Créditos: Milton Cambara
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Alejandra Sarti

Un señor con anteojos, madruga un lunes por la mañana a las 7:00 a.m. y toma un bus extraurbano de ciudad Peronía. Se acomoda con las piernas abiertas y pega la espalda detrás del asiento del conductor. Todo el lugar es incómodo, apenas hay espacio para pasar entre los asientos; el copiloto toca el hombro de los que viajan de pie y pide que se amontonen como en frasco de conserva o lata de sardinas hacia la parte de atrás del bus; algunas mujeres se niegan y otras voltean la mirada hacia la ventana y fingen no escuchar la petición del copiloto.  Él trata de convencerlas diciendo que el sacrificio es de todos y “todos quieren llegar”.

El señor de los anteojos inicia el día gritando a todo pulmón con la biblia en mano y muchos adormitados lanzan miradas de desagrado hacia las ventanas del autobús. Él, experto en la oratoria, sin titubear y posiblemente acostumbrado al público grita sin ningún tacto, fórmulas para alcanzar la felicidad, plenitud o paz y termina su discurso profetizando “Algún día estarán en el hospital gravemente heridos o en prisión y se recordaran del gritón del bus” logra el cometido, llama la atención de muchos y realiza una pausa, entonces reflexiona su nuevo discurso, ahora sobre las noticias de cifras de mujeres asesinadas y violentadas en Guatemala. Todos prestan atención y entonces asegura: “Las cifras de mujeres muertas violentamente aumentan porque se han vuelto soberbias”.

Recientemente se implementó el Observatorio de la Mujer por el Ministerio Público (MP); en él reportan que para el año 2017 el 57% de los delitos más denunciados, corresponden a actos de Violencia en contra de la Mujer con un total de 46,183 víctimas registradas de las cuales 7,312 denunciaron actos de violencia sexual y 3,351 agresión sexual. Ese mismo año 795 murieron de manera violenta. En el 2018 las víctimas de Violencia en contra de la Mujer se mantuvieron con un total de 46,029 de las cuales 7,234 sufrieron de violencia sexual y 3,583 agresión sexual, ese año las muertes fueron 762.

Prevenir antes que reaccionar

Stephanie Rodríguez, defensora de los Derechos Humanos, especializada en temas relacionados a mujeres y niñas; considera que para disminuir el problema que corresponde a más del 40% el Estado debe implementar políticas de prevención y no de reacción.

“La sociedad ve el tema de la violencia sexual o la violencia contra la mujer ya cuando sucedieron los hechos criminales o delitos  pero en conclusión el Estado no está haciendo acciones de prevención puntuales para ello.”  – Stephanie Rodríguez.

A pesar de que la problemática ha sido evidenciada últimamente a través de diferentes voces que reaccionan en búsqueda de una solución, a días de terminar el año 2019, las cifras de violaciones y actos violentos cometidos en Guatemala en contra de mujeres se mantienen equitativas a los últimos dos años con un total de 45, 822 denuncias registradas por violencia en contra de la mujer y 632 muertes de mujeres víctimas de femicidio y actos violentos.

La razón por la que las cifras se mantienen es simple. “me atrevo a decir que Guatemala es una sociedad que le apuesta mucho al derecho penal por eso todo se enfoca en el sistema de justicia pero el Estado debe garantizar políticas públicas de prevención a todo nivel, primario desde la educación y salud; secundario medidas de prevención como tal y terciaria sería la instancia penal en contra de estos delitos y no deberíamos de llegar hasta ahí y menos tener esos números de denuncias”. Expone Stephanie Rodríguez.

Actualmente en Guatemala existe la Ley contra el Femicidio y otras Formas de Violencia en contra de la Mujer y espacios dedicados para esta problemática como la Fiscalía de la Mujer, la cual es dirigida a mujeres víctimas de delitos de femicidio y violencia sexual, física, económica y psicológica; el Observatorio de la Mujer del MP pretende evidenciar estadísticamente las denuncias a nivel nacional por este tipo de delitos y las resoluciones de los mismos, sin embargo nuevamente estas instancias no serían necesarias si se buscara evitar que existan víctimas. 

“En sociedades más desarrolladas que nosotros se le apuesta a las políticas de prevención y en ella entramos todos como sociedad.”

Por dar un ejemplo a la búsqueda de políticas de prevención y no de reacción, Stephanie Rodríguez cree que para iniciar, se debe evidenciar la violencia simbólica. “La violencia simbólica, juega un papel importante en nuestra sociedad pues utiliza a las mujeres como un instrumento comercial en donde pueden ser utilizadas en publicidad sexista y por ende la misma fomenta el acoso callejero”

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El acoso callejo es un acto que aún no se encuentra tipificado en las leyes de Guatemala. A partir de los 12 años de edad, cualquier mujer en el país puede ser vulnerable a vivenciar un acto de acoso callejero en su entorno. Este acto se ha normalizado y hablar sobre el mismo es polémico pero las repercusiones del acoso callejero en sus víctimas, regularmente afectan a su autonomía y limita su movilidad y cotidianidad.

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Para responder a esta problemática se han implementado el sitio web Observatorio Contra el Acoso Callejero en Guatemala, el cual pretende que mujeres que han vivenciado estos hechos se unan a testificar o evidenciar los lugares en donde sufrieron de este tipo de violencia.

Stephanie Rodríguez considera que es bueno que los delitos de violencia en contra de las mujeres sean evidenciados y denunciados pero para reducir números se debe implementar la prevención desde diferentes Ministerios y de forma pública, tocando los temas como los estereotipos de género, igualdad de derechos humanos, barreras y problemáticas desde las relaciones afectuosas, ámbitos sociales y laborales.

“Una medida o política de prevención podría ser por ejemplo una reforma al nivel educativo como una prevención primaria. El Estado podría abordar como parte de la escolaridad mínima, el tema de las relaciones de género, simbólicamente se encasilla a los niños sobre un tema y a las niñas sobre otro; no se les inculca la equidad de géneros, ni se les evidencia la problemática.”

Guatemala en el top 5 de los peores lugares para mujeres

El sitio web US News & World Report  colocó a Guatemala en el puesto número 75 de 80 países en un listado de “Mejores países para las mujeres”, lo cual nos deja en el puesto número 5 de los peores países.

El listado fue basado según el criterio de 9,000 mujeres que ponderaron a cada país bajo cinco aspectos: Atención a los derechos humanos, brecha salarial o igualdad de ingresos, equidad de género, progreso y seguridad.

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