Search
Close this search box.
Créditos: Diseño de Estuardo de Paz
Tiempo de lectura: 10 minutos

 

A 55 kilómetros de la ciudad de Guatemala vive Expectación García Pérez, llamado cariñosamente como don Chonito, un hombre que ha dedicado su vida a cuidar los recursos naturales y preservar la cultura Xinka.

Por Wellinton Osorio

Expectación García Pérez tiene décadas de experiencia en el rescate, protección y promoción de los conocimientos ancestrales y la cultura Xinka, además, está comprometido con la defensa del territorio frente a la crisis climática y la presencia de proyectos extractivos transnacionales.

Don Chonito es un abuelo Xinka de la comunidad indígena de San Francisco Jumaytepeque, “Ixiwa Wona” o Cerro de la vida, en el departamento de Santa Rosa. Tiene 65 años y más de la mitad de su vida la ha dedicado a la comunicación, la investigación comunitaria y el análisis del idioma Xinka para su rescate, divulgación y aprendizaje.

Don Chonito interpretando una canción en una lira de madera. Foto del Colectivo Chiviricuarta

En la década de 1990, con la firma de los Acuerdos de Paz, el reconocimiento del pueblo Xinka como uno de los cuatro pueblos importantes de Guatemala y la oportunidad de retomar la organización ancestral sin persecución, don Chonito fue uno de las personas fundadoras del Parlamento del Pueblo Xinka de Guatemala (PAPXIGUA), la máxima autoridad y representación indígena en los territorios de Santa Rosa, Jalapa y Jutiapa.

Desde entonces ha estado a cargo de la Comisión de Espiritualidad y de Educación, que se ha dedicado a fortalecer procesos de rescate idiomático y promoción del idioma Xinka.

Asegura que sueña con la construcción e implementación de una casa de estudios superiores sobre la cultura e idioma Xinka, que junto al Maya y Garífuna forman los tres pueblos indígenas en Guatemala.

Actualmente es uno de los pocos abuelos que preserva los conocimientos ancestrales y se encarga de la parte espiritual y las ceremonias en las actividades del Parlamento del Pueblo Xinka de Guatemala.

Desde hace algunos años tiene algunos alumnos, quienes también son autoridades del Parlamento Xinka, y les transmite sus conocimientos sobre la cosmovisión y la espiritualidad.

Don Chonito en una presentación musical durante un festival comunitario de juventudes Xinka realizada en Santa Rosa, en julio de 2023. Foto del Colectivo Anpük

Don Chonito vive en una pequeña montaña, en la aldea Jumayepeque del municipio de Nueva Santa Rosa, al pie de un árbol de amate, un lugar conocido como el Amatón.

Bajo la sombra de este árbol se encuentra el lugar sagrado para las ceremonias y, a un lado, su casa, un espacio que siempre está abierto para quienes desean conversar sobre la cultura, el idioma, la historia y, sobre todo, aprender sobre el pueblo Xinka.

Con su acompañamiento y liderazgo, el Colectivo Anpük publicó, en diciembre de 2023, la antología “Ayak Sawak Xinka”, una recopilación de poemas, canciones e historias que hablan sobre la organización y la identidad del pueblo Xinka. En varias ocasiones se le ha preguntado sobre su motivación para seguir trabajando en el rescate de la cultura y responde: “De algo estoy seguro, que lo aprendí en muchos años, tal vez 30 o 35 años de trabajo, no me lo puedo llevar a la tumba, sino que busco dónde sembrarlo para que un día florezca de nuevo y se convierta en un producto propio de la cultura Xinka”.

La recuperación cultural del pueblo Xinka

En 2002, apenas entre 16 mil y 20 mil personas se identificaban como Xinka en el territorio, según el censo poblacional de ese año elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Sin embargo, el trabajo de investigación, recuperación y promoción del idioma, la identidad y la cultura realizado por don Chonito, el Parlamento Xinka y otras organizaciones comunitarias en el territorio llevó a que, en el censo del 2018, más de 200 mil personas se identificaran como Xinka en los departamentos de Santa Rosa, Jalapa y Jutiapa.

Para don Chonito, el camino aún es largo y el trabajo debe continuar para que cada persona que se identifica como Xinka en el territorio pueda conocer más sobre su idioma, su cultura y su historia.

Sin embargo, al problema del racismo estructural, la exclusión y la poca inversión pública en la protección del pueblo Xinka, ponen en peligro la cultura y su espiritualidad. Se suma la crisis climática y la amenaza extractiva de empresas transnacionales en el territorio.

El día que don Chonito facilitó un taller sobre conocimientos básicos del idioma Xinka y la cultura a juventudes, en abril de 2023. Foto del Colectivo Chiviricuarta

La lucha para proteger los recursos naturales y la crisis climática

Desde hace más de 15 años, el pueblo Xinka mantiene una resistencia pacífica frente a la concesión de licencias mineras en el territorio, especialmente contra la minera San Rafael.

Este proyecto, conocido como El Escobal, está ubicado en San Rafael Las Flores, Santa Rosa, al sur de Guatemala, y posee uno de los mayores yacimientos de plata del mundo.

Inicialmente, la empresa propietaria era Tahoe Resources, que posteriormente fue vendida a Panamerican Silver. Al inicio de las operaciones, la empresa minera no realizó la consulta basada en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes, argumentando que en el territorio no había presencia de pueblos indígenas, replicando así una estrategia de negación e invisibilización del pueblo Xinka.

A pesar de la resistencia del pueblo Xinka al extractivismo, el proyecto minero se inició en 2014, bajo presiones y con la defensa del Estado en medio de un estado de sitio promovido por el gobierno de Otto Pérez Molina.

Durante los años de operaciones del proyecto, la empresa minera negó cualquier tipo de impacto ambiental y espiritual sobre la cultura de este pueblo. Fue hasta el 5 de julio de 2017, que la Corte de Constitucionalidad (CC) suspendió el proyecto, exigiendo que la empresa cumpliera con los protocolos necesarios, lo que incluye realizar una consulta para que la población decida sobre su territorio.

Según el expediente 4785-2017, la CC ordenó la realización de un estudio de impacto cultural y espiritual para medir las percepciones del pueblo Xinka sobre el impacto del proyecto minero El Escobal.

Este estudio, realizado en 2022, en el contexto de la fase de preconsulta ordenada por la Corte y a cargo de Claudia Dary, investigadora del Instituto de Estudios Interétnicos (IDEI) estuvo orientado a conocer el impacto del proyecto extractivo en la vida comunitaria, el tejido social, la cultura y las tradiciones del pueblo Xinka.

El estudio sobre la afectación del proyecto minero se llevó a cabo en los municipios del área de impacto, incluyendo municipios del norte y centro del departamento de Santa Rosa, así como en Santa María Xalapán, San Carlos Alzatate y Mataquescuintla, del departamento de Jalapa.

La doctora Claudia Dary, antropóloga a cargo del estudio de impacto cultural y espiritual, en el informe final del estudio, reconoce varios efectos directos de la actividad minera, como la restricción del acceso a lugares sagrados al sitio arqueológico en San Rafael Las Flores. Este acceso limitado ha afectado la capacidad de la comunidad para realizar ceremonias y prácticas espirituales en estos sitios tradicionales.

Además, las regalías que la empresa minera voluntariamente entregó al Estado a través de las municipalidades, desde el año 2013 hasta 2018, y que ascienden a Q200,967,027.00, han sido invertidas en obras que atentan contra el patrimonio cultural y espiritual. Algunas de estas obras no responden a la indemnización por los daños ocasionados en el territorio. En algunas municipalidades, los alcaldes decidieron cómo y dónde invertir el dinero recibido sin transparentar los procedimientos de inversión y rendición de cuentas. Según el estudio denominado Desigualdad, Extractivismo y Desarrollo en Santa Rosa y Jalapa realizado en 2018 por la Comisión Diocesana de Defensa de la Naturaleza (CODIDENA) de Santa Rosa y el Centro de Estudios Conservacionistas (CECON), las municipalidades que recibieron estas regalías son: Barberena, Cuilapa, Santa Rosa de Lima, Santa Cruz Naranjo del departamento de Santa Rosa y San Carlos Alzatate del departamento de Jalapa, todas del territorio Xinka. Estas inversiones han sido percibidas como una afectación indirecta, generando una percepción de daño potencial a futuro en volcanes y montañas cercanas, que tienen un significado espiritual para las comunidades.

La percepción de que las instituciones gubernamentales no protegen adecuadamente el patrimonio cultural y espiritual del pueblo Xinka, al permitir la explotación minera de oro, plata y tierras raras en lugares sagrados como los que la empresa minera destruyó dentro del proyecto, ha generado una sensación de vulnerabilidad y atropello entre la población Xinka afectada, según el estudio.

La pérdida de acceso a sitios arqueológicos y ceremoniales ha llevado a una disminución del interés en la realización de ceremonias, afectando así la continuidad de las prácticas culturales y espirituales transmitidas por los ancestros, según don Chonito.

Don Chonito señala que la explotación de arenas y gravas, destinadas para material de construcción por empresas locales, ha destruido las montañas, contribuyendo a la pérdida de sitios sagrados que para el pueblo Xinka se encuentran en los cerros, los bosques y las fuentes de agua como principales centros energéticos de la cultura.

Una entrevista con don Chonito para un corto documental. Foto del Colectivo Chiviricuarta

Según el defensor, la crisis climática, provocada por el daño a los recursos naturales, ha exacerbado la división social y la comunicación entre comunidades afectadas, tal como ocurrió en San Francisco Jumaytepeque. En esa comunidad, la junta directiva ancestral se fraccionó en dos, una a favor de la empresa minera y otra que se mantiene en defensa del territorio. En abril de 2023, un deslave de grandes magnitudes en el municipio de Casillas dejó incomunicadas a comunidades del norte del territorio Xinka, de los departamento de Santa Rosa y Jalapa, lo que generó el desplazamiento forzado de vecinos afectados y debilitó el tejido social.

Sin embargo, afirma que la amenaza minera no es la única actividad que agudiza la crisis climática en el territorio Xinka. La exagerada concesión de licencias de aprovechamiento forestal también contribuye significativamente.

Solo entre 2020 y 2023, el Instituto Nacional de Bosques (INAB) aprobó más de 60 licencias de aprovechamiento forestal con el fin de talar bosques en el área norte del departamento de Santa Rosa, zona de recarga hídrica del departamento de Santa rosa lo cual, asegura, es de gran preocupación ya que puede acabar con los bosques y el agua. Además, explica que significa atentar directamente contra la integridad de “Nana Naru”, o la madre tierra en su traducción al español del idioma Xinka.

Guardián del tiempo y sabiduría ancestral del Pueblo Xinka

Don Chonito se define a sí mismo como un contador del tiempo en el territorio Xinka. Desde hace varios años, se dedica a documentar el tiempo y el clima para construir el calendario del pueblo Xinka, basado en 13 lunas. Que cuenta el tiempo de acuerdo a los ciclos lunares y el recorrido que realiza el abuelo sol.

Por eso, el pueblo Xinka celebra, cada 21 de diciembre, el cierre de año y la despedida del abuelo sol. En ese cambio de estación la noche es más larga y el 22 de diciembre se le da la bienvenida a un nuevo ciclo o nuevo año.

Don Chonito revisando su archivo en su computadora donde documenta y conserva datos sobre el idioma, la cultura y actualmente las plantas medicinales del territorio Xinka. Foto de Efraín Alvisurez

Comparte que la crisis climática está alterando muchas tradiciones de las comunidades. En varias comunidades de las montañas de los departamentos de Guatemala, Jalapa y Santa Rosa, desde inicios de abril, dice don Chonito, las familias se empiezan a preparar para la llegada del invierno. Durante este tiempo, se trasladan al bajío por varios días para sembrar y aprovechar las primeras lluvias de la época. Esta tradición, agrega, implica preparar las semillas, las herramientas y la comida que llevarán para alimentarse durante su estancia.

Desde tiempos ancestrales, esta preparación se ha constituido como una fiesta. En varias comunidades del territorio Xinka, se aprovecha para celebrar y despedir a los agricultores.

Sin embargo, con el cambio climático, en muchas comunidades ya no se sabe con claridad cuándo empezar a prepararse para la siembra, lo que ha provocado que muchas de estas fiestas de despedida pierdan su importancia.

Varios agricultores, que antes se guiaban por las cabañuelas para conocer las mejores épocas de siembra y cultivo, expresan que ahora es difícil predecir cuándo lloverá. Viviano Ortiz, un agricultor de Palencia, dice que él todavía se guía por las cabañuelas, pero con tantos cambios en el clima “ya no es cabal”.

Don Chonito cuenta que en muchas comunidades de origen Xinka de Santa Rosa, en esta época las familias acostumbran prepararse para salir a recolectar hongos de temporada. Sin embargo, la tala ilegal y la crisis climática atentan contra estas tradiciones que fortalecen el tejido social de las comunidades.

“Como a las dos de la mañana, oí que hizo el amate ‘sheeeee’, como aquel aire de verano. A pesar de estar desequilibrado nuestro planeta, sí hizo el cambio. Ahorita ya estamos en canícula. Fíjese que llovió de último, pero increíble, cuando yo sentí, ya había hongos de San Juan. Ayer pasó un señor y llevaba anacates. El anacate es de agosto y ya están saliendo. Lo que pasó es que el calentamiento global hizo que las esporas estuvieran esperando el agua, y ahí venían, pero cambió porque hubo poco chiquirín (Insecto parecido a la cigarra, pero de canto más agudo y fuerte) y pocas chicharras (Insecto de dorso pardo y vientre rojizo, los machos producen un ruido estridente). Esto es señal de que el calentamiento global ya hizo su daño”, lamenta don Chonito.

El defensor puntualiza que, en muchos sectores, los bosques sagrados están perdiendo sus energías, muchas de las plantas medicinales que se usaban para la sanación ancestral de personas están desapareciendo y muchos de los abuelos que sabían para qué sirven están muriendo, y los conocimientos ya no se comparten.

“Si la crisis sigue así, muchas de nuestras semillas, plantas medicinales y conocimientos se van a perder”, dice.

En busca de preservar las tradiciones de los ancestros

Don Chonito resalta que desde la Comisión de Educación del Parlamento Xinka ha iniciado un proceso de documentación y rescate de los conocimientos sobre las plantas medicinales del territorio. Sin embargo, este proceso ha sido difícil porque muy pocas personas se han interesado por el tema.

Don Chonito junto a otras autoridades indígenas Ch’orti’ y líderes de México y El Salvador, en un espacio de diálogo para el rescate de los idiomas indígenas de pueblos del sur de Guatemala, realizada en Camotán, en septiembre de 2023. Foto de Wellinton Osorio

Incluso, señala que las mismas autoridades del Parlamento Xinka han priorizado los procesos legales que mantienen contra la empresa minera San Rafael, propiedad de Pan American Silver y no han destinado recursos para que don Chonito pueda fortalecer la Comisión de Espiritualidad y de Educación.

A pesar de esto, “es una lucha que se debe hacer para seguir manteniendo vivas las tradiciones y conocimientos del pueblo Xinka”, apuntó Don Chonito.

El defensor de los recursos naturales seguirá investigando, documentando y enseñando a quienes se interesen por la cultura del pueblo Xinka. Actualmente, se está preparando para el cabo de año de su hija, quien falleció en 2023. Dice que los rezos, fiestas y pedidas de mano también son parte importante de la cultura del pueblo, porque permiten el fortalecimiento del tejido social y transmiten muchos conocimientos populares, pero estas tradiciones también están en peligro.

Don Chonito preparando el espacio para realizar una ceremonia Xinka junto a juventudes, en abril de 2023. Foto del Colectivo Chiviricuarta

Este texto se realizó en el marco de la Sala de Creación comunitaria y medioambiental, un ejercicio periodístico colectivo organizado con un grupo de periodistas de territorios de Prensa Comunitaria, bajo la coordinación de Francisco Simón.

COMPARTE