Por David Diego Marcos
Muchos de los centros ceremoniales en Santa Eulalia, Huehuetenango, son objeto de destrucción y enajenación de la cultura y la espiritualidad, debido a la instalación de una cantidad de torres de energía eléctrica y de transmisión de distintas emisoras de radio, situación que a criterio de Rigoberto Juárez Mateo, coordinador del Gobierno Plurinacional, es responsabilidad de las autoridades, que otorgan los permisos sin asesorarse antes de hacerlo.
Estos lugares sagrados, que resguardan la cultura de los Q’anjob’al, se encuentran en completa vulnerabilidad y desprotección, al ser objeto de una invasión de antenas de radio y telefonía, que ponen en riesgo la cultura y espiritualidad maya.
A 45 minutos del centro urbano de Santa Eulalia, Huehuetenango, se ubica el cerro Yaxkalamté, un lugar sagrado y energético del pueblo Q’anjob’al de Jolom Konob’.
Durante la administración del alcalde Diego Marcos Pedro, otorgó permisos sin ningún control, para la instalación de antenas repetidoras de varias emisoras, entre ellas radio Esmirna, radio Santa Eulalia, radio Redención, radio Bethania y radio María, que contaminan este lugar sagrado, perteneciente a Ko Kurusal, Ko Xealil, Baytal Awan on yuj eb’ ko mam jichmam, provocando que se pierda la esencia y la energía del lugar, que pertenece al pueblo.
A decir de Juárez, el exjefe edil actuó de manera ilegal, pues nunca hubo una consulta previa e informada a la población. Agregó que la Constitución Política de la República establece claramente cuáles son los lugares que se consideran patrimonio cultural o nacional. El cerro Yaxkalamnté es uno de ellos, anotó.
El entrevistado también señaló que la emisoras de radio, en su mayoría de carácter religioso, contribuyen a la enajenación de la cultura y destruyen la espiritualidad ancestral, lo que ha llevado a que cada día se respete menos los lugares sagrados.
A esta situación se suman los efectos de la contaminación ambiental, que genera el basurero municipal de Santa Eulalia, ubicado en las faldas de este cerro, muy cerca de otro altar maya llamado Resalb’al, donde se pide permiso a las energías, para ascender. En sus cercanías se puede observar basura diseminada.
Antes de la invasión española, la llegada del cristianismo y la colonización, en estas tierras solo existía la espiritualidad maya. Un ejemplo de esto es que en el lugar donde ahora se encuentra la Iglesia católica de Santa Eulalia, se ubicaba uno de los altares sagrados de los Q’anjob’al más importantes.
Otro dato histórico que ha sido trasladado de generación en generación es que Jolom Konob’ estaba situado en un lugar especial, a un costado de donde hoy está la municipalidad, pero fue removido y trasladado a la Casa Ceremonial Maya. Desde entonces la cultura ancestral ha sido objeto de falta de respeto y de la imposición de formas de vida y religiosidad occidentales, distintas a la forma en que los mayas veían el mundo.
Los cerros son guardianes de la vida y de la energía ancestral. Algunos de los más importantes son: Yaxkalamté, así como Chumakté, Jolom Witz y Wowí, entre otros, muchos de ellos saturados hoy de antenas de transmisión de culturas ajenas y energías negativas. Para ellos esto es desarrollo, para los abuelos es una falta de respeto a las prácticas y formas de convivir con la madre tierra y su Cosmovisión.
Juárez instó a las autoridades competentes, como el Ministerio de Cultura y Deportes, así como a la comisión de Cultura de la Municipalidad, a velar porque se respeten estos lugares sagrados. Es lo único que se pide, concluyó.