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Créditos: Mauro Calanchina
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por: Lucia IxchÍu

He tenido la oportunidad de ser parte de la lucha por la reivindicación del movimiento estudiantil en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Desde el 2012, justo antes de la masacre del 4 de octubre del Totonicapán, teníamos como movimiento estudiantil y en la agrupación a la que pertenecía, 78-12, la claridad del recuperar la AEU (Asociación de Estudiantes Universitarios “Oliverio Castañeda de León”).

Con la coyuntura nacional que vivíamos  en ese entonces en  el gobierno fascista, criminal y corrupto  de Otto Pérez Molina, con los estados de sitio y violaciones a los derechos humanos, sentíamos la necesidad de recuperar nuestra organización estudiantil y quitarla de las manos de los sectores paramilitares y de crimen organizado que la tiene secuestrada desde inicios de los 2000’s.

Sin duda nuestra falta de experiencia y organización  tuvo muy malos resultados, siendo autocrítica, tuvimos muy pocos avances por la falta de apertura de mente y de respeto entre la diversidad de pensamiento, algo que no deja de suceder en el movimiento estudiantil de la universidad de San Carlos, pues está copada por partidos políticos y diversas agrupaciones que no han permitido la articulación del movimiento estudiantil como tal.

Después nos dimos cuenta que ese quizás no era el camino para llegar a hacer incidencia en el movimiento estudiantil y de manera inesperada conocí a Gustavo Maldonado quien compartió conmigo toda su experiencia y mirada sobre este movimiento, a la vez tuve el gusto de conocer a una de las más geniales personas con que la vida me  pudo hacer coincidir, Américo Cifuentes Rivas, quien fue sin duda, uno se mis más grandes consejeros en la vida política y en un pequeño grupo de discusión junto a él y Antonio Mobil  aprendí sobre el  trabajo de acción y  articulación política; aprendí muchas cosas que no sabía, cosas que me aportarían al movimiento estudiantil.

Fotografía: Redes Sociales

Junto a Tono Mobil, Américo y Gustavo intercambiamos horas de debate y discusión, sin duda conversaciones que extrañaré por el resto de mi vida y que hacen falta a la fecha, desde este espacio comprendí que la recuperación de los espacios políticos estudiantiles debe lograrse por medio de la participación en los espacios políticos. Algo que sin duda es muy difícil en este país que tiene prácticas politiqueras.

De manera muy inesperada y sin buscarlo fui nombrada en una asamblea estudiantil de mi Facultad de Arquitectura para ser candidata a representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario  (CSU)  de la USAC, tenía miedo y no quería participar, recuerdo que llamé a Américo, a mi papá, a mi hermana y me dijeron que lo intentara, y así fue, acepté.

Ganamos y lo digo así porque sin duda fue una victoria colectiva, que representó el esfuerzo de agrupaciones como SINERGIA,  CREATIVIDAD INTELIGENTE Y grupos independientes, que con pocos recursos y una candidatura contraria de parte de la actual AEU, que regaló condones y llevó edecanes fuera de la Facultad, teníamos todas las de perder, pero sin duda fueron los pasos de aulas y el ir en limpio en mi clases, aportes valiosos que nos llevaron a un pequeño triunfo.

Ganar el CSU de la Facultad de Arquitectura sin duda, ha sido una de la mejores experiencias en mi vida política y social, y sin duda, me cambió la forma de ver el mundo y de cómo concebía la política hasta entonces. Este cargo tiene una participación a nivel nacional, ve la elección al representante a la junta monetaria, elección del representante del IGSS, elección de Magistrado para la CC y diversas comisiones a nivel nacional y en relación con el Estado y gobierno. Y esta es la razón por la que gente ética, digna y no corruptible vaya a este tipo de cargos, para defender los intereses de los estudiantes y sobre todo del pueblo de Guatemala.

Debo decir que salí librada y con la frente en alto después de los dos años que dura esa representación, sin duda que después de todos los esfuerzos, por la ética y la verdad no fue un lucha fácil librada en ese ceno, pero que lo hicimos con las herramientas que teníamos en ese momento.

Después de “Las jornadas anticorrupción del 2015” coyuntura que aprovechamos para retomar  el tema de la recuperación de la AEU, pues las condiciones ya habían cambiado, y el miedo de que la CICIG entrara a la USAC a destapar la maraña de corrupción que había dentro de la misma, facilitó las condiciones, a lo interno del CSU.

EL camino de intento por recuperar la AEU  ha sido largo y muy cansado, lleno de desarticulación, le hemos dado cientos de estudiantes nuestro tiempo, cariño y compromiso, para hablar y sobre todo accionar, para  generar las condiciones que se tiene hoy. No ha sido fácil, algunos hasta han ofrendado sangre para concretar esta lucha.

Las asociaciones que estaban en la coyuntura de 2016 sin duda jugaron un papel importante al retomar su papel y obligaciones para con sus representaciones estudiantiles, pues si algo tengo claro, el papel de recuperar la AEU solo le corresponde al estudiante regular y ético, nada tienen que ver en eso el CSU, decanos, y docentes, mucho menos partidos políticos y paramilitares criminales.

Me alegra saber que tuve mucho que ver con la situación que se generó para crear las condiciones para hablar de una mejor manera sobre la recuperación de la AEU, (conste que no me adjudico personalmente todo, pero si estoy consciente de los aportes que hicimos a nivel CSU  desde mi representación estudiantil y antes de ella, para concretar esta lucha)

El destino de la AEU, depende ahora de la ética y transparencia con la que se lleven las elecciones, y con la lucha de los estudiantes dignos y regulares por recuperar el espacio de una manera ética y lejos del financiamiento ilícito con el que comienzan a operar algunas planillas que surgieron incluso desde el año pasado.

Estuve en una asamblea de la Agrupación Estudiantil FRENTE  y sin duda que me dan mucha esperanza, sobre todo comenzar a creer que la recuperación de la AEU  por fin va a dejar de ser una utopía, y  que la lucha de  miles de estudiantes después de casi 20 años ha valido la pena, pero sobre todo la alegría.

Vamos FRENTE son mi esperanza.

 

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