El eco del canto de los gallos
Tiempo de lectura: 2 minutosPor Ilka Oliva-Corado Agarra a su hijo Yeyo, lo envuelve en el perraje y se lo pone en la espalda. Sobre la mesa coloca dos mudas de ropa, su peineta, los talcos del niño, un bote de crema para la cara, un par de zapatos con las suelas rotas -que piensa que las puede mandar