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Créditos: TeleSur
Tiempo de lectura: 2 minutos

Narrado por el canciller de México, Marcelo Ebrard

Se eligió la ruta de ida a través de Lima. El gobierno peruano dio la autorización. El avión llegó a Lima a esperar la autorización de Bolivia para transitar por su espacio aéreo.

Se otorgó el permiso y despegó hacia Bolivia. Cuando estaba por llegar a la frontera peruano-boliviana se le revocó el permiso. Regresó a Lima, en donde esperó varias horas; finalmente el comando de la Fuerza Aérea Boliviana dio la autorización (“lo cual dice quién tiene el poder en Bolivia”).

Llegó la aeronave al aeropuerto donde estaba Evo (supongo que el aeropuerto de Chimoré). Se tenía prevista la misma ruta de regreso, pero minutos antes de salir (7:30 pm) el gobierno del Perú comunicó que “por valoraciones políticas” se suspendía el permiso para cargar combustible en Lima.

“Afuera del aeropuerto había seguidores de Evo y al interior, (elementos de las) Fuerzas Armadas. Fue el periodo de mayor tensión. Pudo darse una situación muy difícil. Fue el peor momento.”

Se elaboró un Plan B: se hizo contacto con Paraguay. El presidente electo de Argentina ayudó a hacer el contacto. Se autorizó la llegada del avión mexicano a Asunción.

La Fuerza Aérea de Bolivia ya no iba a permitir la salida. Salió “por milímetros”. Llegó a Asunción y se solicitó cruzar de vuelta el espacio aéreo peruano. Se pidió al canciller de Ecuador autorización para rescatar combustible en Guayaquil.

Bolivia ya no autorizó el cruce de su espacio aéreo.

El embajador de Brasil en La Paz ayudó para que Brasil autorizara el uso de su espacio aéreo para rodear Bolivia, salir a Perú, cruzar el espacio aéreo de Ecuador y de allí a la Ciudad de México. Despegó a las 2 am hora de México.

Ya en vuelo, el gobierno de Quito denegó el permiso para usar el espacio aéreo ecuatoriano. Como el avión tiene una autonomía de 12 mil kilómetros, no era indispensable la escala de reabastecimiento en Guayaquil, por lo que se decidió rodear Ecuador para salir a aguas internacionales.

“Yo ordené el asilo”, dijo AMLO, y extendió un reconocimiento al canciller Ebrard y a las Fuerzas Armadas.

Hoy, la Cancillería y la Fuerza Aérea Mexicanas se cubrieron de gloria.

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*Tomado del perfil de Facebook del periodista del diario mexicano La Jornada, Pedro Miguel.

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