La siembra del maíz, una práctica milenaria que se mantiene vigente en territorio Q’eqchi’

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Créditos: Cortesía.
Tiempo de lectura: 5 minutos

Por Elías Oxom

En algunas de las comunidades mayas del territorio Q’eqchi’ se está llevando a cabo la siembra del maíz, y aunque en la mayoría de los casos ha sufrido cambios, hay muchos elementos culturales que todavía se preservan. La utilización de las semillas transgénicas, por ejemplo, vino a alterar este proceso sagrado para los pueblos mayas.

La siembra del maíz es una práctica milenaria del pueblo Maya, en el Poop Hu aparece la existencia del maíz, desde el origen de la humanidad, porque los primeros hombres fueron hechos de maíz; así mismo, cuando Ixmukane manda a Ixkik’ a cosechar una red grande de maíz, resaltaba la práctica de la siembra del grano, en esas épocas remotas.

El maíz siempre ha formado parte de la historia de los pueblos mayas, está vivo y tiene su espíritu (muheel); Para el pueblo Q’eqchi’, el maíz fue encontrado en los cerros. En el municipio de Tactic, Alta Verapaz, se ubica un cerro con el nombre de “Chi Ixim” (El cerro del maíz).

Foto: Cortesía.

Los ciclos y proceso de la siembra para el pueblo Q’eqchi’

En la cultura Q’eqchi’ la siembra del maíz tiene sus propios ciclos y procesos, es un evento sagrado en donde se siembran las semillas nativas en los colores blancos, negros, amarillos, rojo, con la combinación de estos colores se produce mazorcas multicolores; cada pueblo de los diferentes territorios tiene su propia variedad de maíz.

Los ciclos de la siembra del maíz en territorio Q’eqchi’ se dividen en dos: la primera es el “k’atk’al” que se lleva cabo en abril y mayo, con la característica roza, práctica ancestral, por medio de la cual se quema la vegetación, para preparar la tierra; la segunda es el “saq’iwaj” que se realiza en noviembre y diciembre, y se caracteriza por ser practicado en las tierras bajas, para esta técnica la roza no se quema por las lluvias de la época.

Para Rodrigo Chub Ical, “Aj K’amol b’e” líder maya Q’eqchi’, la siembra del maíz debe ser llevada a cabo en luna llena, para que las semillas no sean consumidas por los animales y salgan mazorcas grandes. Resalta que es una actividad colectiva y comunitaria, en la que participan los abuelos, la niñez, la juventud y las mujeres.

La siembra del maíz en el territorio del pueblo Q’eqchi’ ha sufrido cambios en su proceso en los últimos años, las prácticas ya no son las mismas, se ha perdido el valor sagrado del maíz. Las prácticas ancestrales ahora solo las conservan algunos abuelos que se han resistido a asistir a alguna iglesia, que es una de las principales razones por las que se ha perdido la ancestralidad en la siembra del maíz.

Para el pueblo Q’eqchi’, la siembra del maíz es una actividad ordenada, sagrada y tiene su propio proceso: lo primero que se hace es el “Chapok K’alem”, que es una actividad ceremonial efectuada  antes de llevar a cabo la roza que se realiza para pedir permiso al “Tzuul Taq’a”, por los daños que se van a ocasionar; luego se lleva a cabo el “k’alek”, la roza, que mucho tiempo atrás se realizaba de forma colectiva; seguido de esto se lleva a cabo el (sik’ok tenq’), que es la invitación a los sembradores; se hace “ixmank iyaj” que la selección de la semilla; se lleva a cabo el “b’uuluk” que es un juego que se realiza una noche antes de la siembra y la actividad principal que es el “awk” la siembra y al final se hace una convivencia “wotzok”, junto con quienes colaboran en la siembra.

Foto: Cortesía.

Las iglesias han promovido en la pérdida de las prácticas culturales en la siembra del maíz

Rodolfo Pop “Aj k’atonel”, guía espiritual maya Q’eqchi’, indicó que la siembra del maíz es milenaria, “ahora ya no se conservan estas prácticas culturales, ahora ya estamos dispersos por las iglesias, antes no era así, nuestros abuelos acudían a los cerros para agradecer por la vida”, indicó.

La siembra del maíz nunca se dejará de practicar si nos unimos. Ahora las empresas transnacionales vienen a ofrecer maíz transgénico, con lo que buscan exterminarnos; en algún momento nuestros hijos solo comprarán Maseca para alimentarse, es necesario enseñar a los niños que la siembra del maíz se debe seguir practicando, agregó.

Julio Caal, “Aj K’atonel”, guía espiritual maya Q’eqchi’, aseguró que, en la actualidad, las prácticas ancestrales solo las realizan los abuelos, ya nadie de los jóvenes lo hace, “nimqaj awk aj chik nawank” siembran sin respeto a lo sagrado que es el maíz, sin cumplir los procesos, se perdió lo sagrado, es por eso que en la mayoría de los casos el maíz ya no da. El maíz es sagrado, merece que valoremos, que lo amemos, que lo cuidemos, por ejemplo, nuestros abuelos nos enseñaron a cuidarlo, ningún grano de maíz debe estar tirado en el suelo porque es sagrado.

Ahora ya no se está haciendo el “mayejak” actividades ceremoniales, porque si miran a alguien quemando su candela y copal pom lo acusan de hacer maldades, pero no es así, no es nuestro propósito en la tierra, quemamos nuestro copal pom y candela para agradecer a los cerros y a la tierra porque a través de ellos tenemos la posibilidad de cultivos nuestros alimentos, agregó Caal.

Ahora solo siembran un par de horas, nuestros abuelos sembraban todo el día, despacio y sin prisa, ahora no importa dónde queda la semilla porque lo que se quiere es terminar y comer. El proceso de la siembra del maíz ahora con las nuevas generaciones solo es de rozar sin pedir permiso, todavía se siembra el maíz, pero no toma en cuenta lo sagrado que es el maíz, aseguró Caal.

Una de las causas de estos cambios en la siembra del maíz son las iglesias, ellos no respetan nuestras prácticas culturales. La siembra del maíz se mantendrá vigente, pero sufrirá muchos cambios en su proceso, ya no existirá el espíritu del maíz (muhel) es por eso que ya no se mantendrá mucho tiempo con nosotros, concluyó Caal.

Foto: Cortesía.

“Quien controle las semillas, controlará nuestra existencia”

A decir de Byron Córdova, ingeniero agrónomo, del colectivo Komonil Tezulutlán, para garantizar el derecho la alimentación con pertinencia cultural es necesario que las comunidades puedan consumir los productos cultivados por ellos mismos.

“La utilización de semilla transgénica es peligrosa, porque pone en riesgo nuestra base alimentaria, y no sabemos qué tipo de herencia genética ha sido manipulada con esas semillas y cómo eso puede afectar la base de nuestros maíces nativos. Especialmente porque el pueblo maya es parte de la historia y origen del maíz. Uno estaría contaminando la fuente genética y ancestral del maíz con estos maíces transgénicos”, enfatizó Córdova.

Córdova también mencionó que es importante estar atentos a las personas, instituciones o empresas que manejan las semillas, porque técnicamente estaría controlando la alimentación de las personas.

“Sabemos que uno de los elementos más importantes es la alimentación, sobre la que se basa nuestra existencia material. Quien controle las semillas, va controlará también nuestra existencia material”, reiteró.

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