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Fotografías: Francisco Simón
Poema: Lya Luft
Tan sutilmente en tantos breves años
Se fueron intercambiando sobre los muros
Más que desigualdades, semejanzas,
Que a los pocos dos son uno, sin que, sin embargo,
Dejen de ser plurales:
Las alas de un solo ángel, inseparables.
Las presencias, soledad que va tejiendo la vida,
El hijo que se hace, un árbol plantado,
El tiempo goteando de la azotea.
Belleza perseguida cada hora, para que no baje
El polvo de un cotidiano desencanto.
Se adaptan fielmente las almas de estos cuerpos
Que una en otra puede cambiar,
Sin que alguien de fuera lo percibiera nunca.