#EntreTormentas Chiquimula: el impacto de Eta e Iota en la población de Camotán

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Créditos: Amílcar Morales.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Amílcar Morales

Las comunidades, la Lima, Chatoncito y Volcancito de Camotán, Chiquimula fueron afectadas por las tormentas Eta y Iota en noviembre del año pasado. En las tres habitan 370 familias que viven en 195 casas, de ese total 48 viviendas están en riesgo, 35 fueron destruidas y 122 familias fueron albergadas. La carretera, que era el único acceso a la comunidad, está destruida y se perdieron gran cantidad de cultivos.

Delmi Araceli Guerra Pérez, presidenta del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE) relata que hay muchas viviendas agrietadas y también los terrenos. Los comunitarios temen que por un pequeño temblor se derrumbe la comunidad. Guerra Pérez dice que han enviado varios informes a la municipalidad sobre los riesgos y que las autoridades les han dicho que lo enviaron a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) y respondieron que realizarían una evaluación, pero hasta ahora no se han hecho nada.

Desde noviembre de 2020, los damnificados han logrado sobrevivir gracias a las donaciones de alimentación, ropa, víveres, colchonetas y sábanas que realizaron organizaciones no gubernamentales, universidades, organizaciones privadas, la municipalidad y de la solidaridad de muchas personas de comunidades vecinas, según declaraciones de la presidenta del COCODE. 

Con el paso de los huracanes no solamente causó estragos en las comunidades, sino que también agudizó la crisis provocado por la COVID-19 y problemas más estructurales como la falta de atención a la desnutrición.

Según las autoridades comunitarias durante la emergencia fueron atendidos cuatro niños con discapacidad quienes están en riesgo y fueron damnificados. Por otro lado, la diarrea, gripe y tos fueron algunas de las enfermedades más comunes que presentaron las personas damnificadas. A través de una jornada de salud organizada por el Club Rotario se logró controlar las enfermedades.

Chiquimula es uno de los departamentos del corredor seco donde al cierre del año 2020 el Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SIINSAN) registró que en este departamento 716 casos de desnutrición aguda en menores de 5 años y en los primeros quince días del mes de enero de este 2021 se registró una muerte en este departamento de una niña de dos años de edad, quien desde su nacimiento presentó condiciones de desnutrición. Sin embargo la Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) en un boletín informó que días previos a su fallecimiento no presentó síntomas de desnutrición aguda.

Por las restricciones implementadas como medidas de prevención de la COVID-19 la población encontró mayor dificultad para conseguir alimentos y poder sobrevivir el año pasado, según las autoridades comunitarias. El gobierno central planteó el programa “Bono Familia”, pero no todas las familias lograron acceder a este apoyo porque un 50 por ciento de la población no tiene energía eléctrica y solamente un 15 por ciento cuenta con servicio sanitario.

Guerra Pérez enumera algunas situaciones que consideran de vital importancia que las autoridades atiendan de manera urgente:  

  • Las comunidades no cuentan con una ambulancia para el traslado de personas enfermas, por lo regular deben contratar vehículos privados.
  • Reparación de las calles de todos los caseríos y la carretera para el acceso a las comunidades.
  • Apoyo a las familias con alimentos ante la pérdida de las cosechas.
  • Los sistemas de agua potable están colapsados por los deslaves y no cuenta con el servicio.
  • Se necesita apoyo para construcción de letrinas.

Dos meses después del paso de las tormentas Eta e Iota no han recibido aún atención por los desastres que vivieron. Con las peticiones las autoridades comunitarias esperan tener una respuesta de parte de las autoridades gubernamentales.

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