Por Feliciana Herrera
La comunidad de Trapichitos, Nebaj, Quiché, aún padece los estragos causados por las tormentas Eta e Iota, que desde noviembre a la fecha mantiene incomunicadas a las 115 familias que la habitan.
Actualmente, hay 45 familias con casas en riesgo y el alcalde comunitario mencionó que durante la tormenta Iota, todas las familias se albergaron en la escuela local y en el espacio del centro de salud, dos familias fueron albergadas al caserío Vilakam.
La tormenta Eta dejó daños en las tuberías de agua; y con la llegada de la tormenta Iota, se destruyeron los dos nacimientos que abastecen a la comunidad, el sistema de captación de agua también se dañó y dejó de funcionar; después de las tormentas lograron arreglar el problema de forma provisional, pero existe la necesidad de realizar un nuevo estudio para reconstruir el sistema de agua.
La carretera de la comunidad fue destruida por los derrumbes, deslizamientos y hundimientos, también colapsaron los puentes Melendrez y Sumala, que pasan sobre los ríos con el mismo nombre. El río Sumala además se desbordó e inhabilitó el paso para la comunidad que quedó incomunicada, pero la población logró abastecerse con algunos alimentos que llegaron vía aérea en helicópteros después de la tormenta.
La comunidad ha solicitado de manera urgente a la municipalidad la habilitación del paso, y antes de Eta también habían solicitado que pudieran solucionar el problema que se originó en los nacimientos de agua, sin embargo, no lograron una respuestas y los nacimientos terminaron destruyéndose por la tormenta Iota.
Las tormentas causaron daños principalmente en los cultivos, dejando tierras incultivables y a la población sin nada para que puedan comer durante este año. Los cultivos que se perdieron eran de maíz, frijol, café, cardamomo, malanga, pacaya, banano, entre otros, que son utilizados para la subsistencia de las familias.
Aún no se tiene un dato exacto de las pérdidas, pero actualmente hay 31 personas que perdieron más de 70 cuerdas de cultivos, mencionó el presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) Rigoberto de Paz.
Así mismo, en la comunidad hay dos casas inhabitables y las familias están usando un lugar que fue prestado para poder vivir.
Manifestación para pedir apoyo
El 2 de diciembre, las comunidades del sector 6, llegaron al centro del pueblo de Nebaj para manifestar sobre la falta de atención por parte de las autoridades municipales, principalmente para la habilitación del paso, sin embargo, hasta la fecha aún no se logra el apoyo para las comunidades.
La comunidad ha logrado sobrevivir con el apoyo de los migrantes, organizaciones y la ferretería Raymundo, la iglesia Interamericana, que les han ayudado en pagar varias horas o días de la maquinaria mínima para habilitar el paso.
Rigoberto de Paz, comentó que la tormenta afectó fuertemente a la comunidad y han buscado apoyo como pueden, han trabajado días completos y seguidos para velar por las necesidades de la población, muchas veces dejando sus propias necesidades familiares pendientes, pero se quedaron sin trabajo para un ingreso económico.
Petrona Rivera Raymundo una madre con cinco hijos, abandonó su casa desde el paso de la tormenta Eta, porque se derrumbó su cocina y desde la 1:00 de la madrugada tuvo que salir para resguardarse; las autoridades comunitarias buscaron un espacio para ubicarla con sus hijos y hasta el momento sigue viviendo en un lugar que le prestaron para poder vivir, porque no ha logrado conseguir espacio para reconstruir su casa y tampoco ha recibido apoyo de las autoridades municipales.
Feliciana de Paz Cedillo de 60 años de edad, con mucha tristeza narra que vivía con su hija y un nieto, pero tuvieron que abandonar su casa debido a un derrumbe de gran magnitud durante las tormentas; en un principio los comités locales llegaron a decirles que se salieran de la casa y se albergaron en la escuela, pero cuando regresaron a evaluar los daños, ya se había derrumbado su casa. Actualmente ella vive con un familiar y por el momento no sabe qué hacer porque aún sigue con miedo.
Roberto de paz mencionó que doña Feliciana sigue con miedo y añadió que las autoridades municipales no les responden a las familias que se han quedado sin dónde reconstruir.
Doña Feliciana creció en la comunidad y quedó viuda hace tiempo, hasta ahora sigue trabajando sola, limpiando algunas milpas porque sus cultivos también se perdieron por el agua y los derrumbes. Aunque la comunidad sigue buscando apoyo como comité, no ha habido respuesta de las autoridades y seguirán a la espera de recibir apoyo.