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Chile ante una nueva constitución: que Guatemala no baje los brazos ni la esperanza

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Créditos: Telesur.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Lourdes Álvarez Nájera

El proceso para redactar una nueva constitución en Chile inspira a toda la región. No se detiene y cada día se recarga de actos que representan una “reparación histórica, un poco de justicia simbólica ante el racismo, machismo, misoginia, el colonialismo, el despojo y la discriminación”, según Mabel Cobos Fontana, profesional del área de ciudadanía e interculturalidad de la oenegé Observatorio Ciudadano, organización de defensa, promoción y documentación de derechos humanos en ese país, que conversó con Prensa Comunitaria sobre el tema.

El domingo 4 de julio la doctora Elisa Loncon, indígena mapuche, activista, lingüista y profesora fue electa como presidenta de la Convención Constitucional, que será la encargada de encabezar el proceso para la nueva constitución, con una serie de sesiones durante los próximos nueve meses, que se puede extender hasta 12, informó Cobos.

Además, esa Convención Constitucional deberá definir el reglamento y las comisiones de trabajo, para así redactar la nueva Constitución chilena, en un proceso donde participan 155 representantes de diversos sectores, en su mayoría independientes, jóvenes, de diversas disciplinas y quehaceres, entre los cuales se encuentran los 17 representantes de escaños reservados para pueblos indígenas.

Entre las mujeres constituyentes de los pueblos indígenas también se encuentra Francisca Linconao, machi, reconocida lideresa y autoridad espiritual del pueblo Mapuche, que según Front Line Defenders, presentó en 2008 un recurso de protección ante la Corte Suprema de Chile, con el objetivo de impedir la tala ilegal en los bosques que afectaba al pueblo Mapuche y fue la primera líder indígena en denunciar, ante tribunales chilenos, las violaciones al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales, logrando implementar la protección a los derechos de los pueblos indígenas, desde la perspectiva del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

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“La verdad es que ver a dos mujeres mapuche en esta Constituyente, una lingüista, profesora, doctora en humanidades y la otra, una machi, líder espiritual mapuche, quien fuera encarcelada por el Estado de Chile y luego absuelta de los cargos que se le imputaban, es tremendamente emocionante. Que la Doctora Elisa Loncon fuese electa presidenta de la Convención fue un acto de reparación histórica, un poco de justicia simbólica, ante el racismo, el colonialismo, el despojo y la discriminación que han sufrido largamente las naciones originarias”, comentó Cobos.

Una nueva constitución con empuje estudiantil

Cuando se haya redactado el nuevo documento de la Constitución se convocará a la población chilena a un nuevo proceso de votación para conocer si la aprueba o no, en un plebiscito ratificatorio que sería aproximadamente en septiembre de 2022.

Chile atraviesa por un momento histórico, en el que según Cobos, en el que por primera vez la ciudadanía, representada por sus diversos sectores, con paridad de género, e inclusión de los pueblos y naciones originarias, tiene la posibilidad de elaborar una Constitución que sea el reflejo de los sueños y anhelos de la sociedad, respondiendo al clamor ciudadano manifestado en las masivas movilizaciones desde el 18 de octubre de 2019.  

“Un proceso que se logra en las calles con la porfía de los y las estudiantes secundarios y que recoge las demandas de los pueblos y organizaciones sociales, tales como justicia social, dignidad, equidad de género y una nueva constitución que acabe con el legado neoliberal de la dictadura de -Agusto- Pinochet”, agregó Cobos.

El papel de las organizaciones sociales, feministas, medioambientalistas, de derechos humanos, migrantes e indígenas han sido fundamentales en este proceso, agregó la entrevistada. “Pero no podemos olvidar que todo esto comenzó con los y las estudiantes secundarios saltando los torniquetes del metro, llamando a una evasión ante el alza del precio del transporte público, en octubre de 2019, lo que se transformó en la chispa que inició una revuelta que demandaba, entre otras cosas, una nueva constitución. Así que por supuesto son los y las jóvenes los protagonistas de este proceso histórico que vivimos. Y son quienes continuamente han llevado al país a remover sus cimientos y a cuestionar la realidad injusta”, subrayó.

Cobos recordó los procesos que el sector estudiantil lideró en 2001 con el “mochilazo”, en 2006 con la “revolución pingüina”, con las masivas protestas estudiantiles en 2011 y 2018 con las “tomas feministas”, movilizaciones estudiantiles en las distintas universidades de Chile contra el acoso sexual y por una educación no sexista. “Han sido las juventudes en la historia reciente, las encargadas de liderar los cambios, las revueltas, las protestas en el país”, enfatizó.

“La constitución será feminista o no será”

Entre lo que considera como uno de los mayores logros del proceso de una nueva constitución, Cobos señaló la instalación de una convención paritaria. “Es algo único en el mundo, en todo este proceso y de años y años de lucha feminista, por fin se ve reflejada la fuerza y potencia de las mujeres y la necesidad de hacerle frente al machismo, la misoginia y el patriarcado en la política. La constitución será feminista o no será, es la consigna y esperamos que así sea. Al menos son varias las constituyentes feministas en la Convención”.

Otro de los puntos que adicionó refiere a los escaños reservados para los pueblos indígenas, aunque Cobos indicó que no fue una pelea fácil. “Sin embargo, se ve empañado porque no se logró escaños para el pueblo tribal afrochileno reconocido por ley desde 2019. Con todo, destacó la diversidad de voces, trayectorias y experiencias de las y los constituyentes”.

“Vivimos procesos similares con Jacobo Árbenz y Salvador Allende”

En consideración de la entrevistada, la población de Guatemala “no debe bajar los brazos, ni perder la esperanza”, porque en Chile y en Guatemala se vivieron procesos históricos y políticos similares durante el gobierno de Jacobo Árbenz Guzmán y Salvador Allende.

“Vivimos golpes, dictaduras y genocidio. Vivimos transiciones democráticas fallidas o incompletas que creo que lo único que puedo decir es que los cambios se logran luchando, en las calles, con organización, con conciencia, con convicción, con alegría, con esperanza. Puede que ahora estemos celebrando un triunfo de las calles en Chile, pero esto no vino gratis, hubo muertes, heridos, víctimas de trauma ocular y cientos de personas que se encuentran aún encarceladas en el marco de la revuelta de octubre, en prisión preventiva sin un debido proceso o juicios justos. Entonces, la lucha no cesa. Es constante, porque el poder no querrá cambiar las cosas así como así. Hay costos, hay sufrimiento, hay violencia, hay represión, pero aun así los y las luchadoras no han parado, han seguido levantándose una y otra vez, con porfía y con un horizonte claro: que otro país, uno más justo y digno, es posible”.

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