Por Lencho Pez
Varias comunidades de la micro región Tz’uqan Ka’, en el municipio de San Juan Ixcoy, Huehuetenango, siguen afectadas por los desastres provocados por las tormentas Eta e Iota que provocaron graves daños hace dos meses.
Andrés González García, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) de la aldea Poxlaq Las Brisas, informó que durante los días que duró la tormenta Eta, no sufrieron mayores daños; sin embargo, durante la tormenta Iota, todas las comunidades de esta microrregión fueron afectadas por varios derrumbes que las dejaron totalmente incomunicadas.
En la aldea Poxlaq Las Brisas, el río Poxlaq se desbordó por las constantes lluvias y en cuestión de momentos, a eso de la medianoche, se inundó toda la comunidad donde el río arrasó con varias viviendas. Afortunadamente, los comunitarios no dudaron en salir de sus casas para refugiarse en las montañas, bajo los torrenciales aguaceros.
De esa cuenta, 11 casas fueron destruidas en su totalidad por el río, y más de una docena se quedaron inundadas. Las casas de adobe se están cayendo y las únicas que han resistido el pesor de la arena y el agua son las de otros materiales.
Organización comunitaria ante la tragedia
Gonzáles García manifiesta que, de San Carlos a su comunidad hay que caminar más de tres horas, es un tramo largo y difícil, esto podría ser una de las razones del por las que las autoridades municipales de San Juan Ixcoy que no han llegado a esta zona. Días después del desastre algunos delegados de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) llegaron a la comunidad para realizar un recuento de los daños; posteriormente llegó la organización PCI, sin embargo, hasta la fecha no se sabe del resultado de lo que fueron a hacer.
“Sabemos que el alcalde solo ha bajado hasta San Carlos, pero no se sabe a qué ha bajado porque no ha llevado ni una clase de ayuda a las comunidades. Gracias a algunas organizaciones que se aliaron con la iglesia católica que hicieron una recolección de ayuda y han llevado más de una vez víveres a las personas damnificadas”, aseguró el entrevistado.
La Corporación municipal de Soloma ha llegado hasta la aldea para entregar víveres. El alcalde, vestido con ropas de montaña, acompañado de varios de sus compañeros o trabajadores de su municipalidad, fueron a hacer la entrega de estos enseres. Asimismo, un grupo de maestros y un grupo de Comunicadores Sociales de la radio comunitaria Snuq’ Jolom Konob’ organizaron jornadas de recolección de ayuda y llevaron 130 láminas de techo beneficiando a 13 familias con 10 unidades cada una.
“Actualmente estamos trabajando con los compañeros comunitarios de las cinco comunidades que nos quedamos incomunicados para abrir el camino que fue llevado por varios derrumbes, aún no tenemos acceso a nuestras aldeas, tenemos que trasladar nuestros alimentos en caballos y caminar por más de tres horas”, afirman los Cocodes de Poxlaq Las Brisas, Kab’tzin 1 y Kab’tzin 2, Villa Nueva y Los Pérez, del municipio de Soloma, Huehuetenango.
Los COCODES de cinco comunidades comentan que se han unido para coordinar este trabajo que implica mucho riesgo para los vecinos al intentar de mover las toneladas de tierra que destruyeron la carretera, “nos atrevemos a hacerlo con nuestros azadones, palas, piochas, barretas y otras formas que nos enseñaron nuestros abuelos para facilitar trabajos difíciles de grandes dimensiones, cuando en realidad, no es de nuestra competencia, es obligación de la municipalidad, pero no han mostrado interés de ayudarnos en este sentido y el camino es una de las grandes necesidades que nos hace falta para trasladar nuestros alimentos y materiales de construcción para que los vecinos que perdieron sus casas puedan levantar de nuevo champitas”, indicó Andrés González, presidente del Cocode de Poxlaq Las Brisas.
Tik Las, miembro de la junta directiva de una organización comunitaria llamada Nuevo Pacto de San Juan Ixcoy, una organización sin fines de lucro, comentó que durante las fiestas de fin de año esta organización realiza actividades “para llevar un granito de felicidad y amor a los niños con discapacidad en el municipio”, sin embargo, la junta directiva decidió cancelar esta actividad y destinar este fondo para ayudar a las familias de los niños que se quedaron sin casas.
Ante la emergencia provocada por las tormentas, llevaron varias láminas para reconstruir los techos, aunque dijo no estar seguro de la cantidad ya que el tesorero de la organización es el que lleva la contabilidad, sin embargo, aseguró que están trabajando para llevar otra nueva entrega a la comunidad Monterrey, qué consiste en trasladar los materiales y levantar la casa a una familia que perdió todo a consecuencias de las tormentas.