Créditos: Juan Rosales. Juez Carlos Ruano.
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El juez Carlos Ruano decidió apartarse del Tribunal Noveno Penal a raíz del proceso de antejuicio que avaló la CSJ y CC en su contra, luego de haber denunciado a la magistrada Blanca Stalling por supuesto tráfico de influencias. 

Por Alexander Valdéz

El pleno de magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) aceptó la renuncia presentada por el juez Carlos Ruano, quien la semana pasada anunció que decidió no continuar en el puesto ante el constante hostigamiento y el intento de criminalización por haber denunciado presiones de la magistrada Blanca Stalling.

Los magistrados de la CSJ analizaron en pleno las razones por las que Ruano pidió ser cesado del cargo, las cuales fueron aceptadas. A falta de la notificación oficial al ahora exjuez, él ya no es parte del Organismo Judicial (OJ).

Ruano enfrentó durante varios meses un proceso de antejuicio, avalado por los magistrados de la CSJ, quienes conocieron una denuncia presentada por Ricardo Méndez Ruiz de la Fundación contra el Terrorismo.

Dicha Fundación, como ha ocurrido con casos de actores anticorrupción y periodistas, ha encabezado los casos de criminalización que se han trabajado desde el Ministerio Público (MP) de Consuelo Porras y fiscales alineados.

La solicitud de retiro de inmunidad que planteó Méndez Ruiz versa sobre la grabación que hizo en su defensa para poder denunciar las presiones de la magistrada Stalling. En el audio que se aportó para la denuncia consta que la togada buscaba que su hijo obtuviera una medida sustitutiva.

El caso contra la magistrada no avanzó durante meses y fue hasta que el juez décimo Victor Cruz, incluído en la lista de actores corruptos de Estados Unidos y la inacción de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) de Rafael Curruchiche, que ella pudo retomar su cargo  y cobrar una indemnización millonaria. El Organismo Judicial pagó 5.7 millones de quetzales a Stalling.

Stalling enfrentó proceso por supuesto tráfico de influencias, luego de que buscara influir para beneficiar a su hijo Otto Molina Stalling, en aquel momento ligado a proceso en el caso IGSS-Pisa, para que se le concediera la libertad condicional.

“Mientras espero notificación de  aceptación de mi renuncia y de la sentencia del amparo que interpuse contra la CSJ en la CC, me notifican el resultado final de mi última evaluación profesional y de comportamiento judicial”, escribió Ruano en sus redes sociales.

Una venganza que se concretó 

El juzgador considera que la acción de haber tramitado la petición de retiro de su inmunidad, es parte de una venganza orquestada por la magistrada Stalling. Ruano denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que los operadores de justicia independientes de su país ejercen su labor en un contexto de corrupción, violaciones a los derechos humanos y crimen organizado, desatando una persecución en su contra.

“Más de 25 operadores de justicia han tenido que salir al exilio para resguardar sus libertades y hasta sus vidas. La Comisión tiene ya peticiones de al menos 15 personas”, dijo el juez en su intervención ante la CIDH en febrero pasado.

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Debido al abuso del procedimiento de antejuicio, usado como mecanismo de acoso y perturbación, por medio del cual se busca separar al funcionario judicial, hacer una detención arbitraria o forzarlo a salir del país”, destacó.

“Estoy siendo perseguido por haber denunciado en 2017 a una magistrada quien me citó a su despacho para pedirme que dejara libre a su hijo acusado en un caso de corrupción”, afirmó.

Ruano es uno de los jueces acosados y perseguidos judicial y políticamente. Se sumó a Erika Aifán y Miguel Ángel Gálvez, quienes decidieron dejar sus cargos y abandonar el país.

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