Por Lucia Ixchiu
Alrededor de las 2 de la mañana se escucharon ruidos, ruidos de camiones y contenedores que entraban con maquinaria y material de construcción. Las personas que estaban durmiendo en la madrugada del jueves 31 de julio despertaban asustadas, era evidente que nuevamente en la resistencia pacífica “la puya” (comprendida en el territorio que colinda entre San Pedro Ayampuc y San José del Golfo), la empresa minera ingresaba de nuevo maquinaria de manera ilegal ya que no cuenta con una licencia Municipal y los permisos correspondientes para proceder con las acciones del desarrollo del Mega Proyecto.
A las 3 de las mañana se desato la alerta para las comunidades cercanas a la resistencia quienes acordaron no darle paso a los camiones, acción que llevo de manera inmediata a los cerca de 200 agentes policiales a agredir de manera verbal y amenazar a los comunitarios que se encontraban resistiendo de manera pacífica.
Al llegar a la Resistencia pacífica “La puya”, habían ya transcurrido varias horas después del hecho, pudimos conversar con las personas que se encontraban en el turno de la madrugada, quienes contaban que la ingresar los camiones, les rompieron la carpa, donde se celebra la misa y todo tipo de actividades en la dinámica de la resistencia, hecho que para los comunitarios tiene el claro mensaje de provocación y abuso por parte de los empleados de la empresa.
Al hablar con varios agentes de la policía, quienes trataron de aclarar que están para defender y proteger a las personas de las comunidades, es más que evidente que están protegiendo los intereses de la empresa y del Gobierno Central. Pues intimidan a las mujeres de la resistencia con tratos machistas y sexistas, amenazan con colocar explosivos a los lugares donde juegan los niños de la resistencia y además amenazan con incendiar las champas y el altar.
La “puya “resiste y tiene claro que la unidad en las comunidades será lo que mantendrá viva la resistencia.