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Créditos: Juan Calles.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Texto y fotografías: Juan Calles

El día se anunciaba caluroso, desde las seis de la mañana el sol radiante calentaba el asfalto que a esa hora ya levantaba vapor caliente.

Así, la sala de audiencias ya repleta de gente se notaba caliente, vaporosa, se anunciaba que los acusados no llegarían, el reloj ya marcaba las 8:30 de la mañana

El juez Pablo Xitumul ofrece un tiempo de espera y pregunta a los abogados de la defensa si tienen información sobre sus patrocinados. No hay respuesta, únicamente el abogado Jorge Alfonso Lucas Cerna, de la defensa de Benedicto Lucas García, presentó un informe médico en el que se indicaba que el anciano general padecía de neumonía.

La voz nasal y quejosa del abogado Lucas se lamenta por enésima vez por los traslados del hospital militar a la torre de tribunales, por el aire acondicionado de la sala, por el clima, por cualquier cosa. Como respuesta el juez Xitumul ordena que un médico del Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala (INACIF) se dirija al hospital militar a evaluar a Lucas García. Para saber si la enfermedad de Lucas García era real.

Los niños y las niñas un objetivo militar

La señora Adriana Portillo Bartow es llamada a declarar; ella es madre de Margarita y Glenda Corina sus hijas desaparecidas por las fuerzas de seguridad del Estado de Guatemala cuando tenían 10 y 9 años respectivamente.

La señora Portillo Bartow las ha buscado desde 1981 y narra ante el tribunal los hechos, cuando cuatro miembros de su familia fueron detenidos desaparecidos durante un allanamiento en la casa de habitación de su padre Adrián Portillo, que también desapareció ese día.

“Nunca creímos que el Ejército utilizaría a niños y niñas para aterrorizarnos, para controlarnos” declaró Portillo Bartow. Durante su declaración comparó el secuestro y desaparición de sus niñas con el caso de Marco Antonio Molina Theissen, que sucedió con algunos días de diferencia solamente.

En  el interrogatorio los abogados de la defensa quisieron intimidarla y acorralarla, haciendo preguntas sobre su participación en la Organización Revolucionaria de Pueblo en Armas (ORPA), sin embargo, la señora Portillo Bartow respondió con dignidad y firmeza.

El abogado Alejandro Arriaza de la defensa de los militares, afirmó que la testigo sentía odio por la contraparte, lo que generó una llamada de atención contra el abogado. Por su parte Lucas Cerna preguntó: ¿por qué se involucró en la lucha revolucionaria? Portillo Bartow respondió: Por amor  a mis hijas, porque quería una mejor Guatemala para ellas.

A pesar de sus intentos por intimidar a la testigo, la actitud firme y valiente de ella hizo fallar a la defensa, además el juez Xitumul intervino en diferentes ocasiones  para que se respetara el proceso y a la testiga.

En la sala de audiencias, la sensación general era de pesadumbre y tristeza, además de molestia, pues se evidenció que el Ejército de Guatemala utilizó el secuestro y desaparición de niños y niñas para lograr sus objetivos de guerra.

Peritaje técnico militar certifica la responsabilidad de los acusados

Se llama a declarar al exgeneral peruano Rodolfo Robles quien ya ha participado en otros juicios contra militares en Guatemala, y en Perú destapó un caso de escuadrones de la muerte dentro del Ejército del aquel país.

En las conclusiones del peritaje el exgeneral Robles certifica que Hugo Ramiro Zaldaña Rojas es responsable de lo sucedido a Emma Guadalupe y a Marco Antonio Molina Theissen, por ser el jefe de la inteligencia militar G2 en los años 1980. De igual manera el experto afirma que le parece lógico que él mismo se hiciera cargo de la operación durante el secuestro y desaparición de Marco Antonio, pues se encontraba en riesgo su prestigio militar y su carrera al permitir la huida de Emma Guadalupe del cuartel militar de Quetzaltenango.

Por otro lado, también afirma que Luis Gordillo y Letona Linares tenían conocimiento directo de lo que sucedía con los hermanos Molina Theissen, debido a las normas del Ejército y los manuales de la guerra antisubversiva. Además por el canal de mando el general lucas García debió también conocer los hechos.

Durante el interrogatorio al perito, dirigido por el Ministerio Público (MP), se trató de demostrar que el término “enemigo interno” utilizado en los manuales de guerra fue utilizado por los militares guatemaltecos y aplicado a los miembros del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) y de la Juventud Patriótica del trabajo (PJT) de tendencia comunista.  En su momento el exgeneral Benedicto Lucas García, afirmó desconocer estos manuales de guerra y que el término “enemigo Interno” no se utilizó en Guatemala.

El también exgeneral, Rodolfo Robles, aseguró que un general no se podría excusar de conocer los manuales militares, pues de ellos se obtiene la doctrina militar y sin doctrina militar no se podría funcionar. “la Doctrina es la ciencia militar aplicada a la forma de actuar en un momento y un espacio de tiempo determinado” concluyó el ex militar.

Antes de finalizar la audiencia, el perito militar aseguró que lo sucedido a Emma Guadalupe fue una operación de inteligencia de combate, mientras que lo de Marco Antonio fue una operación de inteligencia. Con lo que podría demostrarse la responsabilidad de los acusados.

La tarde se hizo larga con las explicaciones del perito militar, sin embargo lo que se evidenció durante las mismas es un sendero que la justicia empieza a tomar.

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