BioCubaFarma aspira a que en 2021 toda la población cubana esté inmunizada contra la Covid-19.
La empresa BioCubaFarma, del Estado cubano y con fondos públicos, anunció el domingo que serían cuatro los candidatos vacunales de la isla contra la Covid-19 que entrarían en ensayos clínicos antes de que finalice el actual año 2020.
El anuncio lo hizo el presidente de BioCubaFarma, Eduardo Martínez, justo en la jornada en la cual se supo que el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) entregó el expediente técnico de su primer candidato vacunal contra la Covid-19 al Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed).
Sería el tercero de los candidatos vacunales cubanos, aunque los anteriores, Soberana 01 y Soberana 02, fueron producidos por el Instituto Finlay de Vacunas (IFV), de La Habana. La entrega del expediente con los resultados de la fase preclínica es fundamental para la solicitud de autorizo de los ensayos clínicos en humanos, según fuentes de BioCubaFarma.
También trascendió que los resultados preliminares del primer candidato vacunal cubano contra la Covid-19, la Soberana 01, son “alentadores” debido que “no se observaron reacciones adversas o efectos graves”. No obstante, todavía falta por evaluar el comportamiento en general del ensayo y el procesamiento de las muestras, para ver cuál ha sido el nivel de producción de anticuerpos, resultado esperado.
La directora de Investigaciones del IFV, Dagmar García Rivera, confirmó en una publicación en Twitter que este lunes comienza la fase I de ensayos clínicos de Soberana 02, único proyecto de vacuna conjugada contra esta pandemia, tras la aprobación del Cecmed la semana anterior.
Por su parte, Eduardo Martínez Díaz significó que la estrategia trazada para tener las vacunas nacionales contra la Covid-19 “va bien” y prometió que en 2021 la población cubana “estará inmunizada contra este virus”. “Los cubanos pueden confiar en sus científicos comprometidos con la patria”, sostuvo.
Los esfuerzos del país caribeño resultan descomunales si se toma en cuenta el volumen del PIB del país y la creciente hostilidad del Gobierno de Estados Unidos contra La Habana, incrementada incluso en medio de la pandemia de la Covid-19.
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