Créditos: somosguate.com
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Por David Toro

Pareciera que el crimen del Hogar Virgen de la Asunción se ha perdido en medio de la indiferencia y el caos coyuntural que se cierne sobre el país. 56 niñas fueron quemadas y sólo 15 de ellas lograron sobrevivir. Queda como una tacha histórica para el Estado y la sociedad guatemalteca. Cada vez son más preocupantes los abusos contra las mujeres y niñas.

De las niñas sobrevivientes muy poco se sabe públicamente, pero vale la pena hacer ver que si ellas lograron salvar la vida, no es a causa de suerte y mucho menos gracias a la atención estatal. Si estas jóvenes hoy aún están en busca de una segunda oportunidad, fue por la intervención de organizaciones que unificaron esfuerzos increíbles para salvarlas.

Una de las instituciones que se puede considerar clave para que  ocho niñas del Hogar Virgen de la Asunción sigan con vida, es Shriners, una fundación internacional que se encarga de costear gastos médicos de niños de escasos recursos que han sido víctimas de quemaduras graves o de otro tipo de tragedias. El director de Shriners Guatemala, el Doctor Miguel Ángel Valdez, narró para Prensa Comunitaria el proceso que realizaron para ayudar a salvar la vida de las niñas.

Valdez narra que cuando se dio la tragedia el 8 de marzo del 2017, un grupo de médicos de su organización acudió a los hospitales nacionales para evaluar qué niñas podrían ser atendidas en los Hospitales de esta red de ayuda, fuera de Guatemala. “Conseguir este permiso nos costó un montón. La Procuradora General de la Nación fue la que nos sirvió de enlace con la embajada de los Estados Unidos y con el gobierno, para conseguir lo que se necesitaba para proceder con los traslados”, dijo el doctor.

Fotografía: somosguate.com

Valdez asegura que establecieron permisos para trasladar a nueve niñas a hospitales de los Estados Unidos, de las cuales ocho lograron sobrevivir. “Las ambulancias áreas que usamos, cobran $100.00 por kilómetro”, dijo. Tomando en cuenta que las niñas fueron trasladadas a diferentes hospitales de Estados Unidos, el costo por trasladado osciló entre 30 mil y 40 mil dólares. “En esta ambulancia, si mucho caben dos niñas, las acomodamos entre casos críticos y casos no tan críticos. Durante el viaje las menores fueron atendidas por los médicos especializados”, indica Valdez.

Para poder viajar se necesitaban permisos. Nadie puede ir a Estados Unidos sin tener una visa. Pero por la magnitud de los hechos y gracias al trabajo en conjunto de la embajada americana y de la PGN, se logró que las niñas pudieran entrar al país sin necesidad de visa. En cuestión de tres días, los jueces a cargo de los casos de las menores, otorgaron los permisos para que salieran del país. Según narra Valdez.

No hubo cooperación económica del Gobierno

El Dr. Valdez, quien estuvo al tanto del traslado de las menores a Estados Unidos, asegura que no se recibió ninguna ayuda del Estado: “para que el proceso fuera lo más trasparente posible, no se recibió ayuda estatal, además las empresas que nos dieron fuertes donativos lo entregaron con la condición de que ni un centavo tenía que pasar por las manos del Estado”.

¿El costo del tratamiento?

Tomando en cuenta lo costoso que es trasladar a un convaleciente en condiciones tan delicadas como en las que se encontraban las niñas, en una ambulancia aérea a otro país, sumando los largos meses que pasaron en los hospitales norteamericanos y el costo que representa el trabajo médico, el doctor Valdez estima que el costo total del tratamiento de cada niña sobreviviente fue aproximadamente de 1 millón de dólares.

Es decir que el costo de salvar la vida de estas ocho niñas fue cargado por esta organización internacional. Si estas niñas se hubieran quedado en hospitales nacionales probablemente la cifra de fallecidas sería mayor, por obvias razones. No hay que recordarle a nadie que este país se cae a pedazos.

La organización que se necesita para poder atender este tipo de casos con prontitud, es compleja. El Dr. Valdez cuenta que la experiencia de ayudar a trasladar a las niñas del Hogar a los Estados Unidos, les ayudo a mejorar sus protocolos y nivel de respuesta, pues este año también realizaron traslados de menores a Estados Unidos, en esta ocasión, niños que sufrieron quemaduras en la tragedia del Volcán de Fuego.

La ayuda que aportan organizaciones de este tipo en tragedias enormes como la de Virgen de la Asunción, son vitales para reducir las perdidas humanas. Lo lamentable es que es en estos casos cuando queda evidenciada la incapacidad que tiene Guatemala para responder a estas tragedias y que, además, en el caso de las niñas, el propio Estado tiene responsabilidad penal dentro de los hechos.

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