Por Rolanda García
Lo que a continuación se relata es una percepción no colectiva, a raíz de una breve discusión perpetrada con un alto mando militar, de la Sexta Brigada de Infantería “Coronel Antonio José de Irisarri”, ubicada en Ixcán, Quiché.
En horas de la mañana nos dirigimos a realizar imágenes de las instalaciones del área de salud, como parte de las coberturas que realizamos todos los días tras el aumento de casos de la pandemia de la Covid-19. Esta vez no fue el personal de salud quien trató de cuestionar nuestra presencia en sus instalaciones públicas, (tal como cuestionó recientemente a mi colega y compañero de trabajo; periodista Santiago Botón), esta vez, fueron las autoridades de la Sexta Brigada, esta instalación militar se ubica a un costado del Centro Materno Infantil, CAIMI, del municipio.
Para varios habitantes de la región causa mucha impresión que la brigada militar abarca campos e instalaciones amplias para sus elementos, estas podrían ser útiles para la atención digna de pacientes en esta época de pandemia; ya que en el referido hospital público donde acuden también pobladores de otros municipios del norte del país se encuentran amontonadas centenares de pacientes de escasos recursos económicos, donde a pocos metros también reposan pacientes de la Covid19, una galera.
Para atender parte de esta inquietud ciudadana visitamos el lugar, la comandancia del ejército no toleró ni siquiera diez minutos que nuestras cámaras la pusiéramos en la calle principal que conecta la brigada y el hospital, lugar que también recorren las ambulancias que trasladan a enfermos. De manera imperativa algunos elementos militares de alto rango al darse cuenta de las filmaciones en el lugar exigieron nuestro retiro inmediato.
“Por seguridad de usted es que no puede ingresar a ciertas áreas de aquí de la brigada, no es tanto por nosotros si no es para usted.”
Conscientes que no estábamos en un área privada, esta actitud prepotente es incomoda. En respuesta le cuestionamos también al comandante sobre la presencia militar en nuestras comunidades donde la institución armada constantemente realiza incursiones militares en nuestros territorios, sin solicitar siquiera un permiso a sabiendas del papel del ejército en una época democrática. No esperé una respuesta favorable a la dignidad de un pueblo sufrido como es el de Ixcán, golpeado fuertemente por el genocidio durante la guerra.
Asimilando las afirmaciones del comandante del ejército entiendo que en el consciente de la institución armada se radica la idea que las comunidades somos colaboradores del narcotráfico, dando el espacio y lugar para el aterrizaje de avionetas en campos clandestinos, un señalamiento que me parece muy delicado y me atrevo a decir que las afirmaciones son totalmente infundadas. Durante la guerra la población civil fue considerada como el enemigo interno, al parecer para esta institución nada ha cambiado.
El oficial expreso frases como: “Yo tenía amigos en la universidad que peleaban que sí, que el comunismo, que la guerrilla, ni habían nacido son personas que tienen 39 años como yo.”
“Las comunidades lo hacen porque aterricen las avionetas llenas de droga, entonces usted no me venga a decir que ellos están diciendo cosas buenas”.
En Ixcán restringen el derecho de informar, esta vez fue el ejércitoEl trabajo de la periodista Rolanda García de la cadena internacional teleSur fue restringido por un oficial del ejército durante la cobertura que ella realizaba frente a las instalaciones del CAIMI de Ixcán, Quiché. El militar no permitió que la periodista siguiera gravando en el lugar, al ser cuestionado, el oficial respondió: “Las comunidades lo hacen porque aterricen las avionetas llenas de droga, entonces usted no me venga a decir que ellos están diciendo cosas buenas”.Video Rolanda García
Posted by Prensa Comunitaria on Wednesday, July 29, 2020