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Créditos: Shirlie Rodríguez / Prensa Comunitaria
Tiempo de lectura: 4 minutos

 

La exfiscal anticorrupción habla sobre las condiciones en las que se encuentra presa y sus problemas de salud que debían ser atendidos desde hace un año.

Por Shirlie Rodríguez

La exjefa de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), viaja desde la capital de Guatemala a Quetzaltenango para atender las audiencias programadas en el segundo caso que conoce un juzgado del municipio.

Este martes 11 de abril se transportó en los vehículos del Sistema Penitenciario (SP), en un recorrido que duró más de tres horas. En esta ocasión pasó por la toma de carretera que mantienen los vecinos de Nahualá para llegar a la hora de su audiencia.

Previo a ingresar a la sala del Juzgado de Primera Instancia Penal, habló con sus abogados y también saludó a algunos familiares y amigos, desde el interior de una carceleta que se utiliza para que converse con su defensa.

Los guardias del SP la vigilaban con apenas unos metros de distancia mientras ella abordaba aspectos que tratarían ante la jueza. Los grilletes los mantiene puestos.

La abogada cuenta que se siente feliz de regresar a Quetzaltenango a pesar de las circunstancias, esta vez notó que en muchos lugares hay adornos todavía de la Cuaresma. Resaltó que ahora hay más tráfico que en los meses anteriores.

. Virginia Laparra es trasladada desde la capital a Quetzaltenango para atender el caso que se lleva en este municipio. Foto: Prensa Comunitaria.

En la audiencia de primera declaración que se realizó el 3 de enero, Laparra expresó que no tenía confianza en la jueza Carmen Acú, quien lleva este segundo caso en su contra y ahora, casi tres meses después, dice que está más convencida de esto.

La defensa de Laparra recusó a la juzgadora porque el denunciante del caso, Lesther Castellanos, era su asesor de tesis. La Sala Quinta de Apelaciones confirmó que ella debía conocer el caso.

Lea más aquí de la audiencia de primera declaración:

Crónica de un segundo proceso contra Virginia Laparra, exfiscal de la FECI

“Cuando una entiende de derecho y entiende las precariedades se da cuenta que las causales no son legales ni jurídicas, son de venganza y con tal de apaciguar la falta de valentía de algunos”, dijo Laparra cuando se le preguntó sobre lo que esperaba de la audiencia que tenía prevista.

En el caso que se conoce en Quetzaltenango, Virginia Laparra contaba con tres abogados defensores, Luis Laparra que también es su hermano, Juan José Margos y la abogada Wendy López. La última fue expulsada del caso porque supuestamente era un riesgo para la jueza Acú.

Atención médica llegó un año después

Laparra contó que emocionalmente ha estado bajo estrés constante desde que fue detenida y esto le ha afectado de forma física y psicológica.

A los dos meses que fue detenida en la zona 7 de Quetzaltenango, empezó con molestias y requirió de la atención médica.

Fue atendida por un médico del SP, ya que se encontraba presa desde entonces y la respuesta que obtuvo del profesional, es que solo eran gases los que la estaban afectando, por lo tanto, hicieron caso omiso a los padecimientos.

Por varios meses, la defensa solicitó que verificaran su estado de salud, ya que tenía una emergencia ginecológica que debía ser atendida, pero pasaron varios meses hasta que le prestaron la atención debida y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente.

La exjefa de FECI lleva más de 13 meses presa en una cárcel de máxima seguridad. Foto: Prensa Comunitaria.

Laparra fue diagnosticada con miomatosis de medianos elementos, una serie de tumores que crecen en el útero, por lo que es urgente que la operen. La jueza del Tribunal Octavo, Oly González decidió que debía ser evaluada en el Hospital San Juan de Dios y se negó a que la exfiscal fuera atendida en un centro privado.  La atención de los médicos del Hospital General empezó hasta en febrero.

Lea más en la nota por Ruda 

“Me parece hasta gracioso que el doctor dijo que eran solo gases y cuando me iban a operar me preguntaban de qué y yo respondí que seguramente de los gases”, dijo.

Dice la exfiscal que le quitaron la matriz en esa operación y aún mantiene dolor. No ha tenido su cita postoperatoria porque le programaron una audiencia en la misma fecha y ahora deberá esperar para ser atendida. Aún tiene dolor, pero esto no le impide llegar a las audiencias.

“Nos ha costado mucho. La asistencia de salud en el SP es lo más desastroso que he visto en mi vida. No existe, eso no existe”, afirmó Laparra.

“Un médico que solo se asoma por la ventanilla de la bartolina, eso no es una atención médica. Fue hasta febrero que mi defensa consiguió la cita porque en el SP dijeron que no tenían viáticos para hacer las diligencias”, continuó.

Virginia Laparra mantiene las esposas hasta que la jueza autoriza que se las retiren durante la audiencia. Crédito Prensa Comunitaria

La operación la hicieron en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). Una operación como esta debe tener al menos 40 días de reposo y un constante cuidado a la herida para evitar infección.

Se le preguntó a la exfiscal sobre las condiciones en las que se encuentra presa y contó que durante los más de 13 meses que lleva privada de su libertad, ha tenido tiempo para leer y en uno de los textos leyó que los presos políticos son a los que los gobiernos consideran más peligrosos.

“Estoy en una cárcel de máxima seguridad, traigo siete custodios y siempre tengo puestas las esposas”, explicó.

En el segundo caso que se conoce en su contra, solicitaron que optara a medidas sustitutivas pero la jueza lo negó. Mientras tanto se mantiene en Mariscal Zavala, ubicada en la zona 17 de la capital de Guatemala. Esta prisión es catalogada de máxima seguridad y ha recluido a personajes de la política nacional y del crimen organizado.

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Niegan a Virginia Laparra la petición de salir de prisión

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