Créditos: Mauro Calanchina
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por: Juan Calles

Mientras fui estudiante de la Universidad de San Carlos no había nada más importante que la Huelga de Dolores, sus costumbres, rituales y actividades, mis mejores amigos hoy en día los conocí durante las jornadas de Huelga de Dolores,  los profesionales que hoy admiro en sus diferentes especialidades fueron compañeros de Huelga.

Después de lo que vi y escuché el 23 de marzo, viernes de dolores 2018, únicamente queda la vergüenza.

Me emborraché, me drogué, utilicé dinero de la talacha para comprar un par de cervezas, pero nunca hice algo que fuera en contra de los PRINCIPIOS Y VALORES de la Huelga de Dolores, el respeto por las mujeres, el responder a las más profundas necesidades e intereses del pueblo de Guatemala, convertir cada moneda que la gente nos daba  en mentadas de madre, mantas y carrozas contra los corruptos que gobernaban Guatemala en la década de los 90.

Este Viernes de Dolores me preparé  desde la mañana para llevar a mi hijo de 15 años a ver por primera vez el desfile bufo de la Huelga de Dolores, esperaba que con la nueva Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) y los muchachos y muchachas que organizaban este año la Huelga dieran el cambiazo y observaríamos un Desfile Bufo digno e interesante.

Sin embargo, un compartimiento cavernícola y militaroide de grupos contrarios a la actual AEU y la organización nueva de la Huelga evitó que las unidades académicas que quieren hacer un cambio y dignificar el movimiento estudiantil, la AEU y la Huelga de Dolores salieran a las calles en el desfile bufo de este año.

Fotografía: Mauro Calanchina

Con violencia e impunidad lograron su objetivo, sin que autoridades de la Universidad, organizaciones de Derechos Humanos, Policía Nacional Civil lograran mediatizar a estos grupos delincuenciales que públicamente han amenazado con vapulear a la directiva de la AEU y al Comité de Huelga. A pesar que los amenazados ya han identificado con nombre y apellido a los agresores.

Un espectáculo vergonzoso

No soy mojigato ni puritano; lo que más me gustaba de la Huelga de Dolores era su irreverencia y su ser iconoclasta, su alegre desfachatez y su valiente humor y creatividad. Nunca vi una carroza “linda” quienes hacían un trabajo superior siempre fueron la facultades de Arquitectura, Ingeniería y la hermandad de la Santa Chabela, fuera de ellos las carrozas y alegorías eran en realidad feas, sin embargo, creativas, irreverentes e inteligentes.

Este viernes lo que vi fueron mujeres bailando reguetón, hombres bebiendo, mamarrachos y piñatas sobre tarimas de tráilers, sin ningún sentido, sin contenido político, sin sentido común y todas ellas alejadas de la realidad nacional, de los intereses de la población guatemalteca.

Sentí vergüenza, sentí mucha pena, sobre un tráiler un tipo vestido como norteño mexicano repetía muchas veces “hijuelagran puta” junto al nombre del presidente y luego decía a los gritos “hay que despertar pueblo de Guatemala”. Le pregunté a mi hijo de 15 años ¿Qué pensás de ese discurso? Con cara de aburrido me respondió ¿Cuál discurso?, eso no es un discurso. Sentí que la vergüenza inundaba la sexta avenida, un asqueroso mar rojo inundaba de flatulencias las calles, un océano de heces naranjas apestaban el parque central.

“Quienes desfilaron son personas que el sistema educativo desideologizó, personas sin conciencia de clase, autómatas sociales que caminan, sin saberlo, hacia la anomia y la debacle de esta sociedad envilecida.”

Es momento de sumar y no dejarse envilecer

De inmediato, algunos personas conocidas posteaban en sus redes sociales mensajes en los que se atacaba la forma de proceder de la Secretaria General de la AEU, otros justificando la agresión contra el Director de UDEFEGUA, Jorge Santos, otros celebrando la pírrica derrota de las mafias enquistadas en la USAC. Todos coincidían con el Twitter de uno de los responsables de la actual situación en la Universidad, Jorge Mario García, alias, Guilligan, quien celebraba lo sucedido esa mañana.

Imagen: Twiter de Jorge Mario García

Aunque no estemos de acuerdo con la forma en la que esta AEU esté actuando y llevando adelante su proceso político al frente del movimiento estudiantil es tiempo de sumar a ese esfuerzo y no colocarle más carga para evitar su avance. Es momento de sumarnos a ese esfuerzo, es momento de decidir de qué lado estamos, es momento de acabar con esas mafias que avergüenzan a la universidad, al movimiento estudiantil, es momento de sumar y no de restar.

La sensación de vergüenza y náusea aún no se me pasa; de un estudiante universitario se espera por lo menos, un pensamiento crítico, por lo menos, una idea, una propuesta, y no arrastrar su envilecido ser y provocar vergüenza ajena.

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