Más de 350 personas, entre autoridades indígenas y estudiantes, se reunieron, este 27 de agosto, en la comunidad Q’eqchi’ de San Juan Chactelá, Ixcán, para conmemorar los 11 años de reconocimiento oficial de sus comunidades.
La conmemoración marcó el inicio de un plan de reforestación que busca plantar 32 mil árboles en la región, como respuesta a la crisis climática.
Por Joel Pérez
Hace 11 años, la municipalidad de Ixcán, Quiché, reconoció e inscribió a 36 comunidades con el nombre de “comunidades indígenas”. Actualmente integran la microrregión 2 y 6 de la región de Los Copones, habitada por poblaciones de habla maya Q’eqchi’.
El pasado 27 de agosto, más de 350 pobladores conmemoraron este reconocimiento. Las actividades se realizaron en la comunidad indígena de San Juan Chactelá, el centro de convergencia de las 36 comunidades.
San Juan Chactelá se ubica a más 40 kilómetros del municipio de Ixcán. Para llegar al lugar, se toman vehículos en una carretera semi asfaltada. La población de esta región se dedica a la producción de cardamomo como su principal fuente de ingreso.
Durante la conmemoración, autoridades indígenas, estudiantes y la población en general acordaron sembrar al menos 32 mil árboles como respuesta a la deforestación y daños a la flora y la fauna ocasionados en el territorio.
“Más allá de organizar una simple actividad de celebración, decidimos plantear un plan masivo de reforestación en la región, porque es importante definir acciones que beneficien a nuestro ecosistema”, expresó Silverio Paau, secretario del Gran Concejo de Autoridades Ancestrales de las comunidades indígenas.
Las actividades de este año comenzaron con una ceremonia maya para agradecer a la madre tierra por su generosidad y sustento. Don Ambrosio Paau, uno de los miembros de las autoridades ancestrales, destacó la importancia de esta práctica.
Esta relación con la naturaleza fue el preludio de un acto que simboliza la unión de las comunidades indígenas para proteger su territorio y combatir los efectos de la crisis climática. Según las autoridades, la meta es sembrar alrededor de 32 mil arbolitos en toda la región, lo que implica un promedio de 20 árboles por persona en las 36 comunidades reconocidas, las cuales agrupan a aproximadamente 16 mil habitantes.
“Como autoridades comunitarias hemos planteado sembrar alrededor de 32 mil arbolitos en todo nuestro territorio a raíz del daño que se le ha causado a la fauna y la flora”, comentó Silverio Paau. La iniciativa busca reducir el daño ambiental y promover prácticas sostenibles que aseguren el bienestar de las generaciones futuras.
Para dar inicio a este proyecto, se distribuyeron 600 árboles entre los asistentes, marcando el comienzo de un proceso que espera crecer con la colaboración de la población.
Las autoridades esperan que el impacto de la iniciativa sea significativo, especialmente en una región donde prácticas como la roza ha contribuido al deterioro de la tierra y la biodiversidad local. Reconocen que revertir estos daños no será fácil, pero están comprometidas a implementar acciones que promuevan la sostenibilidad.
Para lograr la meta de reforestación, las autoridades indígenas planean involucrar a diferentes sectores de la comunidad. Don Ambrosio Paau adelantó que “en esta época de lluvia se buscará la colaboración de establecimientos educativos y diferentes iglesias para que se sumen a esta iniciativa”.
Este esfuerzo busca restaurar el equilibrio ecológico en la región y también sensibilizar a la población sobre la importancia de preservar el medioambiente y adoptar prácticas que mitiguen el impacto de la crisis climática.
A lo largo de estos 11 años de reconocimiento oficial, las comunidades indígenas de la región de Los Copones han demostrado que su identidad y cultura están intrínsecamente ligadas a la tierra. Este plan de reforestación es una manifestación más de su compromiso con la conservación del medioambiente y el bienestar de la población.