Créditos: Nelton Rivera
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Este 31 de enero, se espera que el juez Jorge Douglas Ochoa dicte una sentencia condenatoria contra tres agentes de la Policía Nacional Civil, por el delito de abuso de autoridad y detención ilegal de la periodista Norma Sancir, hecho ocurrido el 18 de septiembre de 2014 en Camotán, Chiquimula.

La audiencia que se celebra este 31 de enero en el Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente en Chiquimula será la culminación de un camino de más de nueve años recorridos por la periodista y su equipo de defensa legal que busca justicia en el sistema judicial guatemalteco.

Por Regina Pérez

Norma Sancir es una periodista maya Kaqchikel, quien fue víctima de una detención ilegal por parte de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) el 18 de septiembre de 2014 cuando cubría un desalojo de manifestantes en la región maya Ch’orti’, del municipio de Camotán, en el departamento de Chiquimula, sobre el puente Jupilingo, en la frontera con Honduras.

Tres policías, el excomisario Ceferino Salquil Solval y las agentes Olga Leticia Segura y Mirna Marleny Agustín Álvarez están siendo procesados por abuso de autoridad y detención ilegal, en tanto, una cuarta agente, Marcelina López Pérez, fue declarada en rebeldía, pues nunca se presentó ante el Tribunal y lo que se sabe es que dejó el país.

Para Sancir este ha sido un proceso muy largo, debido a que no solo el juicio comenzó 9 años más tarde sino que, en 2018 a los cuatro agentes señalados se le otorgó falta de mérito sin notificar esa información a la periodista. Esta situación llevó a los abogados de Sancir a recusar al juez y volver a repetir el proceso en el cual se los envió a juicio en 2020, pero no fue hasta 2023 cuando el debate oral y público comenzó.

Juicio por la detención de Norma Sancir. Foto de Nelton Rivera

Sancir dijo que el hecho que finalmente el juicio comenzara fue esperanzador, pero por otro lado frustrante por el sistema de justicia lento, para acceder a una posibilidad de sentencia.

Pese a que han pasado tantos años desde que ocurrieron los hechos, la periodista señala que esperar todo este tiempo “es justo” porque también los agentes de la PNC que han estado en este proceso han sufrido el desgaste que ella ha padecido, “que sepan los que abusan de su poder que no pueden seguir realizando estas prácticas sin consecuencias”.

Héctor Reyes Chiquín, director del Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH) y abogado defensor de Sancir, indicó que este proceso fue lento y dificultoso desde que ella presentó la denuncia en contra de los cuatro agentes.

Tras la falta de mérito que se les otorgó ellos apelaron y el caso se remitió a una Sala de Apelaciones que ordenó que el juez debía llevar a proceso penal por abuso de autoridad al excomisario y las agentes. Sin embargo, esto fue un proceso que llevó años.

Tras ligarlos a proceso, se interpusieron varios recursos por parte de los acusados para obstaculizar el avance de la etapa intermedia, que se suspendió en numerosas ocasiones. “En Guatemala, eso representa años y fue sumando hasta llevar 9 años de litigio”, dijo el abogado.

No obstante, este 31 de enero, con la última palabra de las personas acusadas, se espera que el juez Jorge Douglas Ochoa dicte su sentencia. “Estamos convencidos que va a ser una sentencia condenatoria”, afirmó Reyes.

Juez Jorge Douglas Ochoa. Foto de CALDH

Los inicios de Norma en el periodismo

Norma Sancir nació en Tecpán, Chimaltenango. Cuando era pequeña su familia migró a la ciudad capital debido al conflicto armado interno que sufría el país en aquel entonces. Fue en la capital donde decidió estudiar periodismo cuando tenía 23 años y lo hizo en la Escuela de Ciencias de la Comunicación (ECC) de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). En ese entonces miraba noticias de sucesos políticos en el país y se emocionaba al pensar que un día podía ser ella quien estuviera llevando la noticia.

Para ello se inscribió en la jornada sabatina de la ECC. Uno de sus catedráticos fue Elías Barahona, un periodista que vivió en carne propia los años más cruentos del conflicto interno en Guatemala en los 80’, que le inyectó conciencia social. Barahona fue uno de sus mentores y parte de su terna examinadora al graduarse de Periodismo.

Como muchas personas que comienzan en esta carrera, Norma no sabía lo difícil que sería acceder a un puesto en los medios de comunicación en esa época, fue por eso que comenzó apoyando en una radio comunitaria.

“La vida me abrió camino en las comunidades, ahí inicié a conocer toda la temática de derechos de los pueblos indígenas, logré alternar el trabajo amplio en comunicación en espacios de pueblos indígenas y movimiento campesino y paralelamente ejercía periodismo comunitario en el movimiento campesino”, recuerda.

Norma Sancir. Foto de CALDH

A partir de ahí conoció a parte de los fundadores de Prensa Comunitaria con quien logró trabajar en conjunto temáticas sobre defensa del territorio en diversas comunidades y casos de criminalización de defensoras y defensores de derechos humanos.

Posteriormente se trasladó a vivir a Camotán, con las comunidades maya Ch’orti’ donde decidió establecerse y hacer periodismo comunitario. Fue en ese lugar donde fue detenida de manera ilegal por la PNC cuando fue llamada para cubrir el desalojo de las comunidades que protestaban en el Puente Jupilingo, el 18 de septiembre de 2014.

Criminalizada por ser una periodista comunitaria

El 17 de enero de 2023, Norma Sancir pudo ampliar su declaración ante el juez Ochoa donde recordó algunos detalles de lo ocurrido el día de su detención. “Lo que espero es justicia, por las personas que estamos haciendo periodismo comunitario, que hemos sido abusadas, lo que espero es justicia por todas las mujeres que hoy están haciendo periodismo en las comunidades, y que no se les reconoce y se les estigmatiza por ser mujeres”, fueron algunas de sus peticiones.

Como periodista, ella hizo cobertura de las manifestaciones de las comunidades Ch’orti’ para varios medios locales y para la radio el día 17 de septiembre, sin ningún problema. Sin embargo, el 18 de septiembre eso ya no fue posible, pues agentes de la PNC la detuvieron y la encarcelaron, una detención que se hizo con violencia y abuso por parte los policías.

Sancir fue llevada a Los Jocotes, Zacapa, donde estuvo encerrada cuatro noches. Al quinto día la dejaron libre, pues no tenían pruebas de lo que la acusaban: atentado y desorden público.

“Violentaron mi derecho a pesar de que les dije muchas veces que yo era periodista, yo sí estaba identificada, me despojaron del equipo, de mi credencial, de mis teléfonos y me acusaron de delitos que no había cometido, me criminalizaron, me estigmatizaron, por el hecho de no ser una periodista de un medio reconocido”, indicó.

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“Tengo mucha indignación de cómo nos tratan a los periodistas comunitarios”

Sancir considera que las mujeres periodistas se vuelven más vulnerables cuando no se les reconoce su trabajo al momento de salir a la calle. “Pareciera que es cobertura de hombres pero no es así, las mujeres tenemos las capacidades de salir a la calle y buscar la noticia, muchas lo hacen pero tienen que afrontar esa estigmatización por no ser de medios masivos, tradicionales o por el simple hecho de informar con la verdad”, dijo a Prensa Comunitaria.

Para ella, el periodismo comunitario además de ser un derecho que establece la Constitución, en su artículo 35, es un servicio donde se ejercen derechos por ambas vías, quién informa y quién se está informando.

“El periodismo comunitario es ahora tan necesario para ir cumpliendo otros derechos, los pueblos originarios deberían tener acceso a medios como un derecho, los barrios y colonias populares de la urbanidad también”, indicó.

En Guatemala, cada año se está volviendo más difícil ejercer periodismo. Según un monitoreo de Prensa Comunitaria, de enero a noviembre de 2023 se registraron 270 acciones contra el ejercicio periodístico. La intimidación, persecución, criminalización y restricción de cobertura son las amenazas y ataques que sufren las y los periodistas a diario.

Pascuala Tituque, artesana de maguey en el municipio de Olopa, valora el trabajo que periodistas comunitarias como Sancir realizan en sus comunidades. Ella conoce a Norma desde hace varios años, pues ha llegado a su aldea a documentar los daños que la minera Cantera Los Manantiales realiza en su región y la criminalización que sufren los comunitarios debido a las acciones de la empresa.

“¿Si no hay periodistas comunitarias, quién nos va a comunicar a nosotros para que nos demos cuenta de lo que se está viviendo en las comunidades?, es importante que haya alguien que nos esté reportando, eso incluye a todos los periodistas”, señaló Tituque.

En solidaridad con la periodista Sancir, ella y otros comunitarios han acudido en dos ocasiones a las audiencias que se realizan en la cabecera municipal del mismo nombre Chiquimula, que queda a unas dos horas y media de Olopa.

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“Luego vimos que Norma Sancir iba esposada y sin su equipo de prensa”

“Todavía hay muchas historias que contar”

Durante todo este proceso, Sancir no ha estado sola. La han acompañado los abogados de la Asociación de Abogados Mayas quienes tomaron su caso desde su detención, posteriormente fue el equipo legal de CALDH.

A ellos se han sumado organizaciones de mujeres que le han dado un acompañamiento integral, como la Red de la No Violencia contra las Mujeres (RedNovi) que la ha apoyado en lo terapéutico y psicológico. Organizaciones que promueven la defensa de la libertad de expresión han sido parlantes en espacios a nivel internacional y sus colegas en Chiquimula han estado presentes desde su detención hasta su liberación y proceso penal, señaló.

Periodistas se han solidarizado con ella y siguen uniendo esfuerzos para promover la libertad de expresión como un derecho. Finalmente su familia le ha sostenido, aunque a veces le cueste entender por qué hay tantas audiencias y por qué el proceso se ha tardado tanto.

Para el abogado Reyes, si este 31 de enero se logra una sentencia condenatoria se va a sentar un precedente para las personas que hacen periodismo comunitario en Guatemala. “No importa cuanto pueda tardarse un caso, pero si tiene la tenacidad, la paciencia, para continuarlo, va a lograr una sentencia condenatoria por los hechos que ha sufrido”, indicó.

En tanto, Sancir señaló que desea seguir haciendo periodismo comunitario “porque todavía hay muchas historias que contar en las comunidades, además, el país vive en cambios políticos importantes donde los pueblos indígenas son protagonistas”, concluyó.

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