Créditos: Congreso de la República
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La sesión extraordinaria en el Congreso concluyó sin mayores avances, reflejando la persistencia de divisiones internas entre los bloques legislativos. Este impase impidió el progreso de la agenda y la elección de los representantes ante la Superintendencia de Competencia, cuyo plazo para su designación ya ha vencido.

Por Prensa Comunitaria

La sesión extraordinaria del 1 de julio en el Congreso concluyó, una vez más, sin lograr acuerdos ni avances significativos. Esta situación ha generado nuevas tensiones en torno a la agenda legislativa y las elecciones pendientes, evidenciando la persistencia de profundas divisiones internas. El presidente del organismo, Nery Ramos, señaló un “esfuerzo extraordinario” por parte de ciertos bloques legislativos que, a su criterio, impidieron el avance en la agenda.

La finalización de la sesión sin los objetivos propuestos llevó a Ramos a denunciar una estrategia para “bloquear el avance”. Según el presidente del Congreso, esta agenda fue construida colectivamente para atender las demandas urgentes.

Esta situación no es nueva. Previo al receso legislativo que comenzó el 16 de mayo, el Congreso acumuló dos meses sin lograr realizar sesiones plenarias. La última sesión antes del receso se caracterizó por un enfrentamiento, con peleas por los puestos de la Junta Directiva que escalaron a empujones, gritos y hasta jalones de pelo entre los diputados. Esta sexta sesión parlamentaria extraordinaria tras el receso confirma que las divisiones se mantienen, obstaculizando el funcionamiento del organismo.

Durante la jornada de este martes, solo se pudo avanzar en la lectura de cinco de las iniciativas de ley para ser trasladadas a las comisiones de trabajo. Entre los puntos no abordados se encuentra la elección del primer Secretario de la Junta Directiva del Congreso y la elección del director titular y el director suplente de la Superintendencia de Competencia. El plazo para esta elección ya venció el pasado 23 de junio, lo que representa un incumplimiento de los tiempos legislativos.

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El presidente del Congreso señaló que las bancadas legislativas tomaron la palabra como parte de la estrategia para bloquear el avance de esta agenda.

La paradoja, según Ramos, es que estos mismos bloques tienen representación tanto en la Junta Directiva como en la Comisión Permanente y participaron activamente en la construcción y consenso de la agenda inicial.

Sin embargo, afirmó que estos grupos “cambian de parecer” una vez que llegan al hemiciclo parlamentario, intentando modificar lo ya consensuado para la agenda legislativa. Esto denota una falta de compromiso con los acuerdos previos y una clara estrategia dilatoria que paraliza el trabajo legislativo.

El diputado Elmer Palencia del Bloque Valor fue uno de los que más participó tomando la palabra en el pleno. En esta ocasión, fue en torno a la Iniciativa 5692, una propuesta que busca reformar el Código Penal para declarar a “mareros” y extorsionistas como terroristas. Esta medida ha generado un amplio debate público y político en el país.

La moción impulsada por el diputado Palencia fue sometida a votación en dos ocasiones para su discusión inmediata, pero en ambas fue improbada por falta de votos. En la primera ronda, se obtuvieron 49 votos a favor, 47 en contra y 64 ausentes. En la segunda, los resultados fueron 50 votos a favor, 52 en contra y 58 ausentes. El bloque Valor cuenta con representación en la Junta Directiva a través del diputado Jorge Estuardo Ayala Marroquín, quien ocupa el cargo de segundo vicepresidente.

El diputado Palencia también fue quien solicitó la revisión de quorum, y luego del conteo se suspendió la sesión extraordinaria tras verificar que solo 53 diputados se encontraban en el hemiciclo.

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