularmente, prevalecen las alfombras que realizan las personas de distintas comunidades sobre las principales calles del municipio, por donde recorre la procesión de la imagen de Cristo el Sepultado acompañado con las imágenes de la virgen María, mientras es trasladada en procesión, desde la iglesia de la parroquia, hasta la iglesia del Calvario, en donde se lleva a cabo la vigilia durante toda la noche.