Créditos: Ochaeta y Lopez
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por: Ronalth Ochaeta

En pocas ocasiones me refiero públicamente a acciones de mi familia. En este caso lo haré por solidaridad y repudio a la falta de respeto y empatía a la violación de derechos humanos, laborales en particular, en contra de dos personas con suficiente carácter y arrestos para enfrentarse como hormigas a un rinoceronte. Una de ellas mi hermana, Shayne Ochaeta, y la otra mi entrañable amiga Estela López, con doble ciudadanía española/guatemalteca, ambas con el cargo de oficial legal, mandatarias judiciales de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y con reconocimientos institucionales por su eficaz labor desde el 14 de febrero de 2008.

Decidieron enfrentarse judicialmente a la CICIG por despidos injustificados y arbitrarios que sufrieron el 30 de noviembre de 2011. Una de ellas en período de vacaciones, y otra en estado de gravidez. Solas, sin apoyo de nadie, de Cancillería, el Ministerio Público (MP), o la representación española en Guatemala, llegan al umbral de una victoria sin precedentes en la jurisprudencia guatemalteca.

Su lucha reivindicativa, que favorece también a todos los trabajadores, especialmente mujeres, fue muy digna. En 7 años, casi en el ostracismo y permanente presión de la CICIG, (cual justicia pronta y cumplida) 47 jueces (de instancia, magistrados de Sala, Corte Suprema de Justicia – CSJ y de Corte de Constitucionalidad- CC) dieron razón a los alegatos de mi hermana, y parcialmente a Estela López.

Ahora, por necedad, Iván Velásquez auxiliado por dos reconocidos bufetes, llega, otra vez, a la CC a pretender, en Amparo, que se constituya en instancia revisora de una sentencia laboral de primer y segundo grado que perdieron, y volverían a perder en Guatemala y la China, por la razones siguientes: 1) No existió causa justa para el despido, y 2) en materia laboral no existe inmunidad de jurisdicción para ninguna persona individual o jurídica, así tenga rango diplomático.

Fotografía video CSJ

Admiro la tenacidad de ambas. Recomiendo mucho, a estudiantes, universidades, y abogados, consultar este caso, y tener la paciencia de ver y escuchar esta audiencia en la Corte de Constitucionalidad el día de ayer. Aquí dejo el enlace. Que no se diga que es en contra de la CICIG, o Iván Velásquez. Nada más alejado de la realidad. Es una muestra ejemplar de mujeres en Guatemala que no agachan la perdiz. Y, como Dallanase primero, Iván Velásquez después, soberbios se dieron un disparo a sus propios pies. Esto no termina, veremos si en definitiva irrespetarán la soberanía judicial de Guatemala y no acatan la ejecución de la sentencia laboral. Siéntese digiera este video, vale la pena.

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