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Tala inmoderada de bosques deja en la agonía al río Tazb’alaj en San Juan Comalapa

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Créditos: Diseño de Estuardo de Paz
Tiempo de lectura: 6 minutos

 

En el municipio de San Juan Comalapa se vive una tragedia silenciosa. Los ríos que durante generaciones han sido fuente de vida para las comunidades se están secando. La causa es la tala inmoderada de los bosques, señalan dos abuelos.

Por Joel Solano y Nathalie Quan

La tala inmoderada de los bosques en San Juan Comalapa, Chimaltenango, ha desatado una crisis que no solo afecta a la naturaleza, sino también a la vida de cientos de agricultores que dependen del agua para sus cultivos. Este fenómeno ha provocado la sequía de ríos que históricamente abastecieron de agua a la población, deteriorando el paisaje y la vida de quienes la habitan.

En esta problemática se encuentra el río Tazb’alaj. Hace décadas, durante los años 90, era un caudaloso río que proveía agua a los agricultores incluso en los veranos más secos. Los frondosos bosques que rodeaban el río ofrecían una sombra vital, protegiendo las aguas del calor abrasador y manteniendo el ecosistema en equilibrio. Hoy, esos bosques han sido talados sin misericordia, dejando al río Tazb’alaj expuesto y seco durante la temporada de calor.

El río Tazb’alaj muere lentamente. Foto de Joel Solano

El río se ubica en el área sur de la cabecera municipal de San Juan Comalapa y abastecía de agua a unos 400 agricultores de la región, principalmente para el riego de cultivos.

La tala de árboles en el municipio comenzó hace 20 años, la mayoría es ilegal y pocas veces se cuenta con permisos otorgados por el Instituto Nacional de Bosques (INAB), pero la institución no monitorea el proceso de extracción, ya que la depredación sin control amenaza con destruir los bosques más antiguos, señala un comunitario que habló con Prensa Comunitaria a condición de resguardar su nombre.

En 2023, en una reunión del Concejo Municipal de San Juan Comalapa, los miembros de los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes) manifestaron su rechazo a la forma de cómo que se emiten las licencias de tala de árboles. Los Cocodes señalaron que el INAB solo promueve talleres de reforestación, pero no monitorea las áreas que se van talando.

Los “troceros”, -personas que compran grandes extensiones de bosques- son los principales responsables de la deforestación en el municipio, según los Cocodes. La madera extraída para reglas, tablas y tendales se destina a los seis aserraderos locales o se vende a otros departamentos para la construcción o viviendas.

Un río que se desvanece

Los relatos de dos ancianos de San Juan Comalapa pintan un cuadro de desolación. Juan Otzin, un abuelo que ha visto cómo el paisaje ha cambiado, recuerda con tristeza los tiempos en que el río Tazb’alaj era un recurso inagotable para los agricultores. “Antes, el río nos ayudaba a cultivar arveja, frijol y papa. Veníamos a traer agua y los bosques alrededor mantenían el río fresco y lleno,” cuenta, con la mirada perdida en recuerdos de un pasado más verde. La tala desmedida, explica, ha matado lentamente al río, que ahora solo regresa a la vida durante las lluvias de invierno.

“Antes, el río nos ayudaba a cultivar arveja, frijol y papa”, dice el abuelo Juan Otzin. Foto de Joel Solano

Flavio Ajú Mux, otro anciano del lugar, comparte historias similares. “Los agricultores solían venir al río para recoger agua y fumigar sus cultivos. Pero ahora, por la tala, el río se seca en verano. No tenemos de dónde sacar agua,” relata, mientras señala la devastación que la deforestación ha causado. La sequía ha transformado la vida agrícola en San Juan Comalapa, forzando a los agricultores a buscar agua en otros lugares, a menudo lejos de sus terrenos.

“Los agricultores solían venir al río para recoger agua y fumigar sus cultivos. Pero ahora, por la tala, el río se seca en verano”, relata Flavio Ajú Mux. Foto de Joel Solano

El pasado verde

La falta de agua ha tenido un impacto devastador en los cultivos. Los más de 400 agricultores, que solían depender del Tazb’alaj para regar sus plantas durante el verano, ahora enfrentan pérdidas significativas. Los campos de maíz, una fuente de sustento esencial, se secan antes de que llegue el invierno. La dependencia de fuentes de agua alternativas, como pozos y pilas públicas, ha incrementado la carga de trabajo y los costos para los agricultores.

La tala de los bosques no solo afecta el suministro de agua, sino que también tiene consecuencias ecológicas de largo alcance. Los grandes pinos, cipreses y encinos que una vez cubrieron el paisaje están desapareciendo, llevándose con ellos la biodiversidad y el equilibrio natural del ecosistema. Asimismo, los animales que dependían de estos bosques también se ven afectados, desplazándose o muriendo debido a la pérdida de hábitat, señalan los dos abuelos que poseen propiedades en la ribera del río Tazb’alaj.

Un llamado a la acción

Ante esta situación desesperada, los abuelos de San Juan Comalapa hacen un llamado a la acción. Saben que la solución no es simple, pero insisten en la necesidad urgente de reforestar los terrenos talados. “Necesitamos sembrar más árboles, pero también cuidarlos y mantenerlos,” enfatiza Juan Otzin. La reforestación no puede ser solo un acto simbólico, debe ser un compromiso continuo para restaurar los manantiales y ríos que una vez dieron vida a la región, indica.

Flavio Ajú Mux agrega que la comunidad debe tomar conciencia sobre la importancia de los bosques y el manejo adecuado de los recursos naturales. La falta de mantenimiento de los árboles plantados y la continua tala inmoderada muestran una falta de compromiso a largo plazo. “Debemos ser más conscientes. La naturaleza nos ha dado mucho, y es hora de devolverle algo,” dice Flavio con determinación.

Un presente seco

A pesar de los desafíos, hay esperanza para el futuro de San Juan Comalapa. Algunos pobladores del municipio se están organizando para enfrentar la crisis de la tala y la sequía. Han impulsado programas de reforestación y las campañas de concienciación están empezando a tomar forma. Los agricultores están aprendiendo técnicas de riego más eficientes y explorando cultivos alternativos que requieran menos agua, entre estas se encuentra principalmente el frijol.

El abuelo Otzin sueña con un futuro donde el río Tazb’alaj vuelva a fluir como en sus mejores días. “Si trabajamos juntos, podemos traer de vuelta los ríos y bosques,” afirma con esperanza. La visión es que, con un esfuerzo colectivo, las futuras generaciones puedan disfrutar de un entorno natural restaurado y saludable, donde los ríos proporcionen nuevamente el vital líquido y los bosques ofrezcan sombra y vida.

El abuelo Otzin sueña con un futuro donde el río Tazb’alaj vuelva a fluir como en sus mejores días. Foto de Joel Solano
La situación en San Juan Comalapa es un recordatorio de la interconexión entre el ser humano y la naturaleza. Foto de Joel Solano

La situación en San Juan Comalapa es un recordatorio de la interconexión entre el ser humano y la naturaleza. La tala inmoderada y la sequía son problemas que requieren soluciones integrales y sostenibles. Solo a través de un compromiso a largo plazo con la reforestación y el manejo adecuado de los recursos naturales se podrá asegurar un futuro próspero para esta comunidad y su entorno natural. La lucha por el Tazb’alaj es más que la lucha por un río; es la lucha por la vida y el sustento de un pueblo entero.

Este texto se realizó en el marco de la Sala de Creación comunitaria y medioambiental, un ejercicio periodístico colectivo organizado con un grupo de periodistas de territorios de Prensa Comunitaria, bajo la coordinación de Francisco Simón.

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