Algunos de los esfuerzos para conservar limpios los afluentes de los ríos de San Juan Comalapa se ven frustrados ante la falta de políticas públicas y empresariales sobre el manejo, recolección y disposición final de los desechos sólidos. Los ríos no son basureros, sino las fuentes de agua para el consumo humano, que cada vez más se escasea.
Por Joel Solano
Un grupo de organizaciones sociales e instituciones a favor de la conservación de ríos y otros mantos de agua en Guatemala, unieron esfuerzos y dedicaron una jornada de trabajo para limpiar el entorno del río Tzan Arco, que forma parte de la cuenca alta del río Motagua.
Representantes y grupos de voluntarios de la Alianza por la Cuenca del Río Motagua; Scout de San Juan Comalapa; el Consejo Nacional de la Juventud (Conjuve) y la Asociación de Médicos se dieron cita en el norte del municipio, el pasado 3 de agosto, con la finalidad de retirar basura y otros contaminantes del río Tzan Arco que corre por esta localidad de Chimaltenango.
#Chimaltenango 🌎 Unidos en jornada de limpieza por desechos que contaminan el río de Tzan Arco
Comunitarios de San Juan Comalapa comunitarios, alianza de la Cuenca del Río Motagua, Conjuve, Scout, y Asociación de Médicos realizan limpieza por todos los desechos arrastrados por… pic.twitter.com/xSsnGOYE1d
— Prensa Comunitaria Km169 (@PrensaComunitar) August 4, 2024
Por medio de una campaña publicitaria, estas agrupaciones impulsan acciones que buscan rescatar el río Motagua y hacer conciencia en los municipios, con afluentes y caudales, sobre la necesidad de mantenerlos libres de contaminación. En el caso de Chimaltenango, los voluntarios instaron a las autoridades y vecinos a evitar el uso del río como vertedero de basura, ya que, en la época de lluvia, las correntadas de agua arrastran grandes cantidades de desechos sólidos a los ríos y esa basura termina en el cauce del río Motagua.
Ríos contaminados
Jeanne Samayoa, de la Alianza por la Cuenca del Río Motagua, dijo que el 95 por ciento de los ríos de Guatemala están contaminados. “Es urgente que tomemos responsabilidades desde las distintas instancias, que incluyen a las municipalidades”, dijo.
El artículo 68 del Código Municipal establece que las alcaldías son las responsables de brindar servicios básicos a la población: agua, saneamiento, manejo de los desechos sólidos, entre otros.
“Tristemente, el tema de saneamiento no es una prioridad en gestión de las municipalidades. Dicen que no tienen la capacidad, pero está en el Código Municipal la descripción del trabajo que se debe realizar”, agregó. “Cómo alguien puede postularse para alcalde sin tener las capacidades para cumplir con estos objetivos tan importantes que inciden en la salud de las personas”, cuestionó.
Necesidad inmensa
De acuerdo con Samayoa, la Alianza ha expresado su preocupación por temas relacionados con la crisis en los ríos. “Cuando se otorgó un amparo provisional contra el Acuerdo 236-2006 (Reglamento de las descargas y reúso de aguas residuales y de la disposición de lodos) expresamos que esa normativa tuvo una prórroga por 18 años. ¿No estaban listos después de 18 años? Todo es muy complejo. El gobierno central está dispuesto a apoyar; es cierto que los alcaldes a veces tienen limitantes en el presupuesto o capacidad técnica”, indicó.
“El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) quiere apoyar; nosotros como Alianza; está la Asociación Guatemalteca de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (AGISA). Los recursos están; la capacidad técnica está en el país y la necesidad es inmensa”, afirmó Samayoa.
“A nivel nacional, el 95 por ciento de las aguas no están tratadas. Es decir, el agua sucia de los servicios sanitarios, la cocina y del lavado de la ropa va a los ríos, lagos y mar. Se contaminan los ecosistemas y las fuentes de agua para consumo humano. En la actualidad, la desnutrición crónica y aguda, afecta a millones de niños y niñas en el país, y lo que tienen disponible es agua contaminada con bacterias que producen diarrea y otras enfermedades”, añadió.
También instó a la Corte de Constitucionalidad (CC) a no otorgar amparo definitivo contra el “Reglamento de las descargas y reúso de aguas residuales y de la disposición de lodos”. “Vemos que hay buena voluntad en algunas municipalidades como la de Pachalum, Quiché; Estanzuela y Río Hondo, Zacapa y la de Puerto Barrios, Izabal que dan pasos en el saneamiento del agua. Es importante que las 340 alcaldías unan esfuerzos para sanear los ríos”, mencionó.
El río Tzan Arco
Lo que sucede en el municipio de San Juan Comalapa, Chimaltenango, es una muestra de lo que ocurre en los 96 municipios, que componen la cuenca del río Motagua, advirtió Samayoa. “No hay una gestión de los desechos sólidos desde el consumidor. Se consume de manera irresponsable. Por productos desechables se generan toneladas de basura”, aseguró.
A decir de Jeanne Samayoa, se calcula que el 25 por ciento, de la cantidad total de basura, sale desde los hogares. Mucho es material reciclable y materia prima que debería llegar a la economía circular.
En tanto, se considera que entre el 50 y 64 por ciento de los desechos orgánicos que se generan en lo particular son naturales y se pueden descomponer en la tierra y así regenerar los suelos, capturar metano. “Salen muchas cosas positivas si se hacen abono”, indicó.
Cifras alarmantes
Según Jeanne Samayoa:
- El 42 por ciento de la basura se quema en el país y produce metano, entre otros gases tóxicos.
- El metano es 80 veces más contaminante que el dióxido de carbono.
Asimismo, explicó que la jornada de trabajo en el río Tzan Arco también impactó el caudal del río Pixcayá. “Es una ayuda, un pequeño alivio. Dejó de recibir esa contaminación. San Juan Comalapa es una cuenca alta; lo que se tira va por cuenca media y desemboca en la cuenca baja, en Puerto Barrios, Izabal. Estos desechos el dañan el segundo arrecife más importante del mundo”, agregó.
Julián Caná de la Asociación de Médicos de San Juan Comalapa, consideró positiva e importante la jornada de trabajo, del pasado 3 de agosto, en el río Tzan Arco. “La mayoría no tiene conciencia de que se puede proteger el ambiente con acciones que protejan las cuencas de los ríos. El río Tzan Arco se perdió hace muchos años. Todos recordamos que tenía peces y era muy importante para el municipio.
“Hoy solo vemos vestigios de lo que un día fue el río. Nuestros abuelos se abastecían de agua del río, pero acciones individuales, empresas y de la industria han dañado los caudales de agua del municipio”, añadió.
Por su parte, Felipe Gálvez, instructor de los Scout del municipio y miembro de la Asociación Amigos de la Naturaleza, consideró necesario que desde la niñez se fomenten hábitos de reciclaje. Hizo un llamado al alcalde municipal, Justo Rufino Similox, del partido Vamos, para que se construyen plantas de tratamiento de basura en el municipio; se impulsen campañas informativas en las escuelas y a nivel local; se diseñe una planta procesadora de desechos y abrir un refugio para perros de la calle.
Cada año, entre el 80 y 85 por ciento, del total de basura que contamina los ríos de San Juan Comalapa, se origina por el mal manejo y disposición final de los desechos sólidos y a la falta de una cultura de reciclado. Preocupa a los vecinos la calidad de agua que heredarán las próximas generaciones y las enfermedades relacionadas con su consumo.
¿Mala salud?, ¿más contaminación?, ¿más basura? El futuro no es prometedor con este escenario.
Este texto se realizó en el marco de la Sala de Creación comunitaria y medioambiental, un ejercicio periodístico colectivo organizado con un grupo de periodistas de territorios de Prensa Comunitaria, bajo la coordinación de Francisco Simón.