La marcha por el orgullo LGTBIQ+ 2022, integrada por más de 30 mil personas, recorrió algunas de las calles de la ciudad capital el 25 de junio, entre denuncias de violencia del Estado en contra de la comunidad y exigencia de sus derechos, se conmemoró está fecha que ya lleva dos décadas de celebrarse.
Por Juan Rosales
La primera marcha del orgullo que se registró en Guatemala, el 2 de octubre de 1997, fue para recordar el asesinato de “María Conchita Alonso”, una mujer trans que fue asesinada cerca del lugar donde realizaba su trabajo sexual, en la 5ª avenida y 11 calle, de la zona 1 de la capital.
Hace 25 años, la caminata inició frente a la catedral y concluyó en el lugar donde fue asesinada María Conchita. Los medios que cubrieron la caminata dijeron que había sido la primera marcha del orgullo gay.
En el Archivo Histórico de la Policía Nacional (AHPN) existe registro de la persecución que la comunidad sufrió durante un periodo de la guerra en el país, y también posterior a la firma de la paz. En los archivos se puede encontrar cómo la policía arrestaba a las personas, ahora de la comunidad diversa, sin causa, las perseguía, en los casos más extremos se señala a las autoridades de ser responsables de asesinatos y desaparición forzada de muchas de ellas.
Sin embargo, la primera marcha oficial del orgullo LGTBIQ+ inició en 2000 y, desde entonces, sale de la zona 4 hacía la plaza central. Miles de personas trans, lesbianas y gais llenaron las calles. Algunos para exigir sus derechos, para demostrar que son parte de la sociedad guatemalteca y para celebrar que pueden amar a quien escojan.
La marcha estaba convocada para las 2 de la tarde. La mayoría de carrozas y participantes estaban listas para comenzar y entre risas, abrazos, bailes y los colores de la bandera del orgullo LGTBIQ+ las imágenes, disfraces, pancartas con mensajes claros de respeto por los derechos de la comunidad también empezaron a desfilar por las calles.
La alegría y los bailes impregnan un sentido distinto a algunos de los mensajes que llevaban una fuerte carga política.
Las mujeres trans organizadas encabezaban la marcha, su mensaje estaba enfocado a la exigencia de sus derechos ante un Estado que no las reconoce. El desfile fue diverso, como las personas que lo engrosaron, hubo discursos anticapitalistas, otros sectores acompañaron la marcha con música y baile, de lo que no quedó duda fue de que cualquier forma que adquiriera confluían en la defensa de los derechos humanos de la comunidad.