Durante el terremoto de 1976 la vela de muchos sampedranos se apagó para siempre
Tiempo de lectura: 2 minutosPor Efrain Tunche Ajciginac La madrugada del 4 de febrero de 1976 a eso de las tres de la mañana, nos sorprendió un gran monstruo que se movió bajo la tierra y dio una gran sacudida, suficiente para mandar a descansar a muchos, incluyendo a mi amigo Danilo. Él era un niño de cinco años