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Créditos: Santiago Botón
Tiempo de lectura: 3 minutos

 

La lucha de las comunidades que se opusieron a la construcción de las hidroeléctricas Oxec y Oxec II persiste a 7 años de la consulta comunitaria. Los pobladores viven alejados del área urbana y el desarrollo no ha llegado a sus aldeas, donde carecen de servicios públicos y el acceso es difícil por la falta de carreteras en buen estado.

Por Santiago Botón

Pobladores mayas Q’eqchi’ conmemoraron el séptimo aniversario de la consulta comunitaria de buena fe, con una larga marcha que partió desde la comunidad de Taquincó descendiendo a la orilla del río Cahabón. El recorrido en las faldas de la sierra de la región de Chi Is, en el municipio de Cahabón, Alta Verapaz, duró más de una hora y estuvo acompañada de la música de marimba.

Foto de Santiago Botón

La consulta comunitaria de buena fe se realizó en 195 comunidades del municipio de Cahabón el 27 de agosto de 2017, donde la mayoría de los más de 26 mil participantes rechazaron la construcción de hidroeléctricas y otras actividades extractivas, recordó en su idioma Q’eqchi’, Marta Alicia Chocooj, una de las participantes.

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En el séptimo aniversario no se contó con la participación de alguna organización no gubernamental, excepto el ex “preso de conciencia” Bernardo Caal Xol, quien, según los pobladores, ha sido parte de la lucha de estas comunidades remotas que carecen de los servicios públicos básicos, incluyendo la telefonía y cuyas vías de acceso están extremadamente deterioradas.

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Caal Xol, maestro y defensor del agua, fue víctima de difamaciones constantes y sentenciado a más de siete años de prisión en 2018 debido a su acompañamiento a las comunidades que se oponían a la construcción inconsulta de las hidroeléctricas Oxec sobre el río Cahabón.

Los alrededores de la comunidad de Taquincó son emblemáticos, relata Caal Xol, debido a que sus pobladores fueron víctima de intensos bombardeos durante el genocidio de los años ochenta, posiblemente con el fin de exterminar a los pobladores mayas para construir la hidroeléctrica Chulac, cuyos túneles de conducción y otros vejestorios todavía se encuentran entre los matorrales.

Foto de Santiago Botón
Foto de Santiago Botón

Taquincó se encuentra aproximadamente a 14 kilómetros río abajo del complejo hidroeléctrico de Oxec y Oxec II, los cuales se publicitan como “energía limpia para el desarrollo”. Esta promoción contrasta con la situación de las comunidades en las que un gran porcentaje de los hombres trabajan como jornaleros en ingenios azucareros y plantaciones de palma aceitera en otras regiones del territorio guatemalteco, agrega la madre de familia Alicia Chocooj.

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La niñez participó activamente en la marcha, lo cual a primera vista no es sorprendente, hasta que los entrevistados destacan que es parte de su responsabilidad cuidar el territorio y otras tareas del hogar ante la migración y el desplazamiento de los hombres.

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