La siembra de hortalizas en el paraje de Xequilajá está a cargo de 23 promotores agrícolas, que con el liderazgo de Nicolasa Cuyuch y Abelino Ajanel trabajan en un sistema de riego que aumentará la producción e impulsará la soberanía alimentaria en Momostenango y regiones de Guatemala.
Texto y fotos por Hugo Bulux
El histórico comercio del municipio de Momostenango, en Totonicapán, lo hace sobresalir por los icónicos ponchos de lana de oveja que se elaboran de forma artesanal. La mayoría de las familias se dedican a la producción de maíz y hortalizas, sin embargo, las variaciones climáticas también han provocado pérdidas, por lo que la población busca soluciones para llevar el riego a sus cultivos.
En 2023 los riesgos llevaron a la comunidad a formar una escuela agroecológica con el apoyo de la Asociación Comunitaria para el Desarrollo (SERJUS). Los promotores implementan prácticas agroecológicas como la elaboración de abonos orgánicos, la producción bajo invernadero de tomate y chile pimiento, la conservación de suelos y la recuperación y protección de semillas y la diversificación y rotación de cultivos. Además, están recuperando prácticas ancestrales de producción como el Sistema Milpa, el cual consiste en la combinación de maíz, frijol y ayote en las parcelas.
El proyecto lo integran 12 mujeres y 11 hombres que se dedican a la producción de hortalizas en el paraje de Xequilajá, del caserío Rachoquel, comunidad que se encuentra a 12 kilómetros de Momostenango. Este trabajo colectivo se realiza con el liderazgo de Nicolasa Cuyuch y Abelino Ajanel quienes desarrollan el proyecto para impulsar la soberanía alimentaria.
En el proyecto de riego ha sido importante el liderazgo de Abelino Ajanel, líder comunitario que ha dedicado la mayor parte de su vida para promover el desarrollo comunitario. Ajanel es fundador de la Asociación de Agricultores para el Desarrollo de Rachoquel (APADER), una organización que impulsa procesos para la promoción de la agricultura orgánica, la agroecología y la soberanía alimentaria. Don Abelino, como le conocen en la comunidad, no será beneficiario directo porque su vivienda se encuentra en otro sector, pero enseña a los promotores y promotoras sobre estas nuevas técnicas agroecológicas.

Comunitarios instalan tubería
Este año, la comunidad gestionó la donación de una bomba para llevar el agua a las viviendas, debido a que las fuentes se encuentran en una ladera de unos 250 metros de profundidad. Las familias se organizaron para realizar el trabajo y abrieron una zanja para instalar la tubería de un diámetro de tres pulgadas. Esta labor la realizaron durante varios días, luego instalaron la bomba y lograron que el agua llegara a la comunidad.
Actualmente, el proyecto de riego tiene un 70% de avance en su ejecución, ya que aún se debe colocar la tubería para las viviendas donde se encuentran las parcelas. Don Abelino nos cuenta que al principio pensaron en construir un tanque de almacenamiento, para distribuir el agua a las parcelas, sin embargo, por el costo de construcción del tanque y el espacio se ha decidido gestionar tinacos o depósitos de agua para cada familia. Con la implementación del proyecto se garantiza la disponibilidad de agua durante las sequías y ya se planifica la implementación de un estanque para la producción de peces.

La organización de los comunitarios se debe a varias razones, como la ubicación geográfica de Momostenango que hace que prevalezca un clima templado y seco, por lo que los impactos de la sequía son más fuertes. Y la experiencia de la pandemia también les hizo reflexionar sobre la escasez, especialmente de alimentos, por las restricciones que se impusieron al transporte.
La población de Xequilajá decidió aprovechar dos fuentes de agua que habían sido utilizadas para lavar ropa en uno de los barrancos de la comunidad. Hace 19 años, doña Nicolasa Cuyuch gestionó la construcción de estos lavaderos, pero con la llegada de un proyecto de agua entubada a las viviendas quedaron sin uso. Para aprovechar esas fuentes, los productores decidieron organizarse para gestionar y trabajar en el proyecto de riego y eligieron una Junta Directiva, cuya presidenta es Nicolasa, a quien su padre le donó el terreno donde están los nacimientos de agua.

En ese territorio don Eulalio Cuyuch produce repollo, acelga, brócoli, cebolla, entre otras hortalizas. Además tienen un invernadero en del que producen tomate y chile pimiento. Con la implementación del proyecto de riego, don Eulalio podrá aumentar su producción, la que podrá vender en la misma comunidad o en el mercado de Momostenango.

Doña María Rosario Díaz, promotora agroecológica, explica que a partir de su participación en la organización ha tenido beneficios en su economía familiar, ya que consume su propia producción. Con el uso de los abonos orgánicos produce zanahoria, remolacha, lechuga, acelga, espinaca, repollo y coliflor.
Es así como este grupo de productores trabajan para promover la soberanía alimentaria, el consumo responsable y reducir y combatir la desnutrición por medio de una alimentación sana y variada, por medio de la organización comunitaria y la recuperación de prácticas ancestrales de producción agrícola.
Este texto se realizó en el marco de la Sala de Creación comunitaria y medioambiental, un ejercicio periodístico colectivo organizado con un grupo de periodistas de territorios de Prensa Comunitaria, bajo la coordinación de Francisco Simón.