Por Lourdes Álvarez
Las mujeres guatemaltecas lograron el reconocimiento del derecho de igualdad que tienen ante la ley y ya no tienen impedimentos para decidir el orden de los apellidos de sus hijas e hijos, dejando atrás la costumbre y la imposición que las obligaba a colocar el apellido del padre primero y después el de la madre; la discusión se abrió recientemente por una circular emitida por el Registro Nacional de las Personas (RENAP) en septiembre de 2009, que mantenía esa forma de reconocimiento familiar.
En una reunión realizada este miércoles en la Comisión del Menor y la Familia, en el Congreso de la República, se informó que el Renap ha emitido una nueva circular que deja sin efecto la que se emitió en 2009.
Aunque ninguna ley o norma limita ese derecho que tienen las mujeres de decidir el orden de los apellidos de sus hijas e hijos, en julio, durante una llamada al call center del RENAP, confirmó que “no era posible” y, que el orden bajo el que se debía inscribir a la niñez era colocándole primero el apellido de los hombres y después el de las mujeres.
Diversas instituciones y organizaciones de derechos de las mujeres y niñez y adolescencia, iniciaron gestiones desde el 2009, con recientes procesos de consultas y actividades de sensibilización para dejar sin efecto esa “costumbre machista y patriarcal”, según Ada Valenzuela, del colectivo Libélulas.
En la nueva circular 015-2021 del RENAP se puede leer que durante el proceso de registro de nuevos nacimientos, “en el caso que comparezcan ambos padres, casados o no, deberá consignarse al hijo/a un apellido de cada uno de ellos, en el orden expresado por ellos”, respetando el principio de igualdad de derechos que tienen hombres y mujeres para decidir el orden de los apellidos.
La disposición contempla que “cuando únicamente compareciere uno de los padres que fueren casados, se respetará el orden que solicite el compareciente”. Y si comparece “únicamente la madre soltera a solicitar la inscripción de nacimiento de su hijo/a, se consignarán los apellidos de esta”.
Valenzuela, dijo que el Renap se ha comprometido a hacer un proceso de sensibilización a las y los registradores, además con las comadronas, médicos, médicas, que también tienen a su cargo algunos registros de nacimientos.
“Es un tema que tienen que empezar a divulgar. Sabemos que siguen los inconvenientes sobre una tradición machista y patriarcal, pero se han comprometido a que todo su personal esté al corriente de este tema”, indicó.
En la reunión de este miércoles en el Congreso, el RENAP se comprometió a la implementación de una campaña de comunicación masiva que explique e informe a mujeres y hombres que hay un principio de igualdad ante la ley al decidir el orden de los apellidos, ante las organizaciones sociales, Comisión del Menor y la Familia, Procuraduría General de la Nación, Ministerio Público y Procuraduría de Derechos Humanos, que han emitido importantes dictámenes jurídicos para sustentar la falta de una normativa que impida a las mujeres decidir sobre los apellidos.
Valenzuela reiteró que le darán seguimiento al proceso y que divulgará la información. “Si el RENAP no lo hace, nosotras vamos a empezar, porque es un derecho que nos asiste como parte de nuestra ciudadanía como mujeres”.
En tres líneas el RENAP impuso el patriarcado
A criterio de Valenzuela, el RENAP impuso el patriarcado en tres líneas, al emitir, en 2019, la circular que ordenaba que el apellido del padre fuera primero y el de las madres después. Por esa razón era de suma urgencia e importancia que la medida quedara sin efecto para todo el personal de la institución que, de manera ilegal, decidía el orden de los apellidos de la niñez, agregó.
En lo concreto y simbólico también es una acción importante para las nuevas generaciones, según Valenzuela, porque se deja un mensaje claro sobre la importancia de hacer prevalecer la igualdad de derechos que tienen las mujeres y los hombres en el país, además de erradicar las prácticas machistas que por costumbre se han permitido.
“En estos meses hemos hecho trabajo de incidencia, concientización y consulta a las distintas instituciones del país para lo que llamo una restitución de derechos a las mujeres, porque con esa circular no solo estamos hablando de un delito de discriminación a las mujeres en el marco de derecho a decidir y opinar sobre la inscripción de nuestras hijas e hijos, si no también se estaba violando los Acuerdos de Paz y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer donde el estado de Guatemala se ha comprometido desde 1982 cambiar todas las legislaciones, normas y políticas que fueran discriminadoras a las mujeres”, opinó la entrevistada.
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