Colaboradores del mundo: ¡uníos!
Tiempo de lectura: 3 minutos Por Marcelo Colussi En 1848, como frase final del Manifiesto Comunista, dos jóvenes intelectuales alemanes decían: “Trabajadores del mundo: ¡uníos!” El llamado, vehementemente impetuoso, buscaba la organización de toda aquella persona que “trabaje” para, en una acción revolucionaria, cambiar el opresor sistema capitalista marchando al socialismo, puerta de entrada a una futura sociedad sin clases sociales: