Texto: Carlos Ernesto Cano
El día 16 de mayo del año 2018 pasará a la historia, por ser el día en que el estado de Guatemala decidió imitar los pasos de los Estados Unidos de Norteamérica, al trasladar su embajada a la ciudad de Jerusalén. Esa ciudad que por miles de años ha sido un territorio en disputa y en el cual ahora el moderno estado de Israel ejecuta un genocidio en contra del pueblo palestino, genocidio de características similares al que se realizó en la década de los 80´s del siglo pasado en Guatemala; Israel proporcionó armas y entrenamiento militar al ejército guatemalteco y ejecutó de la manera más vil, cobarde e inhumana el genocidio en tierras mayas.
Ese genocidio que lideró el general Efraín Ríos Montt, además de ser pastor de una de las iglesias más recalcitrantes, conservadoras, fascistas y fanáticas del estado de Israel, la iglesia Verbo de Guatemala. Y hace tan sólo hace unas semanas este general-pastor, murió sin enfrentar a la justicia guatemalteca, murió en su casa y no en la cárcel, la cual debía ser su última morada y fue enterrado de la manera más cobarde y sin honores, como le caracterizaba en vida, es decir un completo pusilánime.
Hoy, el “presidente” de la república de Guatemala, Jimmy Morales, un mal comediante-evangélico y fanático del estado de Israel, pasará a la historia por ser cómplice del genocidio en Palestina.